jueves, 11 de marzo de 2010

VARA MADRILEÑEA


El presidente de la Junta fue el miércoles pasado a Madrid para dar una conferencia ante seiscientos comensales, la mayoría de ellos desplazados desde Extremadura. Es verdad que para hablarle a los de casa no es necesario salir de casa porque es muy caro y trabajoso, pero los políticos, como los toreros, necesitan pisar el albero madrileño y no me parece mal que se atraviese el puñetero Miravete, que pone sordina a todos los ecos de Extremadura. Además, allí pudo desplegar su conocido repertorio, vendiendo su “buenismo” ante una representación nutrida del Gobierno y del PSOE nacional, dignamente representado por doña Leire Pajín.

Vara no fue a Madrid para hablar de las dificultades de Extremadura, ni apuntó exigencia alguna para poder paliar la situación de los 118.000 parados extremeños. Ni pidió remedios ni los llevó. Vara está en la filosofía de los gestos y a juzgar por lo que se ha destacado de su discurso, fue a Madrid para jurarle amor eterno a Zapatero y para ponerse como ejemplo de fidelidad, de lealtad y de coherencia política. ¿Por qué no le declaró su amor con un correo electrónico?

¿Los pilares fundamentales de su discurso? Bueno, lo importante es que el discurso de siempre lo repitió en Madrid, pero por lo visto/oído/leído, el punto álgido lo alcanzó cuando criticó a los socialistas que dan la espalda a Zapatero. Vara enfatizó que, “Este país no se puede permitir el lujo de debilitar al presidente del Gobierno. Desde Extremadura voy a ayudar a Zapatero todo lo que pueda. Hay que estar a su lado”. Supongo que diría más cosas, pero ante semejante disparate, el apoyo de Extremadura a Zapatero acaparó todos los titulares. Lo curioso es que ninguno de los más de seiscientos comensales necesitó asistencia médica, ni se atragantó, ni precisó oxígeno al oír semejante patochada. Ya vengo avisando que Vara se parece mucho a Zapatero, que tiene un discurso similar, además de situarse detrás de la tribuna como él. Por su gestión y por sus resultados, Vara es un clon de Zapatero.

Ahora sólo falta que cuando vuelva a Extremadura, le explique a los 118.000 parados, a las familias en ruina, a los autónomos que han bajado la persiana, a los jóvenes sin salida… que en nombre y representación de todos ellos ha ido a Madrid para apoyar a Zapatero. Mientras que algunos socialistas y varios millones de los que lo votaron se apartan de Zapatero, porque lo importante es la lealtad y la fidelidad a España, Vara se solidariza con él, demostrando que le importa un bledo lo que ocurre en España y bledo y medio lo que ocurre en Extremadura. Vara no quiere que se debilite Zapatero, porque no le importa la debilidad, ni el ridículo, ni la agonía de España. ¡Apañados estamos los extremeños! El que se fue porque votaba por disciplina de partido y el que llegó porque le mola estar al lado del gran Z…openco. Extremadura lleva treinta años a la deriva, sometida siempre a los intereses de partido o a los amoríos trasnochados del que conduce la “gua-gua”. ¡Así nos va!

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