miércoles, 23 de marzo de 2016

UN MUNDO MODERNO Y FELIZ






*Si desea recibir mis artículos de forma directa, rápida y segura, facilíteme un correo electrónico: tomasmartintamayo@gmail.com.  
*Todos mis artículos están a su disposición en el blog Cuentos del Día a Día.
______________________________________________________________________________



                        La calma del encinar
                        UN MUNDO  MODERNO Y FELIZ

                                                             Tomás Martín Tamayo
                                                             tomasmartintamayo@gmail.com
                                                             Blog Cuentos del Día a Día

Hoy es Viernes Santo y, como evidencia de lo mucho que hemos progresado en estos 2000 años que nos separan de la crucifixión de Jesucristo, es posible que aquí al lado, en la amiga Arabia Saudita, crucifiquen a un muchacho que con 17 años tuvo el atrevimiento de participar en una protesta callejera contra los sátrapas que allí  pisotean los Derechos Humanos, los mismos que besan familiarmente a nuestros reyes. Sin cortarse ni un pelo, a la vista de todos. Y no olvidemos que la Semana Santa comenzó allí con la decapitación pública de una mujer a la que arrastraron por el suelo hasta lograr que un cerco de curiosos se parara para ver el espectáculo. Ahorcan en las plazas públicas, uniendo dos grúas con una cuerda, mutilan a menores por robar unos botes de leche… En la última década fueron crucificados 23 reos y, pese a la presión internacional, se mantiene la sentencia contra Ali Mohammed Baqir al-Nimr, al que hoy, qué casualidad, quieren decapitar y crucificar como aviso a navegantes. ¿Eso ocurre hoy? Sí, eso ocurre hoy, pero no lo busquemos en ningún telediario.

No solo se sigue crucificando en Arabia Saudita, también en Yemen y en Sudán... El año pasado el Estado Islámico crucificó en Túnez a cinco miembros de una familia, entre 50 y 17 años, con la grave acusación de “ser cristianos”. Resulta paradójico que todavía nos estremezcamos hasta el llanto con los pasos procesionales que representan los sufrimientos de la crucifixión de Jesucristo, hace más de 2000 años, mientras seguimos permitiendo réplicas de aquella salvajada, entre aplausos, abrazos y sonrisas complacientes, al día de hoy y al lado de casa. ¿Y la comunidad internacional? Bien, gracias. ¿Qué diría Jesucristo?

La barbarie sigue anidando entre nosotros y el primate del que procedemos no acaba de abandonarnos. ¿Tienen algún sentido los atentados terroristas del pasado martes en Bruselas? ¿Solucionan algo esos muertos, heridos y mutilados? En todo caso tiene el sentido del sin sentido porque, aunque el terrorismo es difícil de combatir, se hace imposible cuando por causas que se nos escapan no se va a la raíz del mal que lo alienta y solo se ponen cataplasmas. Parece evidente que detrás de él se mueven intereses estratégicos y económicos que nos superan a los que finalmente solemos ser sus víctimas. Comemos y digerimos los que nos sirven en el plato y, en un acto de fe cegato, aceptamos lo que nos dicen como verdades indiscutibles. Ahora, mientras procesionamos vestidos de penitente, toda Europa buscando al tercer brazo de la masacre de Bruselas, al tipo con sombrero y chaqueta que acompañaba con un carrito a los dos fanáticos que se inmolaron. Hay que cogerlo, claro, pero ¿eso resuelve algo? Hipocresía en EE.UU, en la Europa comunitaria y cinismo en cada uno de sus integrantes, todos de perfil a la hora de juzgar según un rasero de conveniencia. Escupimos hacia arriba y después nos lamentamos de que el escupitajo nos caiga encima.




¿Por qué en el llamado mundo civilizado sonreímos complacientes a los países que aportan recursos económicos y materiales a los terroristas que acaban atentando contra nosotros? Alguien podría estar cantando aquello de “no estamos locos, que sabemos lo que queremos…” ¿Se ignora quién sufraga al llamado Estado Islámico? ¿Quién lo abastece de armamento sofisticado? ¿Los intereses “territoriales” de los Emiratos? ¿Lo que mueve el petróleo de Arabia Saudita? Poderoso caballero es don dinero. Francia sonríe, Italia aplaude, Alemania comprende, Bélgica llora, Portugal silba, EE.UU valora su posición de aliada, España la abraza fraternalmente porque nuestra monarquía tiene lazos “familiares” con sus sátrapas. Los Derechos Humanos allí están torcidos ( Pacheco dixit), pero parece que nos divierte más mostrar los estantes vacíos en los hipermercados de Venezuela o hablar de las gilipolleces del mostrenco que ve pajaritos con la cara de Hugo Chávez.

En 1968 se encontró en el noroeste de Jerusalén la tumba de un hombre llamado Juan, hijo de Haggol, que murió crucificado hace unos 2000 años. Tenía una osamenta fuerte, una estatura de 1´67 y cerca de cuarenta años…El hallazgo se considera muy importante porque puede aportar datos novedosos sobre la crucifixión y sus consecuencias… ¿Y por qué no estudian en vivo y en directo las crucifixiones y sus consecuencias en los crucificados de hoy? Material no falta y podían incluso monitorizarlos para estudiar la evolución en cada paso. Misterio.

Domingo de Ramos, Semana Santa, Viernes Santo, Domingo de Resurrección y el lunes romerías. Y no olvidemos el arroz con leche y las torrijas.
_____________________________________________________________________________



*Si no quiere recibir mis artículos dígamelo para darle de baja de la lista de direcciones: tomasmartintamayo@gmail.com

*Si lo va a reenviar, no olvide incluir a los destinatarios en CCO

*En virtud de la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de Diciembre sobre protección de Datos de Carácter Personal, tanto este mensaje como sus posibles documentos adjuntos, son confidenciales y están dirigidos exclusivamente a los destinatarios de los mismos






No hay comentarios: