miércoles, 28 de septiembre de 2011

QUE SUENE LA ORQUESTA


Bienvenida sea la rectificación de la Junta respecto a la OEx, aunque lo que no pueden rectificar es el concepto que tienen de la cultura. En la entrevista que semanas atrás hizo HOY al presidente de la Junta, Monago aludió cinco veces, cinco, al sobresueldo del director de la Orquesta de Extremadura, comparándolo con el suyo, con lo que podemos deducir que por ahí le sangraba la herida. No dijo nada de las irregularidades que, al parecer, se han buscado o se han encontrado después. De todos modos, la precipitación en airearlas de forma inconcreta, demuestra inseguridad, autoritarismo y prejuicios. La traducción mercantilista de la cultura y de los espacios culturales, no es novedosa, porque, aunque no sea exactamente el caso, cuando el poder se une a la ignorancia, brota espontánea la brutalidad. Y la primera víctima es siempre la cultura.

Priorizar el gasto y controlarlo no tiene nada que ver con la comparación artera de las familias en dificultad o con la creación de puestos de trabajo. La cultura es costosa, pero no hay nada tan ruinoso como la incultura y su hermana gemela, la ignorancia. Mal negocio es una sociedad amordazada por el pragmatismo contable de los que buscan en la cultura réditos económicos inmediatos y, para denigrarla, la sitúan como contraposición a las políticas sociales. El truco es añejo y lo utilizó hasta la saciedad Goebbels: ¿Pan o teatro?, preguntaba el jefe de propaganda nazi. Ante semejante disyuntiva ¿quién puede elegir el teatro? Pero siguiendo esa línea argumental, ¿cuántas familias pueden redimirse con el sueldo de un consejero? ¿Cuántos integrantes de la OEx pueden vivir con el sueldo de Monago? ¿Quién hace más ruido? ¿Músicos o políticos? Absurdo.

Atribuyen a Goering, y a Millán-Astray, aquello de “cuando oigo la palabra cultura me llevo la mano a la pistola”, frase que escenifica el rechazo que algunos tienen hacia todo lo que sea raciocinio, independencia, pensamiento, intelecto, creación, libertad… La cultura no es un negocio y traducir en euros su resultado final, cayendo en comparaciones groseras sobre sueldos y prebendas, es de una indecencia que produce escalofríos. La cultura no acaba nunca de salir de las trincheras porque la ignorancia rechaza todo lo que ignora. Caín, por ignorante, mató a su hermano usando, claro, la quijada de un burro. O de una burra.

¡Que suene la orquesta! Más música y menos ruido. Si queremos ahondar en el pozo sin fondo de la estulticia haciendo demagogia, sugiero que al grito de “¿pan o teatro, músicos o parados?” se cierren las bibliotecas, los teatros, los museos… y que se aprovechen esos espacios para actividades más lucrativas, como bingos, burdeles, salas de fiestas… Levantemos bloques en los parques, improductivos a todas luces, y cedámoslos en propiedad a los colectivos que practican el noble arte del rebuzno y la coz, actividades que, como se sabe, generan notables honores y beneficios a sus cofrades… ¡Ay, si tengo que abrir la cancela del aprisco!

Con todo, y al margen del sarcasmo, lamento sinceramente los malos tragos de la consejera de Educación y Cultura, emparedada entre una Educación que no lleva y una Cultura que no puede llevar. No le están dejando margen ni para el llanto.

viernes, 23 de septiembre de 2011

ADIOS, HASTA NUNCA


A la cita en el Congreso de los Diputados para descubrir los tondos (retratos circulares) de Azaña y Adolfo Suárez, no acudió ningún familiar del último, lo que demuestra el buen juicio y la independencia de criterio de toda la familia. Hacia 77 años que no se incorporaban a las paredes del Congreso ningún retrato de dirigentes políticos, pero Zapatero y Bono, antes de irse, han querido protagonizar la hazaña de borrar de la historia de España los 40 años de franquismo, pasando directamente de Azaña a Adolfo Suárez. Bono incluso se lamentó por la ausencia del merecido tondo de Santiago Carrillo. Zapatero, que cada día tiene más pinta de ido, evocó la figura de los dos personajes homenajeados, Azaña y Suárez, haciendo sobre ellos una proyección de su propia peripecia: “quienes abren caminos, suelen convertirse en figuras solitarias e incomprendidas”. Necio.

Es posible que dentro de unos años, cuando la distancia temporal apague los ecos de sus estupideces, algún psiquiatra pueda explicarnos el extraño comportamiento de Zapatero, con su deambular errático de principio a fin. Desde que llegó, sorpresivamente, cabalgando la tragedia de los atentados terroristas del 11-M, su empeño principal fue el revanchismo, intentando a la desesperada reescribir la historia, para romper cualquier atisbo de la reconciliación que se había forjado tras la dictadura de Franco. Despreció la transición y puso todo su empeño en resucitar la división y los enfrentamientos en una España que parecía haber superado la visceralidad y los antagonismos cainitas. Y de alguna forma, con sus torpezas, carencias, falta de escrúpulos y patologías diversas, cuestionó los veintiséis años de democracia y los gobiernos de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe Gonzáles y José María Aznar.

Zapatero puso en solfa todo lo anterior a su llegada espectacular y utilizó como estrategia electoral de supervivencia el resurgir frentista de las dos españas. Nada bueno se había hecho hasta la llegada de este redentor de pacotilla, empeñado en abrir nuevos senderos con la quilla de su barquichuelo a la deriva. Zapatero ha sido un lastre, un desastre, una ruina sin paliativos, dañino hasta lo enfermizo. La única vía a la que se ha mantenido fiel ha sido la de emponzoñar la convivencia y arruinar a España con su mesianismo estrafalario. Y para ayudarlo en tan peligroso empeño, ahí tuvo siempre a Rubalcaba, el duende que ahora, investido de candidato crepuscular y novedoso, pretende borrar los ocho años de complicidad con el artífice de tanto mal. Con el último pleno del Congreso se escenificó esta semana, por fin, el adiós para siempre de un tiparraco infame y de pesadilla.

El ido se va. Todo lo que ha tocado lo ha emponzoñado y la secuela de sus gilipolleces la seguiremos pagando durante decenios, pero se va con el riñón bien cubierto, porque hasta el último día de su existencia, los mismos a los que ha arruinado seguirán pagándole un retiro dorado. Y hasta es posible que escriba sus memorias desde el despacho que le aguarda en el Consejo de Estado. Allí se encontrará con Maritere Fernández de la Vega y con Ibarra. Juntos podrán echarse unas risas.

martes, 20 de septiembre de 2011

TODOS BAJO SOSPECHA


El director de unos grandes almacenes, ubicados en Badajoz, me comentaba días atrás que todos los establecimientos de su empresa estaban alertados porque el paro creciente va a disparar los hurtos hasta cotas no previstas, lo que les obligaría a poner más cámaras y sensores, y a contratar más vigilancia, con la consiguiente mengua en los beneficios: “Los estudios comerciales que tenemos estiman que cuando se supera el 25% de paro, se duplican los pequeños robos en todos los departamentos, desde la alimentación a los perfumes o ropa de marca”. Aseguraba que hay un aparatejo alemán que detecta la presencia de quien haya sido sorprendido en alguna ocasión anterior y avisa directamente a seguridad. ¡Uffff! Pronto nos seguirán por satélite desde que salimos de casa y un lector de pensamientos parpadeará cada vez que nos acordemos de la puñetera madre de alguien. “El mundo feliz” de Aldous Huxley, está a la vuelta de la esquina.

Esa misma tarde, al salir de un “gran superficie”, sonó la alarma y, como descolgados del techo, acudieron a mi encuentro dos guardias de seguridad. Me conocieron, o no me vieron pinta de ladroncillo, porque incluso antes de que pudiera enseñarles el interior de las bolsas, ya estaban disculpándose: “perdone usted, es que la alarma es muy sensible y, a veces, salta de forma inexplicable”. Pero mientras ellos se disculpaban, la alarma seguía sonando, centrando en nosotros la atención de mucha gente que no oían la conversación, pero que me veían con unas bolsas, entre dos guardias de seguridad, mientras la alarma me señalaba con el dedo. Fue una situación muy incómoda. Finalmente la apagaron y, pese a mi insistencia, se negaron a ver el interior de las bolsas: “No, no, por favor, no es necesario, disculpe las molestias”. Disculpados quedaron, pero estoy seguro de que llegué a casa con cara de sospechoso.

Hay que aceptar estas situaciones, como hay que aceptar que en un aeropuerto tengas que descalzarte y depositar en la cinta las llaves, el móvil, el cinturón, el monedero, las gafas... Hay sitios en los que dan ganas de entrar esposado y con los brazos en alto para evitar tanta mirada inquisitiva y desconfiada. En el aeropuerto de Nueva York, el ordenador hace catas selectivas y si toca te sacan de la fila, te llevan a unas dependencias apartadas, donde hay un montón de “pillados” como tú, a los que el ordenador ha hecho un guiño de ojos. Allí tienes que esperar hasta que te llaman, para hacerte preguntas tan inexplicables como “¿tiene usted alguna intención de atentar contra la vida del Presidente de los Estados Unidos?” Dan ganas de responder aquello de “sí, hombre, a ti te lo voy a decir yo”, pero se lo toman con tanta seriedad que entras en el juego: “No, no, no, yo no vengo para atentar contra nadie”. Otra pregunta muy sagaz es “¿A dónde va usted? Y con la misma seriedad, estando en Nueva York, uno responde: “A Nueva York”… Yo creo que por dentro se están descojonando de risa con nuestra cara de soplagilis.


sábado, 17 de septiembre de 2011

LA GALLINITA CIEGA


El errático deambular del PSOE se evidenció en la elección del candidato que se han dejado imponer por Zapatero. Es un sarcasmo que al hombre que nos ha llevado al desastre y ha hundido a España y al PSOE hasta cotas inéditas, aún le reconozcan los socialistas autoridad para señalar con el dedito al candidato. Rubalcaba es el penúltimo error de Zapatero. Ni primarias, ni secundarias, ni reflexión, ni análisis, ni catarsis. Bien parece que han decidido autoinmolarse en un haraquiri colectivo, porque haber perdido en las elecciones autonómicas y municipales más del 80% de lo que tenían no ha sido suficiente… ¡Pero si Zapatero les ha arrebatado incluso Extremadura! ¿Qué más quieres, quieres más? Algo de masoquismo político hay en este juego de la gallinita ciega.

Como la mariposa que se inmola en la vela, el PSOE parece dispuesto y preparado para pasar a la unidad de grandes quemados, porque Rubalcaba no solo es el pasado, sino que es el pasado más tenebroso de la etapa democrática. Si lo miran bien, su nariz se parece cada día más al pico de un faisán. Está desplumado y, pese a su desparpajo, no engaña a casi nadie fuera del PSOE, porque se le asocia con el juego sucio, la trampa, la insidia, el navajeo político y la mentira. Comparándolo con Zapatero hasta puede sacar nota alta, pero con otro socialista cualquiera, incluso desconocido, sería perdedor por goleada en la opinión pública. Rubalcaba tiene más delito que Zapatero porque es más listo que Zapatero, pero uno y otro son protagonistas de los mismos estropicios. Y el paso por el Gobierno de ese tándem de ineptos, estará cincelado en nuestra memoria durante generaciones.

En el PSOE deberían hacerse una sencilla pregunta: ¿Pueden votar a Rubalcaba los autónomos, los empresarios, los funcionarios, los pensionistas, los cinco millones de parados…? Pues ya saben lo que les espera el próximo 20-N con Rubalcaba. Pero es que, además, Rubalcaba asegura que tiene “la fórmula para acabar con el paro, reactivar la economía y volver a situar a España en el lugar de puntero que le corresponde en Europa”, con lo que se define así mismo como un traidorzuelo de España y de su partido, porque si de verdad tienen en la bocamanga esas fórmulas magistrales, no se entiende que no le pasara una chuleta al petardo incontrolado que tiene al lado.

¿A qué esperaba Rubalcaba para resolver los problemas que ha creado Rubalcaba? Conocía el veneno y disponía del antídoto, pero prefirió dejar que el paro creciera bajo sus pies y que España sea hoy un cachondeo con pescaito y sangría, antes que aplicar sus soluciones. ¿Cómo es posible que en el PSOE no le hayan reprochado su falta de honestidad, su deslealtad con España, con el Gobierno y con el PSOE? ¿La última de Rubalcaba? Ahora sale con la milonga patatera, trasnochada e inútil de que va a reactivar el impuesto de patrimonio. ¡Qué curioso, como Monago! ¿Un impuesto para los ricos? Rubalcaba puede conseguir que se sientan señalados y no lo voten ni los socialistas.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

SUPRESION DE LA MAMANDURRIA


Mañana se debate en la Asamblea de Extremadura una iniciativa de Izquierda Unida, abogando por la supresión del mal llamado “Estatuto de los Ex presidentes”. Una ley aprobada por PSOE y PP, (con alguna excepción puntual), que en su materialización no es sino una vergonzante sinecura para Rodríguez Ibarra, hasta ahora su titular exclusivo, ya que Fernández Vara no parece dispuesto a subirse a semejante tren. Es de suponer que el PP la vote favorablemente, porque la situación económica no es la misma, porque no es justificable semejante gasto, a cambio de nada y porque para Monago no es ningún problema decir hoy una cosa y mañana la contraría. Hasta puede que el PSOE se abstenga, porque algunos nudos se han deshecho en las filas y las filias socialistas y cada vez son menos los partidarios de mantener semejante estupidez para que Ibarra pueda seguir pisando alfombra y alimentando su costoso ego faraónico.

La oficinita, humilde como su titular, ha llegado a tener ocho escoltas, cinco funcionarios para su exclusivo servicio, seis automóviles y unas dependencias costosísimas, equipadas con tecnología puntera, móviles y muebles de diseño. No tenía establecido límite alguno e Ibarra podía pasar, y pasaba, los gastos más dispares, desde hoteles, obsequios, flores o periódicos. La idea primigenia de dotar de una asistencia mínima a los ex presidentes no parecía ningún disparate y en otras comunidades se cedió algún despacho al ex para que pudiera atender el rescoldo de sus obligaciones institucionales, pero aquí fuimos a lo grande y el ex presidente no ha podido argumentar en su defensa ni un solo servicio a Extremadura, con la excepción de haber recibido a tres personas en ella. ¿A qué se han dedicado? El jefe a romper cristales.

La verdad es que Ibarra nos sorprendió incluso a los más críticos, que no imaginábamos que pudiera aceptar y disfrutar de semejantes disparates, a costa de una Extremadura pobre como la que había dejado y con una creciente espiral de parados. Pues tan contento, ahí seguía él, cuatro años después, hasta que los medios de comunicación le sacaron los colores, al airear fotografías y facturas. Aquella Ley se aprobó en un momento en el que parecía que el presupuesto era inagotable y que Extremadura podía despilfarrar millón y medio de euros para que Ibarra no se diera cuenta de que ser ex es un mero recordatorio del pasado, que no puede garantizarle de por vida las canonjías del poder que había perdido, pero él seguía sigilosamente aferrado a esa teta y ni la Mesa de la Asamblea de Extremadura, que era la pagana final, conocía lo que suponía la misteriosa oficina.

Yo, que he sido diputado independiente del Grupo Popular durante dos legislaturas, he roto la disciplina de voto en dos ocasiones excepcionales. La primera, esta trágala vergonzosa del Estatuto de los Expresidentes y la segunda el aberrante cambio sobre la Ley del Suelo, para torcer precipitadamente el brazo a una sentencia judicial en Valdecañas. Las dos aprobadas por PSOE y PP. La primera va a caer y la segunda caerá. De nada.

domingo, 11 de septiembre de 2011

LA MUJER DEL CÉSAR


Cuenta Plutarco en sus “Vidas paralelas”, que un patricio romano, Publio Clodio, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. En cierta ocasión, durante la fiesta de la Buena Diosa, a la que sólo podían asistir las mujeres, Publio entró en la casa de Julio César disfrazado de músico, pero fue descubierto, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño al César y sacrilegio a la diosa. Como consecuencia de este hecho, Julio César repudió públicamente a Pompeya, a pesar de haber comprobado que no había cometido ningún hecho indecoroso, y a pesar de haberse demostrado la fidelidad de su esposa. Julio César se mostró inflexible porque “no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo".

La expresión, con el tiempo, comenzó a aplicarse en todo caso en el que alguien, ocupando un cargo de relevancia, es sospechoso de haber caído en alguna conducta indigna o cometido falta que denote prevaricación, deslealtad con el cargo o aprovechamiento personal. Puede parecer muy rigurosa la sentencia de Julio César, pero en las democracias consolidadas son muchos los políticos que, ante la sospecha o la acusación, tienen la grandeza de separarse del cargo para no contaminarlo. Polibio lo explicaba así: “La conducta de un general, falsa o verdadera, no puede empañar el brillo de los estandartes”.

¿Y a que viene todo esto? Pues desde hace más de un mes circula la noticia de un trueque de favores, estrafalario y desafortunado, entre la alcaldesa de Cáceres y Cristina Teniente, la ahora todopoderosa vicepresidenta de la Junta. Puede que todo se deba a una coincidencia poco afortunada, pero el caso, comprobado, es que la alcaldesa de Cáceres, una de las primeras medidas que tomó tras su toma de posesión, fue nombrar jefe del gabinete de prensa del ayuntamiento al compañero actual de la vicepresidenta. ¿Lo primero el empleo? Pues dicho y hecho. Ascenso meteórico para el compañero de doña Cristina que, en horas veinticuatro, pasó de la cola del paro a dirigir la política informativa de Ayuntamiento cacereño. Poco después, la vicepresidenta nombró directora general de su departamento a la hermana de la alcaldesa de Cáceres, con lo que el aparente intercambio de cromos, el "toma y daca”,quedó servido, engordando el caudal de los comentarios. Y el soterrado escándalo.

Podemos disculpar a la alcaldesa, que tiene poca experiencia y puede haberse visto arrastrada, pero no hay exculpación posible en Cristina Teniente, que lleva toda su vida en esto de la política, flotando en todos los mares y, ahora, diseñando el "perfil" adecuado de los carguillos, carguetes y cargos del nuevo gobierno. Nada mas llegar, esta práctica “empaña el brillo de los estandartes” y su "perfil" no supera el listón mas generoso. ¿Que hubiera hecho la vicepresidenta actual si su antecesora, la socialista Dolores Pallero, sale con semejante Cante? Tendríamos duelo para toda la legislatura y doña Cristina se gastaría las manos de tanto frotarlas. Bueno, pues en apenas un mes, el perfil de la sonriente hoy ayuda poco. Si es que alguna vez ayudó algo.

UNA MULA Y UN CARRO


A plazo fijo, soportando lo que el cielo quiera escupir sobre ellos, lluvias, tormentas o un sol de achicharre, llegan unos centenares de temporeros portugueses, mayoritariamente de raza gitana, para ofertarse en la recogida de lo que sea. Para ellos no hay crisis, porque en años de bonanza o en épocas de estrecheces, llegan como siempre, con todo lo que tienen, sartenes, pucheros, mantas, colchones, ropas y churumbeles, padres e hijos, formando un revoltijo en el hueco del carro que mueve con parsimonia una mula. No tienen prisa y van a su paso, cubriendo las mismas etapas. Acampan bajo el mismo árbol, en las afueras de los mismos pueblos y seguidos con la misma desconfianza, porque gente sin nada, que no quiere nada y que se conforma con nada, es siempre sospechosa. Incluso si llaman a una puerta para que le llenen una cántara de agua, son mirados con recelos. Y además, que asco, huelen a humo, a rocío y a yerbajos. ¡Cuidado, cuidado!

Como estamos persuadidos de que gente así, con esa pinta, ese desarraigo, esa rebeldía y esa eterna negación para echar raíces, no pueden llevar nada bueno a ningún sitio, los seguimos con ojeriza, estableciendo una distancia de seguridad y deseando que desaparezcan, porque su presencia es incómoda para la estética y para la empanada mental que tenemos establecida. Soportamos que nos roben en nuestra cara, que nos atropellen sin una disculpa, que se rían de nuestros derechos, que se burlen de nuestra necesidad y que arruinen nuestras vidas, pero exigimos, eso sí, que nos respeten con apariencia de honestidad y que el que meta la mano en nuestro bolsillo vaya bien vestido, limpio perfumado y con la sonrisa colgada de oreja a oreja. Nada que ver con esos desarropados que llegan como un bulto, encima de un carro tirado por una mula.

Ni en las películas de humor negro se ha visto nunca a un bandido, con la familia colgada entre mantas y pucheros y dejando sitio para que dormite el perro. ¿Alguien se imagina a un atracador con la mula y el carro aparcado en la puerta del banco para huir a toda prisa? Ni a Berlanga se le ocurrió semejante disparate. Estos temporeros, por temporeros, por portugueses, por gitanos y por gitanos portugueses, tienen otra forma de entender la vida y la viven como la entienden, pero vienen a trabajar, a juntar unos euros para soportar el invierno. Y vienen y van porque les gusta ir y venir, sin detenerse, sin asentarse, sin colocar mojones de propiedad ni soportar el ruido de una cisterna. En ellos podemos encontrar muchas cosas, pero es difícil que en esas almas y con esa vida, aniden malhechores y delincuentes.

La última caravana, llegaba desde Elvas a Badajoz la semana pasada. Pasaron de largo del hospital Infanta Cristina, pero al salir la ciudad, tuvieron que acampar en un lugar improvisado porque una niña de quince años había tenido el capricho de romper aguas en el peor de los sitios. En un solar lleno de matojos, entre dos edificios, la niña tuvo a su niño y al día siguiente, con uno más, la mula siguió sus pasos hacia Talavera. 2011 años después, la niña, el niño, la luna. los matojos, la mula… ¿Dónde estaría el buey?