La calma del encinar
ELYSIUM CITY
Tomás Martín Tamayo
Blog Cuentos del Día a Día
Julio Verne ha vuelto y para que nadie lo dude, ha presentado en
Mérida, en absoluta primicia mundial, la primera edición de su última novela:
“Elysium City”. En ella ha empleado los ciento catorce años de ausencia, tras
su aparente muerte terrenal. Aseguró que, por su fantasía desorbitada, la nueva
narración abre un sendero, inexplorado hasta ahora, en la literatura de ciencia ficción,
catalogándola como su novela más arriesgada. Tras la primera lectura, “Elysium
City” parece el eslabón perdido entre “Veinte mil leguas de viaje submarino” y
“Viaje al centro de la tierra”, con la variante de que el nuevo escenario está
en superficie, en una zona árida y bastante despoblada, concretamente en el
término municipal de Castilblanco, en la llamada “Siberia extremeña”.
-¿Y por qué ha elegido ese escenario?
-Di vueltas a un globo terráqueo, lo paré con el dedo y
debajo estaba Castilblanco. ¿No eligió Cela a Torremejía como cuna de Pascual
Duarte? -Respondió el francés.
Julio Verne, durante su presentación espiritual ante los
medios, estuvo acompañado por John Cora, director y propietario de Cora Alpha,
la alcaldesa de Castilblanco y el presidente de la Junta, sonriendo, jubiloso, asintiendo con leves
movimientos de cabeza a las explicaciones del autor y del editor. Contento por
haber tenido el privilegio de ser uno de los primeros lectores de esta obra
que, sin duda, abrirá un nuevo camino en la narrativa fantástica del siglo XXI.
Sin embargo, la temática de la novela es poco novedosa, porque
es la misma que conocemos sobre Moisés, el pueblo judío, la tierra prometida, el maná del desierto…,
pero con adaptaciones acordes al momento. Si allí cayeron panes y perdices
sobre el hambriento pueblo de Israel, aquí caen parques temáticos, casinos,
hoteles, puertos deportivos y un estadio con 40.000 asientos, capaz de dar
cobijo a todos los pueblos de la comarca. Además de centros comerciales,
restaurantes galácticos, campo de golf y…
¡trenes ultrarrápidos! Eso sí, el autor se ha esmerado en hacer creíble su
nueva entrega, descendiendo a los detalles y en
la edición, incluye un desplegable futurista de un mundo de fantasía
tipo “Avatar”, repleto de edificios en punta, lagos, plataformas para las naves
del futuro y bosques en los que las
aulagas dan pistachos y las retamas aguacates. Además, todos los perros
llevan un collar de salchichas y las gallinas ponen huevos de oro mientras
cacarean ópera. “Elysium City” será un “bombazo”, -adelantó el editor-, más
visitado que el Disney World, de Florida. La previsión menos optimista no baja
de cuatro millones de visitas anuales en el nuevo centro de ocio universal.
Según explicaron
durante la presentación, el nuevo “Universo Verne” ocupará una superficie experimental de
1.200 hectáreas -¡Bien, coño, bien!- y en la transformación del erial en el
nuevo paraíso terrenal se invertirán 11.900 millones de euros -¡Bien, coño,
bien!- Y se crearán 50.000 puestos de trabajo que… (¡Vaaaamos, que nos vamos!)
-¿Y por qué no lo ha subido a 108.000 y acaba con el paro en
Extremadura? Preguntó un despistado.
-Lo estudiaré para la segunda edición. Es que no sabía que
hubiera tantos, –respondió el autor.
-¿Y por que não
mais 100.000 para Portugal?- interrumpió un portugués, corresponsal de A
Capital.
-Venga, vale,
otros 100.000 puestos de trabajos para Portugal, pero para la tercera edición.
“Elysium City”, vayámonos
concienciando, será el nombre con el que, en un futuro inmediato, se conocerá a
Extremadura en el mundo. ¡Pasaremos de extremeñitos a elysiumcitos! Guau.
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