sábado, 8 de junio de 2019

QUIÉN ES PETE CONRAD




                         La calma del encinar

                        ¿QUIÉN ES PETE CONRAD?

                                          Tomás Martín Tamayo
                                                   Blog Cuentos del Día a Día
                                               tomasmartintamayo@gmail.com

En la puerta de urgencias del Hospital Comunitario de Ajai, en California, pararon las dos ambulancias que habían recogido a las víctimas de un accidente de tráfico. Ella de 60 años, en estado grave, con pérdida de consciencia y él de unos 70, lúcido pero quejándose de un fuerte dolor en el pecho. Habían derrapado en una curva, con una motocicleta Harley-Davidson y los dos fueron atendidos de contusiones múltiples, aunque el motorista murió cinco horas después, sin que la mujer hubiera superado aún el coma profundo con el que entró. En el formulario de entrada hubo un despiste, propio de las urgencias y no constaba conexión alguna entre ellos. Por la documentación que la policía entregó en el hospital, ella era una “indocumentada” porque en su bolso no encontró ninguna identificación. Él, un tal Pete Conrad, de 69 años, con domicilio en Huntington Beach, al sur de Los Ángeles.

En un centro hospitalario donde atendían a diario a muchos accidentados, la muerte de un señor mayor no tenía nada de excepcional y lo bajaron al sótano, a la espera de que localizaran a sus familiares para que se hicieran cargo del cadáver. Tres horas después del deceso la policía no había logrado contactar con ningún familiar y nadie respondía a las llamadas que se hacían a los dos teléfonos que figuraban en la documentación encontrada. Esa situación tampoco era novedosa y tras el cambio de guardia, en la policía se olvidaron del motorista que se enfriaba en los sótanos hospitalarios.

Al día siguiente una emisora de radio recogió el rutinario parte de accidentes y difundió que  “un motorista,  llamado  Pete Conrad, según la documentación que portaba, falleció al salirse de la calzada y se encuentra en el depósito del hospital, sin que la policía haya logrado contactar con sus familiares”. Indicaron también que la víctima vestía cazadora beige abotonada, camisa de cuadros, pantalón vaquero y botas marrones, con las iniciales PC entrelazadas en la caña. El locutor concluyó la noticia con una interrogante: “¿Quién es Pete Conrad? Si lo sabes llama a la policía, al hospital o a esta emisora”.

Apenas difundida la noticia por la emisora, varios vehículos del Ejército irrumpieron en la entrada del hospital, interesándose por el motorista fallecido. Dos médicos militares se apresuraron a hacer una valoración de los daños físicos que había padecido y minutos después el hospital era tomado por cadenas de televisión, periódicos, emisoras nacionales y altos mandos militares, sembrando el desconcierto en la policía local y en el personal sanitario, que no entendían el interés por un hecho tan corriente como un accidente de motocicleta, con resultado de muerte para su conductor. “¿Qué ha pasado, quién es ese Pete Conrad que tanto interés suscita?”

La historia puede servir para bajarnos de muchas vanidades. Apenas 26 años después de ser una de las personas más conocidas, queridas y respetadas en EE.UU, recibido como un héroe nacional en la Casa Blanca, aclamado en el Congreso, con repercusión internacional y perseguido por todos los medios de comunicación, tras haber pilotado la Gemini 5 y 11, el “desconocido”  se enfriaba en el sótano de un hospital sin que nadie lo hubiera identificado. En 26 años su nombre y su figura habían desaparecido de la memoria colectiva y hasta en una emisora de radio pidieron ayuda porque “¿Quién es Pete Conrad?”

 Después de Neil Armstrong y Edwin Buzz Aldrin, Pete Conrad, comandante del Apolo 12, fue el tercer hombre que pisó la luna. ¡Un absoluto desconocido!







*Si desea recibir mis artículos directamente envíe un correo electrónico a: tomasmartintamayo@gmail.com.  Todas las remisiones se efectúan por consentimiento expreso del remitente.  Si no quiere seguir recibiéndolos, indíquelo a ese mismo correo.

*A excepción del correo electrónico facilitado, no dispongo de ningún otro dato, en la mayoría de los casos ni siquiera de la identificación del titular del mismo.

*En los artículos remitidos no se incluye ninguna publicidad.

*Todos mis artículos están abiertos en el blog Cuentos del Día a Día y se publican en la edición impresa y digital del periódico HOY.





No hay comentarios: