sábado, 26 de marzo de 2011

ESCRIBIR AL DICTADO NO ES LO MIO


ESCRIBIR AL DICTADO NO ES LO MÍO
Se me quejan ciertos capitostes porque en mi columna sabatina de HOY (La calma del encinar) tengo muy olvidado y dejo muy tranquilo a Guillermo Fernández Vara, e insinúan –pobres ellos- que es un veto implícito que me ha impuesto el propio periódico. Nunca se escribe a gusto de todos y, además, yo solo escribo a gusto mío. Nadie me impone nada y, lo crean o no, de HOY jamás he recibido una sola indicación. HOY publica lo que yo escribo y el día que no le interese dejará de hacerlo. Y al revés. Las cosas no suelen ser tan alambicadas como algunos “maquiavelos” pretenden. De todos modos, aquí abajo dejo constancia del malestar del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, materializado en forma de desabrida queja en su cuaderno.


Sábado, 13 de Marzo de 2010 20:23

El cuaderno de Guillermo
En el diario Hoy de hoy escribe Don Tomás Martín Tamayo, como con frecuencia hace en su artículo semanal, sobre mi persona y la conferencia que en días pasados pronuncié en Madrid en el Foro de la Nueva Economía. No es nada nuevo porque nada nuevo se puede esperar. Algunas reflexiones al respecto.

1.- El es diputado y miembro de la Mesa de la Asamblea de Extremadura, es decir, del órgano de gobierno de la misma, junto al presidente, los vicepresidentes y la secretaria primera. Yo soy diputado. No sé que pensaría si el presidente o vicepresidente escribieran cada semana artículos descalificando a los diputados de su grupo. Pero nada que objetar, está en su derecho de hacerlo. Cuando acabe la legislatura será recordado por sus palabras en los artículos.

2.- Escribe de oídas y con ello demuestra que cuando así se hace se cometen errores. Yo no estuve en la conferencia que el describe. El tampoco. Por eso carece del más mínimo rigor. La gente que estuvo, que votan cada uno lo que les da la gana o que no votan, nunca entenderan esa necesidad de que para criticar a uno haya que descalificar por sistema a los demás.

3.- Doy por hecho que le cueste entender las lealtades. Las mías son mi familia, Extremadura/España y mi partido. Por ese orden.

3.-Y por último. Escribe con rencor y se le nota. Durante años pensábamos que era rencor hacia Ibarra. Ahora alguien que lo lea puede pensar que lo es hacia mí. ¡Que va! Su problema es creer que nosotros somos su problema. Y no lo somos. Su problema son ellos mismos. Su inconsistencia. Me da demasiada importancia en sus frustraciones, y no la tengo. Su estrategia es erronea. Pero que sigan, que sigan, de éxito en éxito.

Por otra parte me gustaría saber vuestra opinión sobre un tema. Se trata de los secuestros de cooperantes o de pescadores. Si fueras Presidente del Gobierno, ¿que harías?

Un abrazote

Guillermo

DAME LA MANITA PEPELUIS


Un paseo lúdico por las hemerotecas nos muestra una foto pintoresca que, cinco años atrás, acaparó titulares: Zapatero y Gadafi aparecían ante los medios de comunicación sonrientes, satisfechos y cogidos de la mano. Eran como dos adolescentes que acababan de recibir el flechazo de Cupido y se mostraban ante el mundo incapaces de ocultar las estrellitas en el estómago. Un periódico nacional se atrevió a titular un ladillo con la célebre cantinela de Tip y Coll: “Dame la manita, Pepeluis”. Hay fotos de la feliz pareja conversando dentro de la tienda de campaña (jaima) que Gadafi se hizo montar en los jardines del palacio del El Pardo. El berebere llegó a Madrid con un séquito de trescientas personas, entre las que se contaban sus célebres doscientas vírgenes amazonas, que le servían de protección y escudo personal. De estas, de las doscientas vírgenes, hablaremos otro día.
Bueno pues, como cantaba la Jurado, se les acabó el amor de tanto usarlo, porque Gadafi fue muy desleal con Zapatero y los dos mil millones de dólares que se gastó en España comprando todo tipo de artefactos bélicos, se ha demostrado que sirvieron para machacar un poco más a los libios e incluso, en el colmo de los colmos, para defenderse ahora de los aviones españoles que sobrevuelan Libia. ¿Cabe mayor deslealtad que la de usar contra España las escopetas que le vendió España? Zapatero está muy enfadado y, como la Pantoja al Julián, le ha devuelto las fotos a Gadafi y ha dicho “nunca mais” y “sí a la guerra” de coalición contra el coronel que, pobrecito, siempre había sido un alma cándida, pacifista reconocido y demócrata de convicción, que iba por el mundo repartiendo petrodólares a todas las sonrisas batientes que se encontraba en el camino.
¡Ay, cómo duelen los amores rotos y cómo queman los besos perdidos! En apenas cinco años, de la foto de las Azores hemos pasado a la foto de Paris y estas deslealtades han convertido al pacifista Zapatero, en el más acérrimo partidario de perseguir a Gadafí hasta la mismísima jaima, a la que, por cierto, ya han llegado algunos misiles norteamericanos, sembrando el pánico entre las doscientas amazonas que custodiaban a mister botox. La indignación de nuestro presidente ha sido tan grande que primero envió barcos, aviones y un submarino a la guerra y tres días después, presentó su instancia en el Congreso, solicitando permiso para enviar lo enviado. Fue un día memorable, aunque, -¡qué lástima!- brillaron por su ausencia Pilar Barden y su nene, la Loles León, el comprometido Bosé, Almodóvar, Concha Velasco, Víctor Manuel y la tropa de pacifistas afiliados al club de la ceja. Están tan ocupados…
Zapatero, con su solemnidad habitual y ejerciendo de portavoz de la comunidad internacional, subió a la tribuna para explicar que se trata de “un paso de relevancia histórica para proteger al pueblo libio de la amenaza que representan sus gobernantes…” ¿Para proteger a los libios de la amenaza que representan sus gobernantes? Sí, eso dijo. ¿Y que qué respondió el Congreso? Que lo cuente otro, que a mi me da la risa.

sábado, 19 de marzo de 2011

AMEN


En el museo de Versalles conservan la carta, fechada el 22 de octubre de 1.843, que el sociólogo Alexis de Tocqueville envió al escritor Arthur de Gobineau. Analizaba el escaso bagaje intelectual de sus mandatarios, pero su descripción, por intemporal, parece un vaticinio futurista. Dice: “La desgracia de tener un dirigente infantiloide y simple, sin base, optimista, ególatra y resentido, es que los que le rodean, aunque sean más inteligentes y de espíritus más penetrantes, sabedores de que para medrar hay que plegarse, le hacen creer que es listo. Y como es tonto se lo cree. Lo peor del tonto que goza de memoria para elaborar un discurso vacío, es que puede engañar con sus buenas maneras, pero como no sabe sacar conclusiones, todo en él acaba en fragilidad e improvisación y en cuanto ve la mínima luz cree saberlo todo. Así como el avaro siempre anda escaso, los que rodean al idiota acaban volviéndose escasos de juicio”. Amen
Arthur de Gobineau le respondió el 21 de diciembre del mismo año: “La tragedia de los pueblos se escribe con tinta de deslealtad a cualquier principio ético o moral. El drama de nuestro tiempo no está sólo en la inconsistencia de los que nos dirigen, porque el pueblo es el que los alienta y los guía. Ellos son parte de ese pueblo. La peor ceguera es la moral y los pueblos que la sufren tienen que redimirse con sacrificios y sufrimientos. El idiota puede presentar la atenuante de su mal, pero los que lo rodean tienen el agravante de la malicia, la inmoralidad y la cobardía. Peor que el tonto que dirige a la manada, son los que lo rodean y la manada, que elije a un tonto para que la dirija”. Amen.
Después de estos años de pesadilla, en los que España parece estar en manos de sus peores enemigos, muchos de los que los alientan y sostienen con su servilismo y su relativismo moral, intentarán situarse en las antípodas para no verse contaminados. Pero en ellos hay mayor culpa que en el iluminado que, a golpe de cincel, ha derruido en unos pocos años el edificio de convivencia, armonía y progreso que se había levantado con el esfuerzo, la renuncia y la generosidad de todos. La transición no fue fortuita ni resultó gratis. En ella se dieron cita los mejores propósitos y los mayores patriotismos. En aquel momento España tuvo, desde todas las orillas, la clase política que necesitaba y la decisión colectiva de superar el pasado y afrontar el futuro sin revanchismo. El revisionismo esperpéntico que ha llegado después, la ruina moral y el desastre económico que han arrasado España, nos son más que las consecuencias de haber seguido, como ratones, a un flautista loco y sin armonía. Era la bomba fétida, de efecto retardado, que no explotó el 11-M, pero que lleva siete años liberando su aroma. Como escribió Gobineau, “el idiota puede presentar la atenuante de su mal, pero los que lo rodean tienen el agravante de la malicia, la inmoralidad y la cobardía”. Amen.

viernes, 11 de marzo de 2011

IGUALDAD Y PAMPLINAS


La mujeres están de enhorabuena, porque aunque con un 27% estemos en los puestos de cabeza de paro femenino, por fin, si vuelve a ganar el PSOE, van a conseguir el sueño tantos siglos añorado: ¡La medalla de Extremadura!. No sabemos quien la recibirá ni de qué cuello colgará, pero esos son detalles menores, porque lo importante es el reconocimiento colectivo. Cada mujer, por su exclusiva condición de mujer, va compartir el galardón con otras 3.843.000.000 de mujeres… El problema va a ser de logística militar si al acto se les ocurre venir a todas. Ya tienen el tratamiento de “excelentísimas señoras”… ¿Qué más quieren, quieren más? Ahora, si por aquello de la igualdad nos conceden también la Medalla a los hombres, todo el género humano tendrá la Medalla de Extremadura e incluso algunos, por si se le pierde una, tendrán dos.

Pero, ainda mais, para concluir el redoble de tambor, el pasado jueves los socialistas aprobaron en la Asamblea de Extremadura el Proyecto de Ley, “Igualdad entre hombres y mujeres y contra la violencia de género”, presentado por la Junta, posiblemente como acompañamiento a la “Medalla Urbis Et Orbis”. Si después de esto se quejan ya es por vicio, porque no sé qué más cosas pueden desear. Además la Ley, por la coherencia de sus 106 artículos, puede pasar a la historia de la legislación universal, porque con la distancia de unos renglones, dice una cosa y la contraria: Como es una ley de “igualdad”, propone “la proscripción y persecución por los poderes públicos de cualquier tipo de violencia ejercida sobre LAS MUJERES, en función de su género o su sexo”. ¿Y de los hombres, no? No dice nada.

Y fíjense qué perlas para la jurisprudencia del mundo mundial: “Las administraciones públicas no podrán conceder ningún tipo de ayuda o subvención a actividades culturales que sean sexistas o discriminatorias en función del sexo”. Y un poco más abajo: “Adoptar iniciativas destinadas a favorecer la promoción específica de LAS MUJERES…” Y después: “Impulsar políticas activas de ayuda a la creación y promoción artística y cultural de autoría FEMENINA, traducidas en incentivos de naturaleza económica”… Vamos, que la que sea buena y no incordie mucho, puede reclamar “un incentivo económico” por pintar, escribir o hacer encajes de bolillos. ¿Qué eso es discriminatorio, ofensivo y va contra el talento y la inteligencia de la mujer? Tonterías y ganas de incordiar.

Todos los excesos acaban en caricaturas y el tema de la igualdad de doña Leire y demás comparsas, está alcanzando la cota del remedo sin remedio. La igualdad que proponen es algo tan bufo como igualar lo desigual o desigualar lo igual. En el fondo de todas estas pamplinas lo que subyace es la convicción, íntima y aberrante, de que la mujer necesita empujones porque es inferior y no puede competir con el hombre en igualdad de condiciones, ni ser medida con el mismo rasero. Si respetaran a la mujer, si la valoraran y pudieran aparcar el machismo/feminismo ejerciente que llevan dentro, dejarían de tratar a la mujer como a un ser inferior que necesita ser llevado de la mano.

miércoles, 9 de marzo de 2011

ENTRE LO PEOR Y LO MALO


Hay periodistas creíbles, porque rezuman confianza, seguridad y oficio. Son, suertudos ellos, gente que parecen haber encontrado el trabajo que se ajusta a sus características personales e inspiran en los lectores la confianza que el paciente necesita del cirujano que los va a abrir en canal. Es el caso –perdóname Antonio- de Antonio Cid de Rivera, un hombre que sabe medir las distancias sin resultar distante y que deja en cada uno de sus trabajos la pátina de la fiabilidad que, a veces, tanto escasea en el mundo de la comunicación. Yo sé que Antonio no es amigo de las improvisaciones y supongo que cuando fue a entrevistar al alcalde de Badajoz, llevaba su cuestionario muy medido, pero ¿qué puede hacer el periodista ante un mirlo blanco que se despluma, que toca todos los palos, que da la entrevista hecha y regala en cada respuesta un titular de espectáculo?

Resulta aburrido el recurso de matar al mensajero cada vez que nos deslizamos por la pendiente del desenfreno y soy perfectamente consciente de que es fácil tener un mal día, aunque en algunos sea más fácil que en otros. En los periódicos hay declaraciones mías de las que estaba arrepentido incluso antes de concluirlas y en el Diario de Sesiones de la Asamblea de Extremadura hay constancia literal de disparates que no respondían, ni en el fondo ni en la forma, a lo que había pretendido decir. O sea, que por mi parte lecciones las justas, porque en el mundo de la política es difícil encontrar al Aladino que saca el duende de la lámpara maravillosa.

Sin ser portavoz de nada ni de nadie, apenas de mí mismo, todo esto viene a cuento porque las espectaculares declaraciones que Miguel Celdrán hizo a Antonio Cid y que se publicaron en HOY el pasado lunes, responden a lo que legítimamente piensa o cree él, aunque, con la misma legitimidad, yo considero que no se ajustan a la realidad y que la escasa valoración que tiene del parlamentarismo, siendo diputado y habiendo sido senador en dos legislaturas, está más basada en la ignorancia que en el deseo de ofender. El alcalde de Badajoz juzga a los demás por lo que él mismo hace y como el trabajo en su dilatada actividad parlamentaria ha sido de cero al cubo, cree que esa es la tónica general. Está confundido y no se entiende bien que si considera que sobran 44 de los 65 diputados, haya permanecido tantos años sacrificándose en un sesteo tan aburrido.

La entrevista dio para mucho, porque el alcalde, que estaba sobrado e ingenioso, abrió el tarro de su chistografía particular y no quedó títere con cabeza. Me gustaría saber si en el PP nacional han hecho la ola a algunas de sus ocurrencias, pero que sean otros los que vayan respondiendo y que cojan ticket para guardar turno, porque la cola de damnificados da la vuelta a la manzana. Fue, eso sí, muy ingenioso con aquello de “entre lo malo y lo peor, me quedo con lo malo”. Arduo dilema que nos abre a los demás, cara a las próximas elecciones municipales.

miércoles, 2 de marzo de 2011

SILVIO SEXUSCONI


La naturaleza a veces es caprichosa y sus veleidades las demuestra con excepciones que rompen los esquemas de lo que se considera normal. Un cordero con tres cabezas, un chino con 2´55 metros de altura, un nepalí que no pasa de los 56 centímetros, una sandía de 74 kilos o un Silvio Berlusconi que a sus setenta y cinco años compagina el cargo de primer ministro de la República italiana y el de garañón europeo, en dura competencia con los dos ejemplares rutilantes que tenemos en España, el ex de Norma Duval, Marc Ostarcevit y el tigre de Ambiciones, Humberto Janeiro. Los tres copan el podio de la erótica europea, pero en el cajón más alto está don Silvio, que siguiendo la estela de Tiberio en las grutas de Capri, organiza festorros con un “bunga-bunga” desenfrenado en cualquiera de sus veinte mansiones.

Roma está empapelada con leyendas alusivas al furor de Berlusconi, al que han rebautizado como Sexusconi. En las Piazza de Popolo le gritan majaderías como “Al sexo bello lo ensucia un jefe feo”. ¿El asunto sería diferente si el jefe fuera bonito? Ardua cuestión que deberían clarificar las féminas que se manifiestan en Roma, Milán, Turín o Palermo contra la fealdad del semental porque, ¿no existiría abuso ni corrupción si Berlusconi luciera palmito de Brad Pitt? El Partido Demócrata se ha sumado a la algarabía, con la ilusión de derribar al Cavaliere y la aguerrida diputada Bárbara Pollastrini (juro que es cierto el nombre y el apellido) ha afirmado que “Todos estamos pagando un precio, pero las mujeres pagan un precio doble” ¿Qué habrá querido decir? El colmo sería que Sexusconi cobrara a las mujeres por sus servicios y, además, cobrara el doble. ¿El doble que a quién?

Lo peor de Italia es que está llena de italianos, pero es un país imaginativo donde todo se relativiza y donde el humor preside incluso los entierros, por eso mientras los demás nos hacemos cruces con las correrías de Berlusconi, ellos se ríen, hacen chistes y le prestan a la Pollastrini la misma atención que a las hazañas de su garañón oficial. En los sondeos de opinión Berlusconi gana popularidad y las correrías que se propagan sobre su bragueta la enmarcan en un intento de linchar al Cavaliere, quitándole en la cama lo que no logran arrebatarle en las urnas.

No acusan a Berlusconi de administrar mal, no lo censuran por malgastar, no se manifiestan por sus políticas antisociales, por ser medio lelo, por contradecirse, ni por hacer el ridículo en la UE. Los males de Berlusconi están en su “pollastrini” intima y eso le hace mucha gracia a los italianos. Parece que el pecado lo lleva en su entrepierna, que es algo muy italiano. Con 75 septiembres a sus espaldas, don Silvio debe tener más de Caidosconi que de Sexusconi, aunque la Pollastrini -¡qué sabrá ella!-diga lo contrario. Si la naturaleza no ha obrado un milagro, a don Silvio se le cayó el imperio hace mucho tiempo, aunque a él le guste hacer el paseíllo como semental porque eso le levanta el ánimo. Pero nada más.