sábado, 3 de diciembre de 2011

IZQUIERDA DESUNIDA


Cayo Lara, coordinador general de IU, mantiene abierta la herida por la que le supura la rebelión de su organización en Extremadura y ya se ha hecho pública la primera ruptura en el seno de la misma, con la dimisión de la mitad de los miembros de su presidencia regional. Demasiado han tardado, demasiada paciencia han tenido ante el desnorte y la indefinición de sus tres diputados autonómicos, a los que acabarán tocando el himno del PP al entrar en la Asamblea. Pedro Escobar, cuestionado dentro y fuera de la coalición, no creo que tenga resuello para aguantar así toda la legislatura. Y Víctor Casco no parece muy contento con la dieta de madera que le imponen, haciéndole tragar palos de fregona todos los días. A partir de junio pueden convocarse nuevas elecciones y, si eso ocurre, los tres se quedarán colgados de la brocha e IU, aún con otros candidatos, puede verse de nuevo fuera de la Asamblea. A tiempo.

En la IU extremeña hay algo que chirría porque dentro de una organización política estatal tienen difícil acomodo los comandos independientes que llevan el paso cambiado. Es imposible armoniza el interés general con el “yo hago lo que me sale…”, ya que eso supone, además de romper las reglas del juego, jugar a la gallinita ciega… ¿A cambio de qué? A Pedro Escobar le molesta que le hablen de “la pinza PP/IU” porque posiblemente no exista, pero “por sus votos los conoceréis” y si es palmípedo, tiene pico de gaviota, grazna como una gaviota, vuela como una gaviota y salta de roca en roca, lo más probable es que sea una gaviota. Si tan seguro están los tres diputados autonómicos de sus determinaciones, lo más honesto sería bajarse de una IU que rechaza sus decisiones y subirse a una organización propia que les permita ir a su bola.

IU nacional ha dado la espalda a la federación extremeña, abandonándola a su suerte, desvinculándose de ella durante la pasada campaña electoral. Y Cayo Lara ha avanzado que “ni en Andalucía, ni en ningún otro sitio se repetirá lo de Extremadura”. Si la organización nacional los margina y las disensiones internas comienzan, incluso con calificativos de “melones podridos”, ahí tienen algo peor que una “falta de comunicación”. Lo que no pueden negar es que hay una ruptura manifiesta entre lo que ellos hacen y lo que IU cree que hay que hacer y la dimisión de ocho de los quince vocales de su dirección es un aldabonazo que deberían escuchar y analizar. Cayo Lara y Pedro Escobar parecen no pertenecer a la misma organización política y eso deja a Escobar en un desequilibrio imposible de mantener durante mucho tiempo ¿Quién tiene razón? La mejor manera de saberlo es que cada uno siga su camino porque también existe el divorcio en política y no es bueno forzar una convivencia imposible.

De todos modos, la ruleta sigue girando y los acontecimientos vendrán sin que los llamemos. No hacen falta dotes adivinatorias para saber que en junio IU dejará de marcar el tiempo, comenzaremos a oír otra sinfonía y, seguro, habrá músicos que para el chunda, chunda, no encuentren su instrumento.

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