miércoles, 19 de octubre de 2011

VENCEDORES Y VENCIDOS


Tengo un amigo, Javier Ybarra, considerado como uno de los mejores analistas actuales del País Vasco y del terrorismo de ETA. Con frecuencia nos regala sus oportunos análisis bajo la denominación de “Perritos calientes”, en los que predomina la objetividad, el rigor y la ausencia de odio, algo difícil de entender dada su peripecia personal y familiar. ETA asesinó a su padre en 1977. En “Nosotros, los Ybarra”, Javier relata la angustia de su familia, intentando reunir el dinero que ETA exigía a cambio de su liberación, y el dramático desenlace final. Es un libro imprescindible para entender lo que ocurre en el País Vasco y el miedo, la tibieza y la hipocresía, incluso de familiares, que no quisieron prestar su ayuda económica para liberar al que había sido su benefactor. “A un secuestrado no se le puede conceder un crédito”, fue una de las respuestas lapidarias que los hijos recibieron en el entorno de su propia familia, banqueros y empresarios. Bueno, pues a Javier, hombre grande, que escribe mucho y escribe bien, no se le ve ni un atisbo de rencor.

Ahora, con motivo de la fantasmagórica “conferencia de paz”, que se inició en San Sebastián el pasado lunes, los “Perritos calientes” llegan tostados por un fuego más vivo, porque Javier, como todas las víctimas, mira con perplejidad y escepticismo la parafernalia “internacional”, montada por el entorno etarra para visionar que el conflicto es de dos orillas y que los sesudos analistas deben verificar que el proceso de paz llegue a buen puerto, pero sin vencedores ni vencidos. Tablas. Lo curioso es que, como ocurrió durante los agónicos días que ETA concedió para reunir el dinero que podía haber salvado a su padre, Javier Ybarra Bergé, la tibieza, la hipocresía y el doble lenguaje siguen presentes. Los partidos nacionalistas se han subido al carro de la pantomima, a pesar de ser conscientes de que es el submundo terrorista el gran beneficiado de “la conferencia”. ETA y sus diversas ramificaciones, sin rendirse, sin pedir perdón y sin entregar las armas de un conflicto que sólo anida en sus cabezas, pretenden la homologación con el Estado español y los alcahuetes internacionales sirven de mantel para la cena.

El Gobierno vasco se ha puesto de perfil y el Gobierno central también. El lehendakari Patxi López, Zapatero, Rubalcaba, Blanco… son coincidentes en las argumentaciones del rechazo que les produce el protagonismo que se presta a ETA, pero, por aquello del doble lenguaje, uno y otros caen la desfachatez de seguir poniendo velas en todos los altares, porque al mismo tiempo que “rechazan” la iniciativa, “comprenden” la presencia de los socialistas vascos en el teatro. Ellos no respaldan la convocatoria de lo que consideran una “conferencia espectáculo”, pero el PSE, se ha prestado para figurar como conmilitones oportunistas en la foto de familia.

ETA, Bildu, Amaiur, Sortu, Otegi, Batasuna, la conferencia de paz, es lo mismo. Los mismos perros y los mismos collares, pero el socialismo es bifronte y los guiños a los etarras son constantes, incluso desde el propio Gobierno vasco. Hay que arrancar a ETA, como sea, un comunicado que pueda influir en el 20-N. Asco

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