jueves, 28 de octubre de 2010

DIFERENTES VISIONES


Supónganse ustedes el escenario, una cola que da la vuelta a la manzana para entrar en un comedor social de Cáritas y, a medida que van consiguiendo acomodo dentro del comedor, ven y escuchan en el televisor al presidente del Gobierno que, con la seguridad, seriedad y rotundidad que le caracteriza, afirma mirando a las cámaras que en España se vive mejor que en 2004, cuando él llegó. Si creemos al presidente del Gobierno, debemos dejar de creer en la necesidad de esos dos millones de personas, familias enteras, que cada día se ven forzadas a acudir a estos locales improvisados para poder alimentarse. ¿Es mentira el hambre o es mentira lo que dice Zapatero? Semejante afirmación sólo puede ocurrírsele a un alucinado o a un desalmado. En ese comedor social al que hago referencia, comenzaron a abuchear y a una señora, con dos hijos a su lado, la tuvieron que detener para que no arrojara un vaso contra el televisor.

El mismo Zapatero que negó la crisis hace tres años, se niega a ver ahora una de las consecuencias de su patológica ceguera. Pissarides y Mortensen, dos premios Nóbel de Economía, aseguran que si el gobierno de España hubiera sido realista, aplicando las reformas oportunas a la situación, podría haber evitado el efecto desastroso de la crisis, fundamentalmente en lo referido al desempleo. Ni vio aquello ni ve ahora estas colas que desmienten cualquier fanfarronada del optimista antropológico. No me extrañaría que Rubalcaba, el goebbels del régimen, estuviera estudiando desplazar los comedores sociales al extrarradio y ocultar las colas con un espeso cortinaje, porque, ahora más que nunca, “ojos que no ven, corazón que no siente”. De momento ya han lanzado la especie de que hablar de pobreza, de necesitados y de comedores sociales, es hacer demagogia y que los que entran por esos vericuetos es “porque quieren aprovecharse de la necesidad ajena para hacer una política de tierra quemada a costa de los más vulnerables”. Quieren silenciar el hambre, como quieren silenciar los abucheos a Zapatero. Todo se andará.

La ficción y la realidad volvieron a encontrarse ayer y al mismo tiempo que Zapatero vendía en el Congreso de los Diputados su última ocurrencia: “los españoles viven hoy mejor que en 2004”, el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, hacía pública la memoria anual de la organización, denunciando el crecimiento en espiral de la pobreza en España. Con datos concretos, ajenos a las ensoñaciones del presidente del Gobierno, habló de las colas de la necesidad y del creciente número de españoles que acuden para pedir ayuda, porque carecen de lo más básico. En 2009, un año mejor que 2010, sólo Cáritas facilitó ayuda con productos de primera necesidad a 800.000 personas. ¿Piden por pedir? ¿Piden por descaro? ¿Piden porque no quieren trabajar? Alguien debería haberle preguntado a Zapatero si también viven mejor los casi cinco millones que han perdido su trabajo o sus empresas. El discurso de ayer, jaleado festivamente por sus compañeros socialistas, debería llevarlo personalmente a los comedores sociales y a las colas del paro. ¡Seguro que también lo aplaudirían!

jueves, 21 de octubre de 2010

VENTA DE PARCELAS


Creo que tiene poca importancia la remodelación que ha hecho Zapatero, porque lo que hace falta es un cambio de gobierno y no un cambio en el gobierno. ¿Qué más da la Pajin que la Aydo?. ¿Puede ser Rubalcaba más cínico, sinvergüenza, jeta, y mentiroso que su predecesora? Sí que puede, porque la criatura tienen unos antecedentes que lo avalan, pero tendrá que emplearse a fondo. Lo único que lamento es que la señorita Marivogue se haya ido sin decirnos en qué túnel de cien leguas guarda los tres mil modelitos que ha lucido durante estos siete años de pasarela. ¿Va a rectificar Trinidad Jiménez el deambular errático y pordiosero de Moratinos? ¿Un tal Valeriano Gómez, que durante la huelga general gritaba contra Zapatero por sus recortes sociales va a llevar a buen puerto los recortes sociales contra los que vociferaba? Ojo al parche, que este modelo de coherencia dará muchos titulares.

Para lo único que ha servido la remodelación ha sido para poner sordina al trapicheo con los nacionalistas vascos y canarios. Zapatero está parcelando la finca y vendiéndola a los nacionalistas que sueñan con una España troceada, porque es el mejor escenario para sus elucubraciones separatistas. Mientras más débil sea el Gobierno de España, más fuertes serán sus posibilidades y más valdrá el voto que le prestan al gran mandilón para que llegue, como sea, hasta el final de su mandato. El único objetivo que le queda a Zapatero es aferrarse al poder, porque ya se sabe que para algunos patriotas como él, el concepto de España es cuestionable. PNV y CC, que suman el 1´8% del electorado, estarán tutelando y ordeñando a España hasta el final de la legislatura. Con ocho diputados, tres menos de los que tiene Extremadura, vascos y canarios serán los que nos gobiernen en este tramo final, porque si hay algo que no está en la cabeza de Zapatero es convocar elecciones para que España pueda decidir. Para eso está él.

La primera víctima del mercadeo será el lehendakari, Patxi López, cuya cabeza se la ha servido Zapatero al PNV en bandeja de plata. El pacto de estabilidad alcanzado con los separatistas vascos le permitirá agotar la legislatura, pero una de facturas será sacrificar a quien, con ayuda del Partido Popular, protagonizó el cambio en el País Vasco, después de treinta años de hegemonía nacionalista. En el PNV se mostraban pletóricos con el resultado del trapicheo, porque había conseguido más que Patxi López y porque eso les permitía retomar la “irrenunciable reivindicación del Estado vasco, volviendo a la senda soberanista de Ibarretxe”. Más claro ni el agua: Zapatero vendía soberanismo vasco a cambio de permanecer en la poltrona. A él plin.

La segunda victima seremos todos los demás, porque Zapatero dispara con pólvora ajena. El País Vasco tiene un 10’ 4% de paro y Extremadura el 23%, pero se destina a cada parados vasco y 3.600 euros, frente a los 900 euros de los parados extremeños. ¿Será porque los parados vascos están más parados o porque la que está parada es Extremadura?

jueves, 14 de octubre de 2010

EL DESFILE


Estaba en el campo bajo la calma de una encina, con los oídos en el pío, pío de los pajaritos y la mirada distraída en el ordenador, viendo el desfile, o la parada militar, o como se llame eso de ver pasar misiles, tanques y soldados con escopetas, a toda marcha. En la tribuna estaban los que mandan, y los que van a mandar. También estaba el heredero, el sucesor, elegido por su padre en detrimento de la primogenitura. Engalanados los ellos y, alejadas, muy bien puestas las ellas. Las cintas, las medallas y los medallones brillaban al sol del medio día cuando unos aviones hicieron varias pasadas en raso, dejando detrás los colores de la bandera, mientras el tararí-tararí y el chunda-chunda apagaba el golpeteo emocionado de los corazones. El sucesor, al lado de su padre, de parecida estatura, saludaba militarmente el paso glorioso de las banderas y estandartes, secundados por el tintineo de los cordones dorados y las medallas. No se ha dicho nada, pero parece claro que el relevo ya tiene fecha en el calendario.

Los abanderados sacaban pecho al pasar por la tribuna y miraban de reojo, como buscando verse en las pupilas de los mandamases que distraídamente miraban sin ver. Alrededor un cinturón de protección, firmes, como soldados de terracota, vigilaban atentos el paso acelerado de los uniformes. “Ya viene el cortejo, ya viene el cortejo, ya se oyen los claros clarines, la espada se anuncia con vivos reflejos”. Un bimotor pasa lento, gira, hace un tirabuzón y escupe a varios paracaidistas que caen mansos sobre una diana dibujada en el suelo. El gentío aplaude emocionado y antes de que los corazones se serenen, pasan los zapadores con sus palas y sus picos y su arte marcial y tabernario. Los sigue un cuerpo de élite, de esos enamorados de la muerte, que hacen gritar al pueblo tras una valla protectora, aunque no se sabe si protege al pueblo de los que mandan o a los que mandan del pueblo.

Todos miran al sucesor porque, a fin de cuentas, más pueden sacar del que llega que del que se va. Hay emoción patriótica en las caras cuando pasan los primeros misiles. La gente grita y miles de banderas acarician el viento al paso del cuerpo de caballería. Los corceles se saben protagonistas y pisan el asfalto demostrando su doma de élite. Hay fuego en las miradas de los animales y hielo en la de los jinetes que se vuelven a la tribuna para saludar. La primera fila del populacho está uniformada con una cazadora gris, de cremallera, como le gusta al supremo, al padre de la patria, al querido líder, que aplaude bonachón y magnánimo. Su cara abotargada y su mirada perdida hacen que la gente mire y compare. El heredero sonríe.

Esto ocurre en Corea del Norte, el último eslabón de un estalinismo tan oscuro como decadente, donde se ha impuesto un comunismo estrafalario y sucesorio. Kin Il-sung pasó la antorcha a su alevín, King Jong-Il, que ahora se la pasa al joven King Jong-un. Son los tres únicos nombres de un país colgado en un pico del tiempo. Apagué el ordenador y me quedé con el pío, pío de los pajaritos.

jueves, 7 de octubre de 2010

LOS MÁS LISTOS DEL PSOE


Los más listos del colegio socialista, Rubalcaba, Maritere, Blanco, Pajin, Cerolo… se pusieron de acuerdo para tejerle a Trinidad Jiménez un jerséis y decidieron que la Comunidad de Madrid era un buen lugar para apartarla de la carrera de sucesión que se avecina. Le presentaron el caramelo a Zapatero y éste, como suele, se lo metió en la boca sin mirarlo y sin retirar el papel que lo envolvía. ¿Qué ha pasado? Ha pasado lo que viene pasando con esa tropa de destornillados, que una vez más, pese a creerse los listillos del patio, si ellos dicen nones, siempre salen pares. Ya no aciertan ni dentro del PSOE y aunque pidieron socorro a Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, al que colaron apresuradamente en La Noria para que hiciera el ganso piropeando a doña Trinidad, salió, como era absolutamente previsible, lo contrario de lo que ellos querían.

Hace tres meses un socialista extremeño, bien situado y bien informado, me daba por segura la victoria de Trinidad sobre el desconocido Tomás. Le respondí que después de la apuesta de Zapatero, ganaría incluso un cigüeño antes que su favorita, porque era previsible que las bases socialistas le pasaran factura al gran patoso de la política nacional. Así ha sucedido. A Zapatero le abandonó el desodorante hace mucho y es un pecio a la deriva que puede partir el casco del buque mejor pertrechado. Aunque los listillos del PSOE lo sigan, como los ratones al flautista de Hamelín, el final de ese despropósito, de ese petardo con efecto retardado que quedó sin explosionar el 11-M, será pasar a los anales de la política española por su torpeza, por su inconsistencia, por su mesianismo y por su memez. Sobre todo por su memez.

Los listos del PSOE no lo son tanto y cuando pierdan la aureola del cargo les crecerán los orejones de burricegatos que el sillón oculta. Lo tenían muy fácil, pero son tan desparramadamente estúpidos que ni siquiera calibraron el rechazo que producen, incluso dentro del propio PSOE. Si Zapatero quería ayudar a Trinidad Jiménez debería haber apoyado públicamente a Tomás Gómez. Si esa tropa de zopencas y zopencos se hubiera posicionado contra la ministra, el gran derrotado hoy sería el ex alcalde de Parla, al que las bases han elegido pese a que ha ido de pelota, manso y besucón durante todo el rato. ¡Dios nos libre de los arrodillados políticos! Para enfrentarse a Esperanza Aguirre, evidentemente tenía un plus la señorita Trini, pero se estrelló desde el momento que aceptó el padrinazgo de Zapatero.

Lo curioso es que los socialistas siguen intentando vendernos el valor político de Zapatero, cuando en verdad en verdad os digo que esa ha sido la única razón para que pierda su candidata, pese a ser mejor apuesta, ser más conocida y tener mayor tirón electoral. ¿Lo que ha ocurrido no hace reflexionar a los candidatos socialistas? El mejor escenario de Rajoy es que Zapatero sea el candidato y lo mejor que le podía ocurrir a José Antonio Monago es que Zapatero venga a Extremadura para ayudar a Fernández Vara. ¡Qué dilema, don Guillermo!