sábado, 16 de febrero de 2013


                      La calma del encinar
POR EL MAR CORREN LAS LIEBRES
Tomás Martín Tamayo

Era necesaria la comparecencia del presidente de la Junta para explicar el alcance de los recortes y el cumplimiento del objetivo del déficit. Pero antes de  aclarar que nos hemos pasado muchos pueblos, del 0,97% al 1,5% exigido, debería haber anunciado el cese fulminante de los responsables económicos de la Junta que, con su manifiesta incapacidad, han propiciado tanto dolor, tanto drama y tanta miseria en Extremadura. Es indignante, deberían estar avergonzados de los errores de bulto que han cometido y que han servido, fundamentalmente, para arruinar a muchas empresas, a centenares de autónomos, cerrar PAC, despedir maestros, alargar las listas de espera, cortar el transporte escolar, los seguros agrarios...  Ese excedente de 90 millones de euros sobre el objetivo exigido, tiene sangre, sudor y lágrimas detrás y además de las responsabilidades políticas tal vez deberían afrontar solidariamente todas las demás, porque no parece justo que la ruina de miles de familias, causando tanto mal innecesario, salga gratis. Monago parece saber más de recortes que de parados, por eso se felicita de los primeros y no habla de los segundos. El colmo es que en lugar de pedir perdón, utilicen la incapacidad para sacar pecho y presumir. 

 Que una comunidad como Extremadura, con una de las mayores tasas de paro y pobreza, alejada de todos los índices de desarrollo y bienestar, encabece grotescamente el ranking de los recortes,indica claramente que tenemos lo que queremos pero no lo que merecemos. Los recortes han golpeado a los màs débiles y han alargado las listas del paro y la de los comedores sociales. Es indecente recortar, a costa de tanta tragedia, 90 millones más de lo que estábamos obligados, mientras se generan 60.000 nuevos parados en 18 meses. Resulta llamativo que, precisamente los responsables inmediatos del despropósito, organicen para su lucimiento personal esperpénticos e interminables besamanos, con escenarios hollywoodienses para presentar ¨la estrategia de especialización inteligente de Extremadura¨. Lo traduzco para los no iniciados: leche migá. Veinticinco minutos duró el recibimiento de la ¨familia real extremeña¨ presidente y vicepresidenta como soberanos y  el consejero de Hacienda como principito. Un tanto añejo, eso sí.


Pero es que resulta que los responsables de la economía extremeña, tan lúcidos ellos, parece que tienen dificultades incluso para el cálculo elemental, porque si han bajado el déficit del 7% al 0,9%, eso supone reducir el gasto en 1.100 millones de euros, pero ellos mismos declaran haber recortado 300 millones y haber recaudado 60 millones más por el aumento de ingresos ¿de dónde recortaron los 740 millones que se han perdido entre sumas y restas? Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, tralará. Presumir de haber sido los campeones del recorte y hacer ojitos a las agencias de calificación para que nos pongan una vela y nos señalen como los ahorradores del universo es ignorarlo todo. Es ignorar incluso lo básico de un pueblo abocado a una quiebra generalizada, mientras ellos se gastan casi 70.000 euros en un "guateque", el de la Calre, para que los presidentes de las asambleas legislativas  puedan contarse sus cosas haciendo turismo, ahora en Mérida ¿Que qué es la Calre? Y yo qué sé, más leche migá.

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