La calma del encinar
LUEGO AMÉN
Tomás Martín Tamayo
Blog Cuentos del Día a Día
Como no se pueden cambiar las reglas del juego una vez terminado
el partido, tenemos que aceptar el resultado con todas sus consecuencias. (¿Sirve
de algo quejarse, otra vez, de una ley electoral tan injusta que deja a Pacma,
con 326.045 votos sin un solo diputado,
mientras que Bildu, con 256.725, consigue cuatro?) Si el veredicto del
electorado es sabio, bueno será analizarlo con cierta distancia para no caer en
el ensimismamiento o en la melancolía. Yo defendí a Pedro Sánchez en este mismo
espacio, cuando los varones dieron un golpe de mano en el PSOE y lo pusieron en
la calle, pero por lo que ha hecho en su corta trayectoria, me parece que es un
político poco escrupuloso y capaz de todo por seguir. Eso ha hecho que, muy
tarde, me alinee con los que lo rechazaron porque lo conocían. Pero el
electorado ha creído otra cosa, luego amén.
Creía y creo que ningún partido constitucionalista, ni
ningún gobierno decente, puede establecer una entente cordial con el Bildu de
Otegui o con el Otegui de Bildu, porque no se pueden olvidar 3.500 atentados,
8.000 heridos, 369 inválidos, 864 muertos…, pero el electorado ha considerado
que hay que relativizar o pasar página, que es otro tiempo y que se imponen
visiones menos encorsetadas, luego amén.
Los chalaneos de Pedro Sánchez con los separatistas vascos y
catalanes me parece que les dan alas y legitiman sus aspiraciones rupturistas.
Que sentarse en plan “colega, aquí no ha pasado nada” con Torra, es echar
gasolina al fuego. Que hacer una campaña con banderolas que dicen que “Cataluña
es una nación” es alentarlos con guiños de complicidad. Que cederles en los PGE
la mayor parte de la tarta, en detrimento de las CC.AA. que son y se sienten
españolas, es señalar una senda muy peligrosa. Que permitir el desafío y la
rebeldía del gobierno de Cataluña es una contradicción. Que retirar el delito
de “rebelión” a los que pretendieron dar un golpe de Estado, es alinearse con
ellos, dejando contra las cuerdas a la Justicia, pero el electorado no ha visto
tanto peligro y parece que ha relativizado las consecuencias de depender
políticamente de los secesionistas, luego amén.
Creo que en estos diez meses el Gobierno de Pedro Sánchez ha
derrochado con la patanería del rico nuevo, que la política económica ha sido
de despilfarro continuo, clientelar, selectiva y basada en los intereses partidistas
y que esas “juergas” las pagaremos todos, pero el electorado las ha bendecido,
luego amén.
Me parece que tener la presidencia del Gobierno apoyada en filoterroristas, separatistas,
anticapitalistas, anarquistas, Podemos…, incapacita para programar políticas de
Estado, pero el electorado ha dejado en bandeja de plata la posibilidad de que
esos socios negocien exigencias o entren en el Gobierno, dándole a Pedro
Sánchez un cheque en blanco, luego amén. ¡Amén y amén!
Muchas veces la osadía calculada es cinismo y desvergüenza,
pero obligado es reconocer que en el electorado
han calado mejor los mensajes “guay” que los pusilánimes, cobardes y
dubitativos de un Rajoy, también cegato y egoísta, que no supo ni dimitir a
tiempo para evitar en su partido semejante catástrofe. Si, como estaba en su
mano, hubiera dejado en la presidencia a la vicepresidenta ¿alguien duda de que
el resultado hubiera sido diferente? Pablo Casado recogió un testigo lastrado
de carotas, caraduras, caretas y chupones históricos. ¡Y le queda la cruz del
26M! El lamento del burlado: “Lo peor no son los cuernos, sino que se infecten
y los adornen con guirnaldas”.
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