La calma del
encinar
DE AQUELLOS
POLVOS
Tomás Martín Tamayo
Blog Cuento del Día a Día
Toca rasgarse las vestiduras. Dejamos que los
niños jueguen en el brocal del pozo y cuando tropiezan y caen dentro nos
sorprendemos. Llevamos cuatro días con la tabarra de la esperpéntica rectificación
del Tribunal Supremo, después de haber aceptado, con total naturalidad, el
amasijo de intereses que funden en el mismo horno el legislativo, el ejecutivo
y el judicial con la banca, multinacionales, gran capital… Del judicial pasan
al ejecutivo, del ejecutivo al legislativo, del legislativo a los consejos de
administración, de los consejos de administración al Tribunal de Cuentas, al
Consejo de Estado, a la banca, multinacionales…
¡Qué endogamia! El mismo presidente del Tribunal Supremo fue secretario de
Estado, con Aznar. Ellos sirven para todo y los demás mirando como bobos.
Es una espiral mareante, un
magma de sabores contradictorios que
concluye en que, aunque parezca distinto, todo es igual, porque en el banquillo
hay una única camiseta, pero con colores diferentes. Ellos se lo guisan, ellos
se lo comen y, aunque se miren de reojo y con teatral recelo, a la hora de
poner el cazo se sitúan de perfil y alargan la mano, mientras que al vulgo se
nos ensancha el esófago de tanto tragar ruedas de molino. De aquellos polvos vienen estos lodos.
¿Para qué sirve el Tribunal de Cuentas del
Reino? -me preguntaron en la Casa de Extremadura, de Jerez de la Frontera.
Alguna sorpresa cuando resumo que, al final del camino, es una institución
“tapadera”, que sirve para justificar lo que en teoría debería perseguir,
porque los mismos que hacen el gasto son los que lo supervisan. Algunos no
sabían que los integrantes del Consejo General del Poder Judicial y los del Tribunal
Constitucional, la cúpula del poder Judicial, obedecen a un reparto de
conveniencia entre los partidos políticos. Más de lo mismo con el Fiscal
General, nombrado por el Gobierno de turno, con lo que todo queda en manos de
los partidos políticos. De ahí la absoluta impunidad con la que se han movido y
se mueven. ¿Y la abogacía del Estado? Sirve al Estado, o sea, al Gobierno, que es
el que tiene la batuta. ¿Y el Defensor del Pueblo? También lo nombran los
partidos. Y por si quedara algún cabo suelto, el Gobierno se reserva la
potestad del indulto, una antigualla que data de 1870 y que puede ser
utilizada como moneda de cambio para pagar favores.
Con
la perspectiva que da el tiempo, bien parece que la propia Constitución, que
nos dimos como garantía de ruptura con el pasado, ha servido para perpetuarlo,
porque más allá de las formas y los gestos, consagra una democracia vertical que apenas supera el test más liviano. Aparentemente
la transición fue como un puente entre una dictadura decadente y una democracia
cogida con alfileres. Ahí seguimos. Pensábamos ingenuamente que iría
fortaleciéndose, pero no ha sido así y es el tiempo el que ha dejado en
evidencia el abismo entre una democracia de verdad y esta grosera partitocracia que la imita.
¿Y
sin salir del pasado, toca jugar al escondite con Franco? Con tanto manosear al
muerto, muchos nostálgicos adormecidos empiezan a ver una oportunidad, porque
Franco sigue vivo. Lo mantienen vivo.
Lo que hay
que derribar no son estatuas y nombres del callejero, ni cerrar la abadía del
Valle de los Caídos, sino las reminiscencias de un pasado que sigue presente en
muchas cabezas enfermas, atado y bien atado… ¿Pesimista? Será eso.
FINAL DE LOS ARTÍCULOS
*Si desea recibir mis artículos directamente facilíteme un
correo electrónico: tomasmartintamayo@gmail.com. Todas las remisiones se
hacen por consentimiento expreso y/o o solicitud al remitente. Si no
quiere seguir recibiéndolos, indíquemelo a ese mismo correo.
*A excepción del correo electrónico facilitado, no dispongo de ningún
otro dato, en la mayoría de los casos ni siquiera de la identificación del
titular del mismo.
*En los artículos remitidos no se incluye ninguna publicidad.
*Todos mis artículos están abiertos en el blog Cuentos del Día a Día y se
publican en la edición impresa y digital del periódico HOY.
*Si ha recibido el mensaje por error, le rogamos que lo comunique al
emisor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario