martes, 2 de agosto de 2011

RUINA DE LA HOSTELERÍA


La entrada en vigor de la Ley antitabaco parecía el acabose para el sector de la hostelería. Llegaron a montar piquetes de rebeldía, materializados en la resistencia de varios numantinos que presumían de que en sus locales eran ellos los que decidían. Uno de Marbella, puro en ristre, matón de primera y chulapón de tercera, fue muy gráfico al señalar su entrepierna: “en mi asador mandan mis cojones”. Finalmente tuvieron que achicarse ante la policía, aunque no cejaron en el empeño de propagar la ruina generalizada. La mayoría de los fumadores aceptaron la nueva situación sin dramatismo, pero otros, los que se autoproclamaron voceros de los afectados, ocuparon espacios en estas mismas páginas de HOY para adoctrinarnos sobre su derecho a seguir apestándonos. ¿Por dónde anda la ruina de la hostelería? ¿Qué hay de nuevo, viejo?

La EPA (Encuesta de Población Activa), indica que el segundo trimestre de 2011 ha sido el mejor que han tenido bares y restaurantes en los dos últimos años, con una subida de la ocupación del 5%, y en las encuestas elaboradas por el propio sector es prácticamente indetectable el índice de fumadores que han dejado de ir a bares y restaurantes tras la prohibición, mientras que se señala un incremento del 3% entre los no fumadores que hasta la prohibición se mostraban reticentes. En cuanto a la actividad de alojamiento, las cifras de ocupación detectan un incremento del 22% respecto al trimestre anterior, pese a la incidencia positiva de las navidades. Comparando el mismo periodo estacional, primer trimestre de 2010 con primer trimestre de 2011, el incremento ha sido del 17%. ¿Y la ruina? Humo, nos vendieron mucho humo.

Se nos adelantó que el turismo extranjero iba a caer en picado, porque, según una encuesta fantasma del sector de la hostelería, los europeos venían a España buscando sol, alcohol barato y tabaco. Otro vaticinio fallido, porque el turismo de extranjeros se ha incrementado en un 16%. Se nos anunciaron algarabías callejeras y desordenes públicos por el vocerío de los fumadores en las terrazas y puertas de bares y restaurantes… ¿Ha visto alguien la sangre correr hacia el río?

Pero lo peor de todo era el incremento del paro, por los despidos masivos que se iban a producir… Los datos de afiliación del INSS evidencian un incremento espectacular en la contratación: casi 17.000 contratados nuevos respecto al mismo periodo del año anterior y 30.000 desde que entró en vigor la ley, el pasado dos de enero. Pese a la crisis, que ha afectado a todos los sectores productivos y de forma muy especial a los del ocio, el negocio de bares y restaurantes se ha mantenido estable, oscilando entre un -0,3 y un -0,26%, quedando claro que el cambio legislativo no ha tenido influencia, ni positiva ni negativa, en la cifra de negocio. Mucho antes de que se aprobara la ley, el Centro Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) auguró que la respuesta no iba a ser diferente en España a la de los países que la habían precedido en la prohibición. ¿Ruina? La que algunos tienen en la cabeza.

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