lunes, 29 de septiembre de 2014

Entrevista en eldiario.es

  "La misión del intelectual es siempre la misma, marcar a los necios"

Martín Tamayo: "Pero yo no lo soy, me sobra pasión"
La gente del PP que eran sus amigos de verdad "siguen siéndolo y son mayoría"
Tomás Martín Tamayo
Tomás Martín Tamayo

Desde hace un mes, Tomás Martín Tamayo, colabora con eldiario.es Extremadura.
Nació en Campillo de Llerena (Badajoz) hace 66 años, está casado y tiene dos hijos, uno de ellos un famosísimo periodista y estadístico deportivo, Míster Chip.
Maestro y escritor, fue consejero de Cultura, Educación y Deportes de la Junta de Extremadura. Cofundador del Centro Democrático y Social (CDS) junto a Adolfo Suárez, y quizá uno de los extremeños más conocedores del ex presidente de la Transición, su crítica al PP extremeño ha hecho que fuera ignorado, por ejemplo, en un reciente congreso celebrado en Mérida sobre ese tránsito a la democracia, congreso del que eran responsables tanto la Universidad como el Parlamento regional.
-¿Cuáles son tus relaciones con el Partido Popular?
-La gente del PP que eran amigos de verdad siguen siéndolo y son mayoría. Los que tenían conmigo una amistad política, falsa y de interés, desaparecieron, gracias a Dios. Esa gente solo sirve para intoxicar y hacer sombra.
-¿Cómo ves el momento que vive la región?
-Extremadura parece programada para el subdesarrollo y si en momentos de bonanza perdió todos los trenes, con un Ibarra empeñado en invertirlo todo en su autopromoción personal, en momentos de declive generalizado como el actual necesitaba a un gestor eficaz, pero, más de lo mismo, Monago es como Ibarra pero peor, porque las copias nunca son mejores. Creo sinceramente que la incursión de IU ha sido idiota desde el principio y que su postura de apoyo efectivo a Monago ("gracias a IU nunca me he sentido en minoría absoluta") ha perjudicado a Extremadura y ha arruinado a la propia IU, algo que se verá muy pronto. Confío en que Fernández Vara, que parece que está de nuevo en rampa de salida, de a Extremadura un impulso diferente en la próxima legislatura.
-Estás ya jubilado de maestro, y sin embargo no renuncias a la complicación relativa de ser columnista periodístico de actualidad. ¿Qué te aporta, que inconvenientes supone, cómo llega el eco de tus escritos?
-Necesito comunicarme, dar mi opinión. Es algo que no tiene retroceso porque ya llevo 32 años y más de 2.200 artículos publicados, pero si existiera la moviola... A mí me ha reportado algo de reconocimiento, pero me ha complicado la vida y ha limitado muchas de mis posibilidades. Como ejemplo reciente, una novela mía, finalista en cuatro premios nacionales, ha sido descartada en la Editora Regional y yo sé bien las razones... Mis hijos tuvieron que salir porque a pesar de sus méritos académicos, aquí tenían y tienen todas las puertas cerradas. Y yo soy un escritor maldito...
-¿Cuál debe ser en estos momentos la función de un intelectual?
-La misión del intelectual es siempre la misma, marcar a los necios y abrir caminos nuevos, pero hoy hay que buscar mucho para encontrar a un intelectual. Yo tengo una postura contestataria y suelo ir contracorriente, pero no soy un intelectual. A mí me sobra pasión.
-Como escritor, ¿en qué estás trabajando en la actualidad, te gustaría dedicarle más tiempo a ello?
-Estoy en cuatro proyectos literarios. Reviso mi novela ‘El enigma de Poncio Pilatos’ para una edición en italiano; corrijo una colección antológica de cien relatos, que saldrá este año; busco editor para ‘El manto del légamo’, una novela ambientada en la Extremadura de la postguerra hasta nuestros días, y avanzo lentamente en otra novela histórica: ‘La amargura de Tiberio’. Necesito tiempo y aislarme para poder escribir con sosiego y calma. La literatura es enemiga de las precipitaciones.

viernes, 26 de septiembre de 2014

ROSTROS DE CARTÓN PIEDRA

                                 
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                             El son de los asombros
                             ROSTROS DE CARTÓN PIEDRA
                                                               Tomás Martín Tamayo
                                                               Blog: Cuentos del día a día



Un viejo militante del PP, refiriéndose a Rajoy, me decía ayer: “Hombre, Tomás, muy tonto, muy tonto no debe ser, cuando nos ha engañado tantas veces a tantos”. Y lleva razón, tal vez la tontuna esté entre los que creímos que debajo de su cara de tonto había algún principio, algo de lealtad, un atisbo de dignidad... Nada de nada, Rajoy, fiel a su relativismo tancredista, ha vuelto a hacer lo que mejor sabe: poner cara de tonto y reírse del personal, demostrando, una vez más, que todo lo que dice o promete es “leche migá”, alimento para crédulos e ingenuos. La montó parda, subiéndose a todos los caballos cuando la miembra Aído y ZP reformaron la ley de interrupción del embarazo hasta dejarla en un aborto a la carta, en el que incluso las menores de 16 años podían abortar sin conocimiento de sus padres. Encabezó manifestaciones, involucró al PP, logró movilizar a los sectores más conservadores, utilizó a las organizaciones Provida, hizo un seguidismo tan falso como interesado de los postulados de la Iglesia… Prometió y se comprometió a cambiar la regulación si llegaba a la presidencia del Gobierno y, para demostrar la firmeza de sus postulados, presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional.

¿Tiene Rajoy la culpa de ser como es? ¿Es culpable de decir una cosa y hacer la contraria, siempre, siempre, siempre? Si se mira con un poco de perspectiva su trayectoria, ha demostrado, en sus tres años de gobierno, que es una persona coherente y previsible, porque siempre hace lo mismo, que es lo contrario de lo que dice que va a hacer. Si afirma que a él no le gusta la paella, lo que realmente está diciendo es que todo los días la come, si enfatiza que él jamás de los jamases tocará las pensiones o el presupuesto de Sanidad y Educación, lo que está diciendo es que va a entrar a saco en esas tres parcelas. Las personas que mienten siempre son tan coherentes y fiables como las que dicen la verdad. Rajoy, mintiendo dice la verdad, pero necesita traductores. El problema no está en su orilla, sino en la de los que lo escuchan literalmente. ¿Qué quería decir cuando afirmaba que iba a modificar inmediatamente la Ley de interrupción del embarazo? Pues, eso, que no la modificaría. Ahora, todos los sectores a los que utilizó electoralmente se quejan de su incumplimiento, a pesar de que él dijo siempre lo que iba a hacer, que era lo que no pensaba hacer. No sé si se me entiende, porque traducir a Rajoy no es fácil.

Gallardón, tan listo como se cree, tiene ahora otro motivo para llorar, porque no supo entender que cuando Rajoy le encargó la modificación de la Ley del embarazo, lo que realmente le estaba pidiendo es que no modificara nada, que dejara pasar el tiempo, que amagara pero sin dar y que dilatara la tramitación hasta el nunca jamás, distrayendo al personal para que no se detuviera en otras cuestiones más peliagudas, como la corrupción, el “cosa nostra” para seguir repartiendo cargos y prebendas entre la parentela. Con o sin acuerdo previo, el PSOE le hizo el juego.  ¿Se acuerdan de la tabarra del caso Faisán, en el que unos policías habían alertado a la banda para que no acudieran a una cita? Pues nada más llegar al Gobierno cerró el caso bajo siete llaves, porque a Rajoy lo que le interesaba era la utilización electoral de aquella vergüenza, no la verdad ni el esclarecimiento del contubernio.
 
 ¿Qué los catalanes están dando la coña más allá de lo razonable? Él, a lo tonto y como el que no quiere la cosa, se pone de perfil mientras desempolva el cartapacio de  Pujol y sus nenes, soltando más liebres de trapo para que se distraigan los galgos. Ahora tras la retirada definitiva de la modificación que había impulsado Gallardón, todas las miradas confluían en los miembros del Gobierno que pertenecen al Opus Dei, encabezados  por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz… ¿Cómo me las maravillaría yo? Más liebres, deteniendo en vivo y en directo al violador de Madrid, al que previamente habían hecho “enemigo público número uno” y al que, según la Policía, tenían controlado desde hacía casi dos semanas. El ministro ya se puso la medalla y, de momento, parece que se traga sus principios religiosos. Vamos, que eso del aborto puede esperar, porque al final Rajoy es como todos ellos y todos ellos son como Rajoy. ¡Rostros de cartón piedra!



viernes, 19 de septiembre de 2014

EL PESCADO ESTÁ VENDIDO

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      El son de los asombros
                                    EL PESCADO ESTÁ VENDIDO
                                                                 Tomás Martín Tamayo
                                                                 Blog Cuentos del día a día



“Hasta el rabo todo es toro”, dicen en la jerga taurina para significar el peligro del astado hasta que cae apuntillado, pero cuando el animal se arrima a tablas, duda, baja la cabeza y mira vidrioso, todo en el toro es menos toro, aunque aún le queden fuerzas para dar un cornalón mortal. A esas alturas de la lidia ya saliva el del clarinete para anunciar el siguiente, las mulillas de arrastre se muestran nerviosas, el picador es ayudado a subir a su jaco y parte del público comienza a silbar o a mover sus pañuelos. Y el torero respira mientras mira de reojo al tendido para conocer la sentencia del respetable sobre su faena, porque, como suelen decir, cuando ahí se llega, “todo el pescado está vendido”…

 En esas estamos, en el último tramo de una legislatura en la que no hemos tenido respiro ni sosiego, porque a empujones nos han llevado de circo en circo, de romería en romería y de feria en feria. Hoy, como ayer, en Extremadura todos los caballos, hasta los dos del Citröen, llevan doce cascabeles para hacer ruido. Cohetes, altavoces, redobles, trompetas, palmas, cintas de colores, farolillos y algarabías hasta para anunciar un estornudo, pero la legislatura, como el toro, ha bajado la cabeza, mira vidriosa y busca las tablas. Todo el pescado está vendido, lo que se ha hecho es lo que se pagará, aunque en ese afán estúpido de asestar un último cornalón, considerando necio al electorado, pretendan sacar conejos de la chistera en forma de paguitas a las ancianas o rebajas fiscales apresuradas.

Lo que pudo ser no ha sido. El fatuo “gobierno de los mejores” fue mediocre desde su origen, sin pulso individual, sin iniciativa y fiándolo todo al tirón de un vocalista sordo y empeñado en cantar los corridos de un ocurrente de mercadillo. La sobreactuación ha sido el nexo entre la realidad que atosiga a Extremadura y la ficción de los que no teniendo nada que ofrecer nos han dado pan mohoso y circo de cabra callejera sobre taburetes y latas vacías. Han sumado paro al paro, deuda a la deuda, despilfarro al despilfarro, enchufismo al enchufismo y lo han hecho con alevosía, premeditación y, lo que es peor, con prepotencia clasista, envuelta en falsa sencillez. No ha habido coordinación ni frentes comunes para las verdaderas prioridades y han gastado cantidades millonarias en luminarias y Ceres, mientras aumentaban las colas de los comedores sociales y los parados alcanzaban dígitos históricos.
 
Monago ha sido un fiasco, una mala copia del fanfarrón barbado que se fue y no se ha ido, un desclasado pero porque no ha tenido clase alguna y su único afán ha sido buscar el trampolín más alto, compitiendo él solito en un ridículo “mira quien salta” para lucir su palmito. Su egolatría lo ha llenado todo y en venderlo han gastado a espuertas  un dinero que no les dolía porque era nuestro. Gobernar es priorizar y ellos han priorizado, sostenidos incomprensiblemente por una IU con la boca abierta, como pajarillos que esperan la pitanza en el nido. Si Monago se conformó con poco, estos “rojos” de tintorería se han conformado con nada. Dos lombrices y unos granitos de cereal.


Ya es tarde para rectificar en tan poco tiempo tanto desatino. Y no han fracasado por haberse confundido sino porque ni siquiera lo intentaron. Desde el primer día, con la toma de posesión en el Museo Romano, ya comenzaron a imprimir una carta de presentación que ha devenido en patrañas y mentiras. La corrida acaba y ni se restituye la sangre que se fue a borbotones, ni existe moviola para que los toreros ensayen un arte que no tuvieron. La suerte está echada y todo el pescado está vendido. Mal que les pese.

viernes, 12 de septiembre de 2014

TRILEROS

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        El son de los asombros
                                      TRILEROS
                                             Tomás Martín Tamayo
                                             Blog: Cuentos del día a día



Desde el comienzo de la legislatura vengo sosteniendo que el duende vasco, que como una garrapata cabalga sobre la oreja de Monago, no tuvo nada que ver con la subida del PP en las elecciones autonómicas, municipales ni generales, que el valedor del Partido Popular en aquellas elecciones fue el gran necio ZP y que por la ley del bipartidismo, cuando el PSOE baja sube el PP. Y al revés. En las municipales el PSOE perdió pueblos tan emblemáticos como Almendralejo y Olivenza y el PP consiguió por primera vez la Diputación cacereña, sin que el tipo de las ocurrencias participara en el desalojo. Pocos meses después, con el mismo viento y por las mismas causas, Rajoy lograba una holgada mayoría absoluta en las elecciones generales y, que se sepa, el tipillo tampoco participó en estrategia alguna. Vamos, que con inventos y sin inventos, sin motos, sin casco de bombero y sin subasta de zapatillas, el resultado hubiera sido parecido. Yo creo sinceramente que los pocos votos que le faltaron al PP para alcanzar la mayoría absoluta en las elecciones autonómicas, los perdió el candidato con esas idioteces.

Pero Monago, como todos los descreídos que enfangan con su relativismo la política, porque en el fondo no creen ni en ellos mismos, a veces resulta tan crédulo como previsible y cuando vio  los juegos malabares del gran ocurrente, se entregó a su causa, convencido de que lo había conducido hasta la tierra de promisión. Monago está convencido de que no le debe nada a Zapatero, ni al PP, ni a los alcaldes, ni a los militantes, ni a los diputados, ni…, porque todo es causa/efecto de las estrategias del duende, al que no tardó en nombrar consejero de Ocurrencias, con mando en plaza para supervisarlo todo. El caso es que a su minoría logró sumar los votos de IU y, como bien ha reconocido recientemente en el capítulo de los agradecimientos emocionados, gracias a ellos nunca se ha sentido en minoría absoluta, mérito personal que hay que reconocerle y demérito para IU por el desnorte de sus tres/dos diputados que durante toda la legislatura han comulgado con ruedas de molino, cayendo en la contradicción de querer estar en misa y repicando las campanas. El último episodio se visualizó el jueves pasado, paralizando una vez más el pago de la Renta Básica que ellos mismos presumen de haber propuesto. Pero si Monago tiene la cruz de Redondo, Escobar lleva la de Nogales y los cuatro, Monago, Redondo, Escobar y Nogales, se irán cogiditos de la mano dentro de unos meses. Han demostrado tener vocación de trileros, pero son tan torpes en el manejo de los cubiletes que hasta los ciegos aciertan dónde esconden la bolita.
 
Con cartas o cubiletes, el trilero es un fulano que, ayudados por cómplices con los que comparte botín, se dedica a engañar - engañabobos- a los ingenuos que con palabrería y juegos malabares creen que se pueden vencer la ley de la gravedad. Todavía andan los trileros en plan furtivos por ferias y mercadillos, pero donde han sentado sus reales a cara descubierta, con absoluta desvergüenza e impunidad, es en la política extremeña, en la que gozan de un proteccionismo especial. A los trileros de feria los persigue la policía, pero los que se dedican al engaño oficial y desde las instituciones, están protegidos e incluso escoltados por los mismos policías. Es decir que, aunque la RAE no lo recoja, trilero es sinónimo de trolero.

¿No resulta nauseabunda por trilera la añagaza de los 300 euros anuales para las mujeres sufrientes de las consecuencias de la Guerra Civil, bla, bla, bla? La propuesta es tan idiota que ha alumbrado menos tiempo que un cohete de feria, pero estas son las ocurrencias que se condimentan en la factoría y Monago, menos reflexivo que temerario, se presta a poner su tenderete donde le dice el que le elige las corbatas. El genio.

¿Trescientos euros para 35.000 mujeres mayores de 75 años? ¿Para pagarles la deuda histórica por los sufrimientos de la guerra, pío, pío pío…? Pero si en Extremadura tenemos a más de 70.000, ¿cómo van a hacer el espulgo para excluir a la mitad? ¿Y los hombres mayores de 75 años no sufrieron las mismas o mayores consecuencias? Bueno, mejor lo dejo porque creo que es de gilipollas analizar gilipolleces. Gilipolleces de trileros.






viernes, 5 de septiembre de 2014

NOSOTROS, LOS FASCISTAS

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                                                       NOSOTROS, LOS FASCISTAS
                                              Tomás Martín Tamayo
                                              Blog: Cuentos del día a día


Me intriga Podemos, admiro al colectivo Campamento Dignidad, me caen bien los ecologistas y reconozco que algunos grupos feministas están haciendo una labor encomiable, pero no estoy en sus movimientos estratégicos, políticos ni sociales, aunque pueda coincidir con todos ellos, y por las mismas razones, en el rechazo al despilfarro estúpido de los Premios Ceres de teatro. O sea, que servidor también es un fascista. ¡Qué teatro! Resulta que el auto-llamado mundo de la cultura, el mismo que rodeaba y arropaba a Zapatero, con la “risafloja” de Concha Velasco a la cabeza, se dio cita en Mérida, previo pago de su importe, para recibir homenaje y reconocimiento a sus respectivas labores. Y, claro, al socaire de tanta soflama estúpida y costosa para reconocer ante el mundo mundial al nuevo mecenas de la farándula, al nuevo caudillo de la escena. Tanta pasión ha despertado Monago entre los culturetas que alguno, en un brindis y con evidente cachondeo, incluso propuso que los Ceres pasaran a llamarse Monagos, en reconocimiento a su labor y preocupación por un colectivo que desde que se fue ZP andaba sin atisbar tierra de promisión.

Y fue curioso que todos ellos, artistas progres de toda la vida, diputados, cargos del PP y autoridades civiles y militares, se vieran en la triste necesidad de entrar en el Teatro Romano por una puerta lateral de servicio, porque en las cercanías de la entrada principal había una manifestación contra el teatro infumable que se iba a representar en el interior, con un coste que superará los 700.000 euracos. Los del Campamento Dignidad, Podemos, ecologistas diversos y grupos feministas se manifestaban en la puerta para protestar y evidenciar que esa Extremadura de cartón piedra que estaba en el interior, no tenía nada que ver con la Extremadura real que viven y sufren los extremeños. También estaban allí miembros destacados de la IU extremeña, la misma que apoya implícitamente el libreto que se iba a representar dentro, lo que no deja de tener un buen pellizco teatral, porque si los tres diputados de IU le dicen a Monago que “Ceres, no”, el teatrillo hubiera concluido incluso antes de empezar. Un cafetito entre Nogales y la Teniente hubiera sido suficiente para bajar la persiana. ¿Hay más de una IU? La visible es la que pastorea Monago.


Pero pese a los círculos policiales que protegían a los de dentro (aquello recordaba otras épocas), hubo algarabía, gritos, voces, cancioncillas, “tapaderadas”… Y el jefe de la escena, como director del Festival, Jesús Cimarro, estaba muy enfadado porque había previsto las máscaras de los de dentro, pero se había quedado sin explicaciones para los de fuera. Y como tenía que hacer o decir algo y no sabía qué decir ni qué hacer,  regaló a los manifestantes el título de “fascistas”, porque en aquel momento de ira no se le ocurrió lo de “conspiración judeo masónica”, con lo que Franco cerraba cualquier discrepancia interna o externa. ¡Que sofoquina se cogió el buen señor! Unos cuantos fascistas de Campamento Dignidad, IU, ecologistas diversos… le iban a reventar una noche triunfal en la que la “cremé de la cremé” de la escena, con la ausencia, -¡lástima!-  de Loles León y de la Bardem y su niño, iban a entronizar a su jefe como el nuevo “conducator” hacia la tierra de promisión teatral. Monago, barón rojo, verso suelto y ahora mecenas.

Mientras tanto, el entronizado se quedaba sin espaldas de tanto abrazo faranduleroGurruchaga incluso se inclinó y las declaraciones de Loquillo fueron impagables. Monago parecía convencido de que gastarse ese pastizal, más de 700.000 euros, en dos horas de guateque con gente tan culta y progre, bien merece retrasar un poco más el pago de la Renta Básicaalargar la cola de los 70.000 extremeños que pasan a diario por los comedores sociales y olvidarse de esos parados impertinentes que se empeñan cada día en ser más y más y más

Bajó el telón, y se apagaron las luces del escenario romano,  pero la representación tiene que continuar y después del cubo de agua fría, me aseguran que ahora preparan el aterrizaje en un campo de fútbol … ¡en parapente!  Ave César.