miércoles, 20 de julio de 2011

¡NO HAY NADIE AHÍ?



Entiendo a Felipe González cuando confiesa su militancia pero no su simpatía hacia el PSOE actual. Él, con la impudicia que presta los años se atreve a decirlo, pero estoy convencido de que cualquier socialista, con un mínimo de cabeza y conciencia crítica, refrendará interiormente su declaración, aunque la rumien y no la dejen aflorar ¿Qué piensa la vieja guardia socialista del derrumbe físico del poderoso PSOE? Qué piensan los socialistas de conciencia y creencia, que los hay, de la deriva de España, arrastrada por todos los vientos, en mar picada, sin rumbo, sin carta de navegación, sin puerto de llegada y con un pobre iluminado aferrado por mandato constitucional a su timón? Guardan silencio -en este caso silencio culpable-, se muerden los labios de impotencia, tragan saliva y se ponen de perfil, para no aventurar una opinión que los perjudique, pero en el fondo de todos, ¿quién puede estar de acuerdo con el timonel que le ha caído al PSOE y nos ha caído a todos los españoles?

España tienen en su historia dos pasajes muy penosos: el de Juana la Loca, paseando por los campos de Castilla el cadáver de Felipe el Hermoso, mientras que por las juntas del ataúd se escapaban los fluidos corporales, y el de Carlos II, El Hechizado, dormitando indiferente, asistiendo impasible desde su lecho a la pitanza que como pirañas protagonizaban los Austrias y Borbones. Siempre me dio pena y siempre justifiqué a Juana La Loca, e incluso algún día novelaré su desdichada existencia. Y siempre sentí un asco irreprimible por aquella ruina que encarnaba un pobre rey enfermo, idiota, sin voluntad e incapaz de mocionar en el orinal. Estamos asistiendo al tercer episodio de esta trilogía de las desgracias, al permanecer, como Carlos II, impertérritos ante el declive al que somete a España un presidente, legitimado por las urnas, pero al que debemos sustituir de inmediato porque está decidido a meter a España en su ataúd político.

¿No hay alguien ahí? ¿Dónde están los socialistas responsables, honrados, éticos y morales? Nada podemos esperar los españoles de los nacionalistas excluyentes, que están frotándose las manos ante una situación que quieren perpetuar, porque les beneficia económica y políticamente. Mientras más débil sea España, más fuertes son ellos. Mientras más fuertes, más osados. Mientras más osados, más exigentes… Pero ¿y todos los demás? Cómo es posible que los diputados y responsables socialistas sigan sosteniendo al bartolito bobo, en este teatro de guiñol en el que han convertido a España?

Carlos II, El Hechizado, no tenía cabeza, pero estaba legítimamente coronado y hubo que esperar hasta el último estertor para comenzar a recoger sus cosas, correr las cortinas y pintar la hedionda cámara en la que se había podrido durante los dos últimos años. Tres llevamos los españoles soportando esta agonía que nos está asfixiando a todos, porque una Constitución, un papel, preserva la capacidad de un incapacitado. Los intereses de unos pocos están apuntalando un edificio con aluminosis, que no soporta un viento de levante. ¿No hay alguien ahí? ¿No hay nadie en el Palacio Real? Se oye el silencio.

miércoles, 13 de julio de 2011

FALTAN ESCUCHÓLOGOS


En una ocasión le propuse a un director general de Instituciones Penitenciarias que creara el cuerpo de “escuchólogos penitenciarios”. Creyó que era una broma, pero como guardé silencio, entró al trapo: ¿Lo estás diciendo de verdad? Lo proponía en serio y convencido. Lo dije, lo digo y lo seguiré diciendo, porque pasado el boom de los psiquiatras, psicólogos y terapeutas de todo pelo, cada día se evidencia más la necesidad del “escuchólogo”. En prisiones hay maestros, asistentes sociales, psicólogos, pedagogos, sociólogos, médicos y hasta cocineros diplomados, pero falta el escuchólogo, alguien que de diez vueltas por el patio, escuchando al preso el relato de sus cuitas, dudas y obsesiones diversas. Se dirá que eso ya lo hacen los demás profesionales, pero no es lo mismo tratar, anotar y observar una conducta que escuchar al que necesita hablar.

El que necesita hablar no suele encontrar un escuchólogo de cabecera, porque cada cual va a los suyo y solemos cambiar de acera cuando vemos a lo lejos al “plasta sin prisas” que sale por las mañanas con la idea de colocar su disco al primero que se deje. ¿Un psicólogo, un sociólogo, un psiquiatra? No, no siempre son gente que necesite tratamiento o sufran algún tipo de exclusión social. El tema es más fácil, solo necesitan acaparar la atención de alguien, para no tener que eternizar la conversación consigo mismo. Lo que quieren muchos es hablar, comunicarse, compartir sus fantasmas y tener a un palmo de la nariz a alguien que escuche. O que aparente escuchar.

En el Centro Penitenciario de Badajoz yo tuve como alumnos a los hermanos Izquierdo (Puerto Hurraco) y aunque los dos eran seres muy primarios, uno de ellos, Emilio, respondía al tratamiento del “escuchólogo” mejor que a cualquier tranquilizante. Cuando se irritaba se convertía en un ser de reacciones imprevisibles, capaz de todo, de lesionar y de lesionarse. En alguna ocasión lo invité a salir del aula para pasear un rato por el patio contiguo y aquello obraba el milagro de apaciguarlo hasta que su voz quedaba en un hilillo casi inaudible. Yo no hacía nada, solo caminar junto a él y asentir, mientras gesticulaba, tragaba saliva y se pellizcaba compulsivamente del lóbulo de la oreja, con amenaza de desprendérselo en alguno de aquellos empellones. Muchas veces no prestaba atención a sus farfullas, pero el hecho de tener a alguien a su lado, sin verse vigilado ni observado, lo serenaba y hasta sus pasos se hacían más lentos. Diez minutos duraba el tratamiento.

En los centros cerrados se evidencia con más claridad la ansiedad de muchos, que se materializa en la necesidad de comunicar, pero en la calle también abundan los que salen a la busca y captura de un desprevenido al que poder colgarle el atillo de sus cuitas internas: enfermedades, familia, trabajo, política… El “escuchólogo” no tendría que pasar por ninguna facultad, ni especializarse en nada. Ni siquiera necesitaría entender el idioma del que habla, solo mirarlo, pasear un rato junto a él y asentir con la cabeza. ¿Quién lo hace, quien da un paso al frente? Lo mejor sería un “escuchólogo” profesional.

miércoles, 6 de julio de 2011

LLAMADME GUILLERMO


Tengo un alto concepto de Guillermo Fernández Vara y una in disimulada simpatía hacia su persona. Es un hombre prudente y comedido, al que jamás le he visto perder los papeles. Se comporta siempre con educación y deferencia y sus modos parlamentarios están envueltos en tono sosegado y basados en el sentido común y afán didáctico. Además, ahora lo ha demostrado, es un político realista, que no está dispuesto a ordeñar el “lo que he sido” y, siendo todavía presidente en funciones, reclamó que se le apeara del tratamiento de presidente porque “desde el viernes soy Guillermo”. Brota espontánea la comparación con los nostálgicos que, incapaces de asumir que la comedia ha terminado y el telón ha bajado para ellos, siguen aferrados a la teta de un pasado que quieren perpetuar como presente. Pero, por ponerle un pero, Fernández Vara no parece muy al tanto de la prepotencia con la que se han comportado sus compañeros en los últimos treinta años. Prepotencia, altanería y chulería ha sido el pan de cada día.

Viene esto a cuento porque incluso los medios de comunicación se han visto sorprendidos por el “desahogo” parlamentario del portavoz popular durante los debates de esta semana. Yo no seguí las sesiones, pero la “escandalera” de Luis Alfonso Hernández me ha hecho buscar su intervención y, cuando la he oído, la he entendido, la he saboreado e incluso la he compartido. Y si se acude a los diarios de sesiones para ponerla al lado de las formas y maneras parlamentarias de Ibarra o Paco Fuentes, incluso resultará exquisita por comedida. El grupo socialista tiene que poner su reloj en hora para asumir que está en la oposición y que ya no cierra. Debe ser muy duro aceptar que no son los gallos del corral y que lo que sembraron ayer es lo que pueden recoger hoy. El recurso ramplón de que “hacemos lo que nos da la gana porque el electorado nos ha dado su confianza” no puede sostenerse y, aunque se revuelvan como jabalíes heridos, no es malo que por una vez prueben de su propia medicina.

Los aspavientos de la bancada socialista demuestran que no están curtidos para recibir los mamporros que han estado dando durante treinta años. Ay, cómo se resienten, como se duelen! Los socialistas tienen puño de acero pero mandíbula de cristal. Ahora se han vuelto exquisitos y apelan a la cortesía parlamentaria que jamás practicaron. Yo les recomiendo que lean las actas de sus propias intervenciones, una a una, aderezadas de gritos, descalificaciones grotescas, groseras y mal estilo. Paco Fuentes es el gran maestro del escupitajo parlamentario, seguido de cerca por el ahora portavoz socialista y por la práctica totalidad del gobierno, entre los que destaca “la nena del chicle”, la consejera de la mala educación, que incluso llegó a romper el micrófono con su iracundia.

Como declaración de principios, no me parece mal que el portavoz del ahora grupo mayoritario siente sus credenciales desde el primer día y esgrima los mismos recursos de los que tanto ha abusado el PSOE. Pero sin seguir por esa senda.








viernes, 1 de julio de 2011

BOBOS SIN FRONTERA


En sus estertores, Zapatero, el vocalista de esa banda loca que sigue amenizándonos desde el consejo de ministros, da una nueva vuelta al torniquete de la estulticia: “España va a indemnizar a Marruecos con 100 millones de euros por la guerra del Rif, librada hace 90 años”. Uno hace sus pesquisas buscando la broma, pero resulta que de broma nada, que el Gobierno de España sigue empeñado en convertirse en la organización gubernamental “bobos sin frontera” y, rizando el rizo por lo del Rif, ha acordado indemnizar económicamente con 2000 euros a los bisnietos/tataranietos de los marroquíes que lucharon contra España entre 1921 y 1927. El número de familiares “afectados” supera los 50.000, contados por las autoridades marroquíes, que son las que han tenido el desparpajo de solicitar a España la “prima por sufrimiento” para los descendientes de sus héroes del Rif.

La Trini (según Alfonso Guerra), ministra de AA.EE, ha aceptado la reclamación, porque aunque no hay un solo informe que avale que España usó bombas cargadas con gases tóxicos… ¡en 1922!, ella cree en la justa reclamación del pueblo saharaui y considera que se reactiva la alianza de civilizaciones y “el principio de legalidad” indemnizando, noventa años después, a los descendientes de aquellos bravos luchadores rifeños, que en una semana acabaron con 13000 españoles. La guerra supuso un desastre económico, político y militar para España, que no supo frenar la sublevación de las tribus rifeñas, asentadas en una zona montañosa del norte de Marruecos, dentro del Protectorado español. La rebelión fue una sangría para nuestro ejército, que se vio sorprendido y diezmado. La mayoría de los cadáveres no pudieron repatriarse porque los rifeños se ensañaron con ellos hasta desfigurarlos, pero la señorita Trini (según Alfonso Guerra), solo reconoce los padecimientos de los marroquíes y no ha trascendido ningún tipo de compensación para los bisnietos/tataranietos de los españoles que quedaron en el desierto.

La señorita Trini parece ignorar que los rifeños también lucharon contra los franceses y contra el sultán de Marruecos, antepasado directo del actual sultán, Mohamed VI que es el que solicita la “indemnización” para sus súbditos. España será la paganini y, además todo se oficiará en un acto en el que pediremos perdón a Marruecos por haber defendido nuestro suelo y haber dejado allí la vida de 13000 soldados. Y como las penas con pan son menos, además dotará a los hospitales de Nador y Alhucemas de unidades oncológicas. Somos el primo rico del norte aunque 5.000.000 de parados anden dándonos la tabarra con sus lloriqueos y penurias.

¿Más? Once días después de congelar las pensiones y bajar el sueldo a los funcionarios, Zapatero y su banda, autorizaron una aportación de 1.400.000 euros, de la Tesorería de la Seguridad Social para “proyectos de realización técnica en América Latina para la formación de sindicalistas”, otros 900.000 euros para instruir a agentes sindicales en Iberoamérica y 500.000 más para las “organizaciones de empleadores hispanoamericanos”... El PSOE no lo quiere ver, pero lo del 22-M es solo un pellizco. Con el ZP y sus mariachis, va camino del grupo mixto. A tiempo.