domingo, 24 de enero de 2010

POLÉMICA ORACIÓN


El religioso Joe Wright, fue invitado a impartir la oración de apertura en la Cámara de Representantes de Kansas y con una sencilla reflexión pasó de ser un ejemplo tolerancia y de lo políticamente correcto, -por eso lo invitaron-, a un ultra cavernícola del que había que huir por sus ideas contrarrevolucionarias y su mesianismo contra el progreso. El reverendo Wright se resistió, pero insistieron y aceptó. Con evidente desgano subió a la tribuna para rezar su oración de apertura, pero nada más comenzar, varios representantes abandonaron ruidosamente sus escaños, escandalizados por el sesgo que el párroco daba a su meditación. Antes de concluir, otros comenzaron a patear el parquet en señal de protesta. No hubo aplausos y el pastor Wright, bajó de la tribuna entre enfurecidos e indiferentes. La Cámara de Representantes emitió un comunicado disculpándose por el error al elegir al pastor, calificando su oración de “mensaje de intolerancia”.

¿Y qué fue lo que dijo ese señor para que se armara tanto revuelo? Dijo muchas cosas pero lo que más ofendió fue:

“Señor, perdónanos porque estamos desplazando el bien con el mal y la verdad con la mentira”.
Perdónanos porque hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores.
Perdónanos porque explotamos al pobre y al necesitado.
Perdónanos porque hemos recompensado la pereza y lo llamamos “ayuda social”.
Perdónanos porque hemos matado y lo llamamos “justicia”.
Perdónanos porque hemos sido negligentes al educar a nuestros hijos, con la disculpa de desarrollar su “autoestima”.
Perdónanos porque abusamos del poder y lo llamamos “democracia”.
Perdónanos porque hemos codiciado y robado y lo llamamos “espíritu competitivo”.
Perdónanos porque hemos contaminado los medios de comunicación con groserías y pornografías y lo llamamos “libertad de expresión”.
Perdónanos porque hemos ridiculizado los valores de nuestros padres por “obsoletos y desfasados”…

¿Por qué se sintieron tan incómodos los representantes políticos de Kansas? Porque la aparente simpleza de ese mensaje denunciaba parte de los vicios sobre los que asentamos nuestro pretendido progreso. Los diputados se vieron retratados y como en la clase política estadounidense todavía existe capacidad de reacción y algo de sinceridad, manifestaron su disconformidad contra lo que consideraron una ofensa del invitado. Si eso mismo (cosa impensable) lo dice un religioso en España, en el Congreso, en el Senado o en cualquiera de las cámaras autonómicas, en lugar de bronca, habría conseguido un aplauso cerrado porque aquí todo lo relativizamos y somos capaces de compatibilizar el cinismo más elocuente con la indiferencia más apabullante. Aquí somos capaces de matar y brindar por la vida, de hacer la guerra mientras aplaudimos de paz. Podemos descolgar un crucifijo y postrarnos en oración después e incluso somos capaces de ejercer un ateismo militante y atravesar medio mundo para rezar por una foto.

En cierto modo, siento envidia de los políticos de Kansas, capaces de manifestarse con sinceridad, aún resultando políticamente incorrectos.


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