La calma del encinar
FRÍVOLO,
IRRESPONSABLE Y COBARDE
Tomás Martín Tamayo
Imaginen a un bombero que ante un fuego incipiente, que puede apagar
con el pie o con medio vaso de agua, decide no tomarlo en consideración y
espera a que se expansione. ¿Cómo lo calificaríamos antes de, por supuesto,
exigirle responsabilidades penales y expulsarlo del cuerpo? ¿Le diríamos frívolo,
irresponsable, inútil, cobarde…? Traslademos el símil del incendio y el bombero
pasota a lo que está ocurriendo en y con Cataluña. Un fuego que se aviva por
horas, que se expansiona libremente alimentado con paja seca de mentiras y
falsedades y que está consiguiendo crecer de manera incontrolada, mientras el
bombero, o sea, el Gobierno con Rajoy a la cabeza, se fuma un puro, impasible
el ademán, y esperan a que las propias llamas caven un cortafuegos, sean
responsables y se extingan ellas solitas...
¿Muy crédulos, muy ingenuos o muy tontos?
Frívolo, irresponsable, inútil,
cobarde…, fueron algunos de los epítetos que utilizó Rosa Diez para calificar
al presidente del Gobierno desde la tribuna del Congreso de los Diputados.
Durán i Lleida, ejerciendo de correveidile, alertó de una posible declaración
unilateral de independencia por parte de Cataluña, pero en el momento en el que
se lanzaba en el Congreso de los Diputados el mayor órdago, o la mayor amenaza,
contra la unidad de España, solo un ministro y 30 diputados estaban presentes.
Como es habitual, los temas intrascendentes, como este del secesionismo de Cataluña,
los dejan para que los escuchen los ujieres y los comenten las limpiadoras y
camareros de la casona. Ellos, el Gobierno y sus señorías, están muy ocupados y
no atisban que con esas actitudes se propicia el resurgir de los
“toelmundoalsuelo”, añorantes y salvapatrias.
¿Dónde estaban los 320 diputados? ¿Y el presidente del Gobierno? ¿Dónde
estaba el Gobierno? Parece que este tema no les incumbe y nadie se siente obligado a responder a la amenaza
secesionista que se está urdiendo en Cataluña? Es la misma actitud del bombero
irresponsable, que decide esperar a que el fuego nos churrasque los cataplines
antes de alargar el brazo para coger la manguera que está colgada en una
vitrina de la Constitución. Esta indolencia parece bastante más grave que la
osadía de un presunto caudillo regional, empeñado en rodear los límites de su
pueblo con alambradas de espinos. Tranquilidad absoluta, el fuego crece, los
desafíos hacia nuestro Estado de Derecho son constantes, los desplantes rozan
la grosería, pero siguen de perfil, como si no fueran conscientes de que son
muchos los que están mirando de reojo a Cataluña para recorrer el mismo camino.
Nos enfadan las serpentinas del
alguacil de Gibraltar, pero nos encogemos ante el regüeldo del primer iluminado
que decide poner fronteras en el pasillo de nuestra propia casa? Se sabía que
se iba a hablar del envite de los separatistas catalanes, pero ante semejante
fruslería todos salieron de estampida,
aunque esa idiocia no impide que en Cataluña sigan soplando el fuego
secesionista. Va a ser más peliagudo y doloroso extinguirlo después, pero el
Gobierno sigue enrocado en un tancredismo inconcebible. Rosa
Diez aprovechó la ocasión para subir a la tribuna y ante un hemiciclo vacío, mirando
al único miembro del Gobierno que estaba presente, calificó a Rajoy de
“frívolo, irresponsable, inútil y cobarde”. Montoro, tan gallo “kirico”
él, estaba tan encogidito por el chorreo
que casi no se le veía. Como su hubiera pasado por una tribu de jíbaros.