domingo, 5 de mayo de 2019

LUEGO AMÉN


                         La calma del encinar
                        LUEGO AMÉN
                     
                       
                                          Tomás Martín Tamayo
                                             Blog Cuentos del Día a Día
                                             tomasmartintamayo@gmail.com


Como no se pueden cambiar las reglas del juego una vez terminado el partido, tenemos que aceptar el resultado con todas sus consecuencias. (¿Sirve de algo quejarse, otra vez, de una ley electoral tan injusta que deja a Pacma, con  326.045 votos sin un solo diputado, mientras que Bildu, con 256.725, consigue cuatro?) Si el veredicto del electorado es sabio, bueno será analizarlo con cierta distancia para no caer en el ensimismamiento o en la melancolía. Yo defendí a Pedro Sánchez en este mismo espacio, cuando los varones dieron un golpe de mano en el PSOE y lo pusieron en la calle, pero por lo que ha hecho en su corta trayectoria, me parece que es un político poco escrupuloso y capaz de todo por seguir. Eso ha hecho que, muy tarde, me alinee con los que lo rechazaron porque lo conocían. Pero el electorado ha creído otra cosa, luego amén.

Creía y creo que ningún partido constitucionalista, ni ningún gobierno decente, puede establecer una entente cordial con el Bildu de Otegui o con el Otegui de Bildu, porque no se pueden olvidar 3.500 atentados, 8.000 heridos, 369 inválidos, 864 muertos…, pero el electorado ha considerado que hay que relativizar o pasar página, que es otro tiempo y que se imponen visiones menos encorsetadas, luego amén.

Los chalaneos de Pedro Sánchez con los separatistas vascos y catalanes me parece que les dan alas y legitiman sus aspiraciones rupturistas. Que sentarse en plan “colega, aquí no ha pasado nada” con Torra, es echar gasolina al fuego. Que hacer una campaña con banderolas que dicen que “Cataluña es una nación” es alentarlos con guiños de complicidad. Que cederles en los PGE la mayor parte de la tarta, en detrimento de las CC.AA. que son y se sienten españolas, es señalar una senda muy peligrosa. Que permitir el desafío y la rebeldía del gobierno de Cataluña es una contradicción. Que retirar el delito de “rebelión” a los que pretendieron dar un golpe de Estado, es alinearse con ellos, dejando contra las cuerdas a la Justicia, pero el electorado no ha visto tanto peligro y parece que ha relativizado las consecuencias de depender políticamente de los secesionistas, luego amén.

Creo que en estos diez meses el Gobierno de Pedro Sánchez ha derrochado con la patanería del rico nuevo, que la política económica ha sido de despilfarro continuo, clientelar, selectiva y basada en los intereses partidistas y que esas “juergas” las pagaremos todos, pero el electorado las ha bendecido, luego amén.

Me parece que tener la presidencia del Gobierno apoyada en  filoterroristas, separatistas, anticapitalistas, anarquistas, Podemos…, incapacita para programar políticas de Estado, pero el electorado ha dejado en bandeja de plata la posibilidad de que esos socios negocien exigencias o entren en el Gobierno, dándole a Pedro Sánchez un cheque en blanco, luego amén. ¡Amén y amén!

Muchas veces la osadía calculada es cinismo y desvergüenza, pero  obligado es reconocer que en el electorado han calado mejor los mensajes “guay” que los pusilánimes, cobardes y dubitativos de un Rajoy, también cegato y egoísta, que no supo ni dimitir a tiempo para evitar en su partido semejante catástrofe. Si, como estaba en su mano, hubiera dejado en la presidencia a la vicepresidenta ¿alguien duda de que el resultado hubiera sido diferente? Pablo Casado recogió un testigo lastrado de carotas, caraduras, caretas y chupones históricos. ¡Y le queda la cruz del 26M! El lamento del burlado: “Lo peor no son los cuernos, sino que se infecten y los adornen con guirnaldas”.





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