jueves, 2 de septiembre de 2010

DE CHANTAJE EN CHANTAJE


El PNV vuelve por sus fueros y quiere más pasta y más competencias para aprobar los PGE y seguir sosteniendo al Gobierno. ¿Qué hará Zapatero? Darle más pasta y más competencias. Zapatero demostró desde el primer momento una carencia total de escrúpulos para aceptar el chalaneo, el trueque e incluso el chantaje. Sin disimulo, nunca sopesó el contragolpe de las limitaciones morales. Para él lo único que importa es el hoy y es incapaz de medir las consecuencias que sus actos tendrán mañana. De ahí se derivan sus cesiones con el Estatuto catalán, la negociación con ETA, su negativa a aceptar una situación económica desastrosa, o la solemnidad con la que negaba recortes sociales. Dice lo que le conviene en cada momento porque es el primero en no valorar sus ocurrencias. Él no se toma en serio y supongo que se sorprenderá mucho cuando acudimos a las hemerotecas o hacemos grandes disquisiciones para evidenciar las barbaridades de cada decisión que toma.

Si tiene un desconchón, Zapatero no se para en barreras éticas, morales, sociales o artísticas y es capaz de cortar con la navaja un cuadro de Tiziano y pegarlo con engrudo en la pared para camuflar el mal efecto que produce. Él vive el instante. A lo largo de mi vida he conocido a otras dos o tres personas con esa tara de irresponsabilidad genética, pero nuestro problema, el problema de España, es que Zapatero es el presidente del Gobierno. De un Gobierno inexistente, pero que hace las veces del tal, mientras no salga de un BOE que, desgraciadamente, editorializa el propio Zapatero.

¿Sopesó Zapatero que pagando a los secuestradores de los cooperantes catalanes estaba pagando las balas que días después iban a asesinar a dos guardias civiles y a un interprete? ¿Alguien cree que a Zapatero le temblará el pulso al pulverizar la estabilidad de la Seguridad Social para negociar con el PNV? En cualquier escenario, por grave que sea, Zapatero tomará siempre la decisión que le convengan en ese preciso momento, porque él no va más allá y está metafísicamente negado para pensar en algo que no sea su ombligo. Ahora mismo España le importa mucho menos que los seis votos que el PNV le quiere vender, y él los comprará al precio que sea. Su obsesión es seguir y para eso necesita el respiro de los Presupuestos. Nada más importa en su horizonte inmediato, porque para Zapatero lo único importante es Zapatero.

Mientras tanto y dándose un desperezo, se ha ido a Shangai para visitar el pabellón español, uno de los más deslumbrantes y costosos de la Exposición Universal, llevando en su equipaje la copa del mundial de fútbol, éxito con el que pretende identificarse y hacerse identificar. Después, desde Japón, ha vuelto a hacer signos de complacencia a los nacionalistas vascos y en el tono que le caracteriza, ha vuelto a contarnos que volverán banderas victoriosas al paso alegre de la paz. ¿De dónde va a sacar para pagar el peaje que el PNV le exige? Nos dará manotazos a todos los demás, comenzando por los más conformistas, resignados y silenciosos. Como Extremadura.

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