martes, 2 de agosto de 2011

PIRADOS



Un tipo que prepara un atentado durante tres años, acumulando toneladas de fertilizantes para montar una bomba de efectos desastrosos, que se fotografía con extraños uniformes, escribe un manifiesto de 1500 folios y consigue armas de fuego punteras, con las que hace prácticas en un bosque cercano y que es capaz de aprovechar la conmoción y el pánico que ha producido en el centro de Oslo, para trasladarse a una isla y asesinar a un montón de jóvenes en un campamento de verano, no puede estar bien de la cabeza, aunque los psiquiatras digan lo contrario y consideren que es su fanatismo ideológico el que lo impulsaba. Considero una pérdida de tiempo ponerle apellido a estos "ultras" y me parece un dislate buscar justificaciones en los dogmas y las tendencias políticas o religiosas para explicar sus patologías sociales. Estamos rodeados de pirados, de gente inestable e imprevisible, aunque no todos elijan el camino del asesinato múltiple para hacernos saber sus desequilibrios.

¿Qué gusano habita en la cabeza de un fulano que, orgulloso, fotografía a su hijo, de doce años, mientras le colocan un cinturón de explosivos y le dan instrucciones para hacerlo detonar en un mercado? ¿Y la madre que da gracias a su Dios, de rodillas, porque su hija ha conseguido inmolarse en un control de carretera? ¿Fanatismo religioso? ¡Pirados, pirados y pirados! ¿Cómo catalogamos a unos individuos que arrancan adoquines de un puente de Badajoz, para aplastar con ellos a unos gatos? ¿Y las que declaran su amor a un asesino múltiple “por la valentía de sus actos”? ¿Y los que ahorcan a un galgo para rematarlo a palos, entre risotadas festivas, mientras graban la agonía del animal con un móvil? ¿Y los que cuelgan en Internet la tortura de un perro, o los que queman a un mendigo que dormita entre cartones en el cajero de un banco? No pretendo establecer comparaciones, pero, evidentemente, el tratamiento que pongan al pirado noruego puede servir para estos pirados, fanáticos, iluminados, matagatos, asesinos potenciales y cretino menores, que pueden acabar en mayores sino se les pone remedio.

Sé de uno que en los últimos cinco años ha dedicado una media de seis horas diarias, para levantar un jardín botánico con la flora autóctona de Extremadura. En una parcela de diez hectáreas, con mucho esfuerzo e invirtiendo sus ahorros, había conseguido plantones de unas trescientas especies... Grave afrenta para los pirados, que debieron sentirse agredidos con semejante afán. Una noche llegaron y lo que no se llevaron lo destrozaron... Un burro que tenía en la parcela lo mataron a navajazos y después lo arrojaron al pozo; destrozaron la noria, arrancaron las canalizaciones para el riego y quemaron una pequeña nave, donde tenía sus libros de botánica y sus herramientas... Comparados con el pirado noruego, hasta podíamos catalogarlos como gilipollas de pueblo, pero yo creo que son de la misma familia y que el mal que los habita es el mismo, aunque la catalogación penal sea diferente… Algún día relataré las aventuras del que es hoy un alto personaje, un pirado de libro, empeñado en morderse las orejas siete días a la semana.

No hay comentarios: