sábado, 24 de abril de 2010

DUELO DE VELOS


El ministro de Educación, Gabilondo, se asomó y con cara de haberse aplastado un huevo al subirse en la moto, proclamó entre dientes la prioridad de que la niña del velo asista a las aulas, por encima de otras consideraciones menores. No dijo si hablaba en nombre de la alianza de civilizaciones, pero desde luego hablaba en nombre del mismo Gobierno que para no contaminar a los del velo con imágenes indeseables, quiere erradicar a los crucifijos de los centros públicos. Parece que la tolerancia hacia los credos musulmanes es incompatible con la tolerancia debida a otros credos y está claro que si Zapatero sigue dirigiendo esta orquesta de sordos, ciegos y mancos, en unos años la excepción, la noticia y lo llamativo será contemplar la provocación de una niña sin velo entrando en el colegio.

A mi me parece correcto que las corresponsales de los distintos canales de televisión en países islámicos, aún profesando la fe católica, salgan en pantalla con el hiyab puesto, porque eso supone una prueba evidente de respeto hacia las creencias y costumbres de los países desde donde informan. Si en una mezquita no se puede entrar con los zapatos puestos, ¿tenemos que empecinarnos en ir calzados? Lo correcto, lo habitual, es descalzarse y seguir la rutina de las normas que tienen establecidas, porque lo contrario supondría una ofensa hacia los anfitriones que, además, no lo consentirían. ¿A qué turista occidental se le ocurre denunciar las salmodias que se rezan desde los minaretes porque importunan la siesta? ¿Imaginan ustedes la cara del juez que acogiera la denuncia? Si el ministro Gabilondo parecía haberse aplastado un huevo, el juez musulmán podría cara de haberse entrillado los dos.

El problema es que en España ya hemos mostrado el lado de la debilidad generalizada y en todas partes consideran que esta es la casa de “Tócame Roque”, donde es posible pisotear, con la anuencia del Gobierno, cualquier credo, costumbre y tradición, sustituyéndola con ingerencias extrañas. La cara del ministro Gabilondo delataba la insolvencia argumental y la carencia de criterios, porque el tema de niña del velo no es un tema baladí. Deberían ser sus padres los que decidieran si quieren escolarizar a la menor, pero como están seguros de que aquí pueden hacer lo que les salga de la alianza de civilizaciones, en lugar de rectificar un intento que vulnera las normas del centro, lo que han hecho es lanzar más órdagos y ya son tres las niñas que reclaman su derecho a ir con la cabeza cubierta. Ahora que tengo que renovar mi DNI lo mismo me hago la foto con un burka.

Varias asociaciones de musulmanes ya han tomado el testigo y exigen al Gobierno que derogue las normas del colegio para que, aunque el resto de los alumnos no puedan estar en las aulas con la cabeza cubierta, con ellos se haga una excepción. Se cederá porque cuando se carece de principios todo da igual. ¿Y si una niña cristiana pretendiera en un país musulmán entrar en la escuela sin el velo y con un crucifijo colgado del cuello? Ella y sus padres durarían menos que la gira mundial de Ramoncín.







No hay comentarios: