jueves, 3 de junio de 2010

HUELGA DE FUNCIONARIOS


HUELGA DE FUNCIONARIOS
Los sindicatos de clase son muy clasistas y no suelen sentarse a la mesa con cualquiera. CC.OO y UGT son los que se hacen la foto con Zapatero y con Vara, y se niegan a posar con CSI-F, el sindicato mayoritario de los funcionarios porque, subidos al machito institucional, no quieren compartir nada con nadie. Y el Gobierno y la Junta se dejan hacer porque para ellos es más cómodo, más fácil y más rápido, negociar con los coleguis y dar sensación de apoteósica unanimidad, que meter a un tercero en discordia. Así, como los dos “grandes” no quieren, el de mayor representación en la Función Pública, queda relegado y ninguneado, con el consentimiento vergonzante de los que prefieren acoger a los más cercanos ideológicamente, en detrimento de la verdadera representación.

Ahora, con motivo del “zapaterazo”, que se ha bajado de todos los convenios firmados, CC.OO y UGT se han quedado colgados de la brocha, porque después de haber estado callados y de perfil, con cinco millones de parados, (sólo se han manifestado por Garzón) la gente los miran de reojo y con desconfianza porque se sabe que el silencio tiene un precio y que el que cobra tiene que ser condescendiente, sumiso y comprensivo con el que paga. ¿Qué respuesta darían los funcionarios a una convocatoria de huelga general convocada por UGT y CC.OO? Ellos han preferido no saberlo y antes de tentar la suerte e ir solos, han decidido sumarse a la convocatoria de CSI-F, por el riesgo evidente de demostrar el verdadero arrastre que tienen, fruto de seis años de mirar para otro lado y poner el cazo. ¿Una retirada a tiempo es una victoria? Así parece. Con la disculpa de la “unidad de acción”, el próximo martes habrá huelga general en la Función Pública, con CC.OO y UGT, - ¡qué gracioso!- de adosados a CSI-F.

Así es que el apestado CSI-F, por primera vez, se ve “arropado” por los dos sindicatos de clase, que se han subido a su carro, ante el descalabro que se intuye si van, como siempre, solos y cogiditos de las manos. Es mejor subirse a la chepa de CSI-F, tragándose el marrón de coger la pancarta con un desclasado sin pedigrí, que quedarse a la intemperie y recorrer las calles con apenas un centenar de liberados. (Por cierto, que sería un buen momento para replantearse la necesidad de los 20.000 liberados sindicales de la Función Pública). Ahora se ven cocidos en su propio caldo, porque si no convocan malo y, si convocan solos, aún puede ser peor.

Ha habido dos congelaciones salariales, una en 1994, con Felipe González y otra en 1997, con José María Aznar pero, hasta ahora, nunca se había rebajado el sueldo a los funcionarios,- 95.000 en Extremadura- que, además de perder entre 50 y 300 euros, verán cómo en los próximos años la congelación es sobre un sueldo previamente disminuido. ¿Conviene salir a la calle para mover las banderas un rato? Conviene hacerle oír al necio que rectifica cada día, que la mejor medida que puede tomar es rectificar de nuevo y largarse de una p. vez.

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