EL IMBÉCIL DE LA
PALMERA
Tomás Martín Tamayo
Blog Cuentos del Día a Día
Gabriel Rufián se ha
convertido en un disolvente de cualquier iniciativa sensata que se tome en el
Congreso de los Diputados, gloria bendita para cualquier irregularidad que se
intente investigar. El pobre tipo lleva su hatillo lleno de patochadas y se
recrea sacándolas y escupiéndolas, como si fueran sentencias socráticas. Es un
balón de oxígeno para los comparecientes porque, con sus “rufianadas”, da
solemnidad a lo intrascendente, restando importancia a lo esencial. Lo peor que
le puede ocurrir a una comisión parlamentaria es que uno de sus vocales se
dedique a mover el pañuelo para llamar la atención y espantar a las moscas,
mientras que los interpelados se van felices y sin un solo arañazo. No sé si,
como dijo la diputada popular, Rufián es
un imbécil, pero desde luego sus puestas en escena y sus paridas tienen una
considerable carga de idiotez, de memez e incluso de chochez mofletuda. Y de
inutilidad. Rufián está mayor y si cree que cobra por divertir, debe ir
renovando el repertorio porque se conoce el final de todos sus chistes.
Se supone que en esa comisión
del Congreso de los Diputados, sobre la financiación irregular del PP y su caja
B, los comparecientes van para caminar sobre un lecho de brasas y se esperaba
que Aznar o Álvarez Cascos tuvieran que emplearse a fondo para desmontar las
preguntas cargadas de cicuta que les tenían preparadas, pero todo queda en nada
y de la nada, nada trasciende. Al final llega el payasote republicano, monta su
particular espectáculo y mueve el capote de tal manera que les hace un quite
salvífico a todos los que por allí pasan. Si no lo considerara bastante
limitado, hasta podía pensar que es una treta acordada con los comparecientes,
que deberían pagarle el favor que les hace. Recuerdo una película en la que un
policía corrupto, a buen precio, “cometía errores” en la investigación para que
el juez anulara las pruebas acusatorias contra el que le pagaba.
El martes pasado le tocaba
hacer el paseíllo a exsecretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, que
aparece en todos los capítulos del libro gordo de Bárcenas. Conocedor como es
de los rifirrafes que se montan en esas comisiones, entró serio, con aspecto
cansado y voz queda pero, como Aznar, salió de allí divertido, risueño y
afirmando que se lo había pasado muy bien. Natural, miel sobre hojuelas, Rufián
acudió en su ayuda y disparando al aire ahuyentó la atención sobre el
compareciente, llamando “palmera” a la vicepresidenta de la comisión,
aburriendo una vez más al presidente y reclamando para su espinazo estoques,
puyas y banderillas. “¡Imbécil!”, le espetó la diputada y Rufián tan contento:”¡Ya
la lie otra vez, objetivo cumplido!”.
Con este alto debate de guiños, palmeras e
imbéciles, Álvarez Cascos, visiblemente aliviado se arrellana en su sillón, suspira
y sonríe, como si estuviera contemplando un sainete desde la primera fila de
butacas. Solo le faltó despedirse con un: ¡Gracias Rufianillo!”.
Pero lo más bufo no es el
lenguaje tabernario que utilizan, sino verlos en ese marco de exquisitez arquitectónica y de esa guisa,
pertrechados de sofisticados micrófonos, asientos de cuero, reclinables, mesas,
estrados, cámaras, taquígrafos, ujieres… ¡Un pastizal nos cuesta la fiesta que,
además, sirve para engordar la gorda nómina del bufón! Rufianadas más
ocurrentes pueden oírse en cualquier mercadillo, de puesto a puesto, sin más
ayuda que una bocina con pilas y sin pagar a los voceros.
___________________________________________________________
FINAL DE LOS ARTÍCULOS
*Si desea recibir mis artículos directamente facilíteme un
correo electrónico: tomasmartintamayo@gmail.com. Todas las remisiones se
hacen por consentimiento expreso y/o o solicitud al remitente. Si no
quiere seguir recibiéndolos, indíquemelo a ese mismo correo.
*A excepción del correo electrónico facilitado, no dispongo de ningún
otro dato, en la mayoría de los casos ni siquiera de la identificación del
titular del mismo.
*En los artículos remitidos no se incluye ninguna publicidad.
*Todos mis artículos están abiertos en el blog Cuentos del Día a Día y se
publican en la edición impresa y digital del periódico HOY.
*Si ha recibido el mensaje por error, le rogamos que lo comunique al
emisor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario