sábado, 21 de mayo de 2016

ASÍ SE ESCRIBIÓ EL QUIJOTE

La calma del encinar
               ASÍ SE ESCRIBIÓ EL QUIJOTE

                                                 Tomás Martín Tamayo
                                                 tomasmartintamayo@gmail.com
                                                          (martintmayo.com)




Les voy a desvelar un secreto histórico, aún sabiendo que no se lo van a creer: Miguel de Cervantes estuvo durante años recortando letras de un montón de libros de caballería y puso tal empeño que llegó a perder la movilidad de su brazo izquierdo. Cuando tuvo diez baúles de letras llenos, subió con ellos a la torre de la iglesia y los vació un día en el que el viento estaba calmado. Las letras al caer fueron bailando, cruzándose, entremezclándose, planeando caprichosamente sobre la liviana resistencia de su peso, hasta posarse mansamente sobre el suelo. Cuando Cervantes bajó de la torre comprobó que habían caído en un orden concreto, formando palabras, frases, capítulos…El los leyó con voracidad de alucinado y se limitó a recoger todas las letras en el orden en el que habían caído sobre la cantería de la plaza, las pegó pacientemente en una base estable y… ¡Eureka! Así apareció el primer “recortaescrito” de una historia alocada, a la que Cervantes puso por título “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, que esa fue su única aportación... ¿Qué no me creen? Pues sí que empezamos bien. Veamos esta otra.

Mariano Rajoy es el presidente del Gobierno que más ha luchado y legislado contra la corrupción. No solo no ha dejado pasar ni un solo caso en sus filas, sino que desde el primer atisbo se puso al frente del “batallón anti corruptos”, para que se supiera toda la verdad, llegando hasta las raíces más profundas del problema… ¿Tampoco cuela? ¿Y por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas?

A pesar de la inexplicable ayuda del fiscal, del Gobierno, de la abogacía del Estado, de la Agencia Tributaria… un juez pérfido y con afán de notoriedad, imputó a una hija de regio padre. La torturan haciéndola pasar por “la pena de banquillo”, pese a ser una víctima porque ella no supo, no participó y jamás se lucró de la tropelías de su marido, un avieso que la tenía engañada, haciéndola presidir, participar y firmar en sociedades fraudulentas. Todo va de mal en peor para ella, pero la divina providencia acude en su socorro, desvelándonos que está en esa situación tan penosa por haberse negado a pagar el chantaje nauseabundo de dos maleantes que le pedían un pastizal a cambio de dejarla en paz con sus labores pías. Ella se niega, lucha con la duda y para mantener la dignidad, elige el cadalso antes que ceder a los seres del averno que pretenden arrastrarla hasta el fango… ¿Tampoco? Difícil me lo ponen. A ver si ahora...

Hace cinco años la indignación de la calle se materializó en un movimiento de protesta al que se llamó 15-M. De él surgieron unos muchachos ingenuos, que apenas habían salido de su pueblo, con el afán de luchar hasta vaciarse en favor de los oprimidos, buscando una redistribución de la riqueza para que llegara a todos. No tenían otra pretensión, no querían sillones ni cargos, renunciaban a sueldos y prebendas, traían nuevas formas y una visión diferente de lo que debe ser la política del futuro, huyendo del dirigismo vertical, propio de las castas. ¡Democracia participativa, democracia! Después... ¿Qué no siga? Bueno, pero que conste que a mí lo de Cervantes me parece bastante posible. Seguiremos.



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