martes, 21 de abril de 2009

MATAR AL MENSAJERO


En lo que a inteligencia se refiere hay que andarse con mucho cuidado, porque todos somos listos y tontos a la vez y no parece que el presidente de la República francesa vaya tan sobrado como para impartir doctrina. Pero puestos a catalogar, tal vez tendríamos que preguntarle a Sarkosy por la inteligencia del penoso Fiscal General del Estado, Conde Pumpido, que es un tipo que, como Zapatero, sufre de hipermetropía política (Zapatero lo llama optimismo antropológico) y como a los dos le fallan las distancias, son capaces de meterse en cualquier berenjenal con sus patochadas de patosos.

La penúltima de Conde Pumpido (la última debe ser explicarse con seriedad) es denunciar ante la opinión pública la falta de colaboración de la Policía española para controlar a los testaferros de ETA. No hace falta ser muy lince para ver que el dedo del Fiscal General se dirige por elevación al Ministerio del Interior, donde tenemos sentado al duendecillo del jardín, don Alfredo Pérez Rubalcaba. Y mediando el ministro del Interior, lo mejor sería dejar que Conde Pumpido se explique, no vaya a ser que tapándole la boca al fiscal, el listillo del Gobierno se vaya de rositas también en esta ocasión. La Policía obedece órdenes y las órdenes las da Rubalcaba. Si la Policía atiende solamente a los requerimientos de Garzón, el puzzle comienza a completarse y eso explicaría mucho lo que ha pasado, pasa y seguirá pasando mientras Rubalcaba sea ministro del Interior y Garzón juez de la Audiencia Nacional. ¡Cuidadín, cuidadín, a ver si vamos a matar al mensajero!

Pero la pasada semana no sólo hemos sido portada en la prensa europea por la gravísima acusación del Fiscal General del Estado, porque también tuvo mucho eco la disfunción entre el responsable del Banco de España y un Gobierno al que le faltan mangueras para apagar tanto fuego. Igual que Conde Pumpido señalaba a Rubalcaba, el Gobernador del Banco de España señala directamente al Fondo de Pensiones como el pagano, a un año vista, del desbarajuste económico de Zapatero y su tropa. Por la pasarela ha vuelto a desfilar la vicepresidenta, para que desmienta una vez más que España es la Casa de Troya, pero la señora Fernández de la Vega ya no traspasa pantalla y ha cambiado su semblante de catadora de vinagre por la cara de un cigüeño que se ha tragado el palo de una silla. Ya no vende, ni cala, no vence ni convence y aunque sigue estrenando modelitos, la ha abandonado su desodorante.

Mientras el dinerito fluía sin dificultad, el armazón del poder daba cierta consistencia y uniformidad a los disparates, porque incluso los más desternillante los vendía Zapatero con su solemnidad de hipermétrope político (optimista antropológico), pero hoy, con los cuatro millones de parados que reclaman el pan de cada día, con unos autónomos imprimiendo el cartel de “cerrado por defunción”, unas autonomías reclamando pitanza como pollitos en nido, la gente está cansada de soflamas, modernidades y chorradas.

¡Con lo contentos que estaban en el guateque después de la remodelación, bailando todos con todos e intercambiando pareja! Hasta los zurcidos comienzan a deshilacharse. Lo del Fiscal General del Estado y el Gobernador del Banco de España no es ni la punta del iceberg que se aproxima. Oído cocina.



SUPLEMENTO CULTURAL DE ABC


ABC Las artes y las letras
Carmen Rodriguez Santos


En títulos como “Cuentos de madrugada (Esquina Viva, Badajoz 1979), “Cuentos al alba” (Ed. Manzanares, Madrid, 1984), “Cuentos de la maldita resignación” (CR, Badajoz, 1997), “Cuentos en verde aceituna”, (Carisma, Badajoz, 2006, en dos poemarios y en nueve antologías del relato corto, el prolífico autor extremeño, Tomás Martín Tamayo, ha dado cumplida muestra de su dominio del relato corto, haciendo diana en algunos certámenes nacionales. Podemos considerar a Martín Tamayo como un experto en el relato corto, un género del que también se ha ocupado en su faceta de de antólogo y ensayista, publicando “Narrativa Extremeña Actual” (Esquina Viva. Badajoz, 1976 y “Ficciones. La narrativa corta” Editora Regional. Mérida 2001)

Ahora, Martín Tamayo, quien asimismo colabora habitualmente en prensa como articulista, ha dado a la imprenta “El enigma de Poncio Pilatos”, una narración de carácter histórico, que supone un logrado debut de su autor en el ámbito novelístico, porque su indagación sobre el personaje supera notablemente lo que suele ser habitual en las “operas primas”. En primer lugar, merece destacarse lo acertado de la elección del personaje, pues sobre Poncio Pilatos ha pesado más el tópico que el deseo de profundizar en una figura que, sin duda tiene tanto de enigmática como de sugerente. Así Tomás Martín Tamayo, tras llevar a cabo un gran trabajo de documentación, que le otorga a su obra una sólida base, traza convincentemente la trayectoria del prefecto de la provincia de Judea y arroja luz sobre las motivaciones de sus decisiones y su forma de actuar, a la vez que le acompaña de numerosos personas –en unos casos históricos y en otros de ficción, como el de Amasio Quilio, supuesto secretario de Poncio Pilatos y voz narradora de la novela- concebidos de manera creíble. Con un estilo mas que eficaz y una estructura cronológica, con algún flashblack, Martín Tamayo se adentra en el complejo mundo de personajes y situaciones, desvelando la cara oculta de sus peripecias vitales, con un análisis profundo y sosegado. Uno de los aciertos más destacados de la novela es que el narrador, Amasio Quilio o el propio Martín Tamayo, relata sin pasión y con una lejanía que hacen más creíble la historia que novela. También es destacable que Jesucristo, siendo un personaje clave, pasa a personaje secundario, porque la historia se cuenta en los días de Poncio Pilatos, en los que “el rabino de túnica blanca” era uno de tantos corre caminos.

El Enigma de Poncio Pilatos nos sumerge en un mundo de intrigas y misterios, proporcionando una lectura provechosa y sumamente entretenida. Feliz entrada la de Tomás Martín Tamayo, en el complejo y competitivo mundo de la novela histórica

EL ENIGMA DE PONCIO PILATOS
Tomás Martín Tamayo
Prólogo de Alberto González Rodríguez
Tecnigraf, Badajoz 2008
212 páginas, 20 euros

sábado, 18 de abril de 2009

PRESENTACIÓN DE P´LACIDO RAMIREZ


Presentación del libro “El enigma de Poncio Pilatos”
De Tomás martín Tamayo.


BUENAS NOCHES autoridades, entrañables vecinos, Sras y Sres. Sean bienvenidos a la presentación de este libro de sonoro título “El enigma de Poncio Pilatos” del escritor y amigo Tomás Martín Tamayo, editado cuidadosamente por los Hnos. Álvarez de Tegnigraf editores.

Esta actividad encuadrada dentro de la fiesta de la primavera ( de tribuna el ancla, concretamente) que organiza esta asociación de vecinos de gente inquieta, gente normal, gente corriente si se quiere, solitaria y solidaria, que quiere poner luz a los colores, hacer un guiño a l tiempo en estas horas de crisis, y también de copla y trena.

Algunas vicisitudes y anécdotas han precedido a esta presentación, que seria largo y cansino de explicar, porque después de quedar nuestro presi con el autor en presentar el libro en nuestra casa común (hace unas semanas, el lunes pasado, en la reunión de la junta directiva) después de hablar telefónicamente con él, me pasa la llamada y me pide M.T que quiere que sea yo el que lo presente, me quedo en blanco… y lo agradezco… y digo si no habría alguien de mas calado, capacitado y tal, y que el 27 no podría que voy a la entrega de un premio en ribera del Fresno donde soy jurado, al final es el 26, o sea que p´adelante y con gusto. Recojo la tarde siguiente, martes, el libro en el Bar el campeón, lo voy leyendo, mientras bebo una cerveza, y me sorprendo, sigo hojeando, luego mas tarde continuo la lectura sin parar, con otra cerveza en el Bar Pensilvania, y sigo asombrado, me subo para casa para comenzar la difícil tares encomendada ( porque del blanco voy a pasar al morado, o al blanco y negro, con tanta cerveza , ustedes saben )En fin vamos al libro que hoy nos ocupa , que me voy por las ramas , o mejor por los bares…. Martín Tamayo que nos tiene acostumbrados a la contundencia de sus artículos periodísticos, en los que por cierto tiene un numeroso público, fiel y constante, nos sorprende ahora con esta novela de prosa limpia, transparente de prodigiosa precisión, de generosa abundancia, y de una gran técnica narrativa. Un gran trabajo que le ha llevado a Tamayo a consultar e investigar una abultada bibliografía, durante dos años, en torno al personaje central de su novela, y de su tiempo. Da buena cuenta de ello al final del libro, autores de la talla de Gregorio Marañón, Cesar Vidal, Virgilio, Séneca, Marco Aurelio, Tácito, Robert Graves, Platón, Petrónio y un largo etc…

La primera novela larga de Tamayo, en esta arriesgada apuesta que siempre supone la novela histórica, que pro cierto en un par de meses va por la segunda edición.

Recomendamos su lectura, porque Tamayo se aproxima un personaje en el que hasta ahora poco se ha profundizado, y él con un lenguaje cercano, ágil, directo, nos engancha desde las primeras paginas.

Certeras y ajustadas criticas han hecho de este libro los académicos Manuel Pecellin y Feliciano Correa (este ultimo, muy recientemente en la revista que dirige, Vitela), también Juan de la Cruz en Extremadura 24 horas, dice de esta novela: “…Martín Tamayo se ha volcado con un engranaje de fecundidad creativa, de aportación al sentido histórico de Pilatos, hasta desgranar su propia esencia. Lo que leva a cabo, desde el papel ya reseñado de Amasio Quilio, que aumenta, de forma paulatina, en intensidad, analítica, descriptiva y dramática.
Y continua Juan de la Cruz, en unos momentos en que se discuten tantos m omentos y acontecimientos históricos, Tamayo abre paso con una mágica soltura literaria, a un personaje que va vistiendo y desvistiendo con el ropaje literario mas enriquecedor, sencillo y profundo animando al lector de modo constante a avanzar en la intriga del desenlace final de la obra novelada.
Y sigue…con personajes al medio como Calígula, José de Arimatea, Maria Augusto o la trascendencia e importancia de los sacerdotes del Sanedrín, Tamayo ha llegado a elaborar una radiografía de Pilatos como solo podría escribir y radiografiar su propio secretario, conocedor de todos los movimientos actitudes, aptitudes, decisiones y hasta silencios del protagonista.

Las páginas de este libro nos llevan a descubrir las Judea de aquél tiempo cuando dice en el capitulo 3º pagina 119 “por pascua florida, el incienso inunda el cielo de Jerusalén. La ciudad santa es una amalgama de colores y en ella confluye, con relativa armonía el torrente humano llegado de todos los rincones de Judea, Galilea, Perea e Idumea. Desde el manantial de Panías, nacimiento del Jordán la muchedumbre se desplaza, siguiendo desde la orilla el lento caminar del río, hasta su descarga en el lago Genezaret. El lago da vida a Hipos, Julia, Tariquea y Sufiria, rebautizada como Tiberiades, en honor de Tiberio. Todas son ciudades de aprovisionamiento y paso obligado del magma humano hasta la ciudad Santa”.
También se nos habla de gastronomía en la época de la magnífica cocina romana (Pág. 82).
“…la mano de Prócula, también entró en las cocinas, de las que desterró el sebo, como base de todos los guisos, se hizo traer un menaje completo desde Roma e impuso los asados rellenos, los cocidos especiados, la pastelería, los platos fríos, las salsas y el vino, condimentado con canela, miel, polvo de nueces y azafranes. De su mano volvimos a saborear (la prestia), una pasta hecha de cereales amasados con agua, a la que se añadía un poco de aceite, aceitunas tomates, pepinos y todo tipo de sobras, que se doraban poniéndola cerca del fuego que resultaba especialmente exquisita con el vino de Falermo. En los postres siempre se servían con miel, que propiciaban el relajamiento de todos los músculos y facilitaban el sueño y los sueños. El pescado siempre lo servían con “garum”, una salsa muy condimentada que evitaba el olor de algunos alimentos… (Y dejamos la comida porque nos va a entrar hambre)
También durante el mandato del 5º Prefecto de Judea, se llevaron a cabo numerosas obras y se ejercitaron varios proyectos (Pág. 120) después de Anuk el arquitecto egipcio que proyectó el acueducto siguiendo el esquema de Rino Galo, llegaron otros tres desde Roma que proyectaron escuelas, puentes, calzadas y aseguraron las techumbres de todas la Sinagogas. Y se reconstruyó el templo de Cesarea, se amplió y saneó su puerto, con canalizaciones subterráneas que erradicaron olores e insectos. Se levantaron dos escuelas navales, se adoquinaron calles y plazas…, Judea cambiaba y se contagiaba pueblo a pueblo, romanizándose en lo mejor que Roma podía ofrecer. Y mientras más se invertía más facilidades había para invertir, para levantar edificios, para hacer accesible las orillas del Jordán.
Por todo ello déjenme, permítanme, animados y sabios lectores que les invite a descubrir esta nueva novela larga e histórica de Martín Tamayo páginas repletas de metáforas, bien construidas, después de una labor de investigación de mas de dos años (como ya se ha dicho).
Pasen y lean porque con seguridad no se arrepentirán.
Dejo la palabra, que ya bastante la retuve y quizás sin mucho provecho. Dejemos hablar al autor, que nos cuente anécdotas y vicisitudes de su trabajo.
Y Vds. queridos amigos, entrañables vecinos anímense ha preguntar lo que deseen

jueves, 16 de abril de 2009

BUEN ROLLITO



Sorprende que PSOE y PP lleguen a tantos acuerdos efectivos, mientras mantienen discrepancias esenciales y parece como si hubieran apostado por el “buenísmo” en público, para escenificar que después de Ibarra es posible el entendimiento y el diálogo. Fue evidente, y a 25 años pongo por testigo, que hablar con Ibarra era tarea imposible, porque Ibarra sólo hablaba consigo mismo. Nunca superó sus complejos y el poder, al que exprimió como a un limón, sólo le sirvió como disfraz para aparentar una seguridad que nunca tuvo. Pero lo que ayer fue por defecto, ahora va por exceso, porque una cosa es dialogar y otra ir cogiditos de la mano, con el mismo babi y al mismo colegio.

Sentada la premisa inicial, el buen rollito entre PSOE y PP, o entre Vara y Monago, nos hace sonreír a muchos, porque las diatribas públicas que mantienen parecen escritas por el letrista del Dúo Pimpinela, aunque al final bajan el tono y se avienen a entendimientos difíciles de entender. Por ejemplo, el PP exige un estudio que delimite nuestras necesidades futuras de agua y el PSOE se va al baúl de los recuerdos y desempolva “El Consejo Asesor del agua”. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Nada, porque el PP pedía era un informe serio y garantista de que Extremadura no va a ceder hoy un agua que puede necesitar mañana, mientras que el PSOE lo que ofrece es más gasto, más burocracia, más enchufados y más tela de araña electoral. Al final, “EL Consejo Asesor del Agua” servirá para dar el visto bueno a las determinaciones de la propia Junta, que es la que manda y paga. Lo asombroso es que al PP le parece bien y sustituye su razonable exigencia por un nuevo y costoso bodrio al servicio del PSOE. No, yo tampoco lo entiendo.

PSOE y PP han llegado también al acuerdo de “recomendar” la fusión de las cajas de ahorro extremeñas, pero mientras el PP pide prudencia e independencia para los órganos de dirección, la Junta dice que la fusión hay que hacerla antes de que nos la hagan. El PP quiere achicar en las cajas la carga política, mientras que el PSOE defiende la composición actual. Es decir, posturas distintas que, curiosamente, confluyen en un acuerdo final. ¿A quien beneficia tanto pasteleo? Creo sinceramente que el buen rollito en asuntos en los que subyacen diferencias de fondo, beneficia siempre al poder… ¡pero doctores tiene la iglesia popular!

Ahora, además del acuerdo para aprobar el Estatuto de Autonomía, se abre la mesa para concertar un código ético de austeridad y “buenas prácticas”, pero antes de la primera reunión, la Junta ya sacó el suyo particular y el ayuntamiento de Badajoz se aprovisiona de otro vehículo de lujo, anticipándose a lo que pueda decidirse. O sea, otro enredo más. Bien parece que el acuerdo fundamental al que han llegado es el de divertir al personal, pero sería lamentable que al final se haga bueno aquello que se dice en “El Gatopardo”: “Cambiar algo un poco para que todo siga igual”. Lo peor, ay, es que algunos ya estamos muy talluditos para esta cohetería barata. Por estos caminos no se llega a parte alguna y eso es lo que quieren Vara/Junta/ PSOE, tres entes distintos y un solo afán verdadero. ¡A tiempo!

viernes, 3 de abril de 2009

BURLA MACABRA


Los dichos y desdichos de los dos mocitos sevillanos, Miguelín y Samuelín, cachondeándose de la policía y de toda España al cambiar, un día si y el otro también, su declaración sobre qué fue lo que hicieron y dónde escondieron el cuerpo de la niña Marta del Castillo, dan justa medida de nuestra penosa indefensión frente a los desalmados de cualquier pelo. Nunca pensé que la policía pudiera estar tan atornillada como para no poder sacarle una declaración veraz a dos monigotes sinvergüenzas, que no aguantan media torta. Con sonrojo y sin ironía, sugiero a quien competa que acerquen a los dos tipillos a Francia o a Portugal y antes de que se enfríe un café, la policía francesa o portuguesa nos dirán el lugar exacto dónde está el cadáver de la muchacha. Esto puede ser vergonzoso, pero más vergonzoso resulta que esas dos cagalutas sigan burlándose de todos y gastando un dinero con el que se les podía aplastar.

Todavía no ha concluido el suma y sigue de lo que costó el rastreo de todo el Guadalquivir, de Sevilla a San Lucar de Barrameda, pero se especula que aquella costosísima operación, en la que intervinieron más de doscientos efectivos durante sesenta días, superará los tres millones de euros. Y ahora tendrán que añadir el análisis, bolsa a bolsa, de 60.000 toneladas de basura, porque el Miguelín juega a suicidarse, mientras se descojona de risa en la celda de la prisión, donde tienen muy protegidita su miserable existencia ¡Qué vergüenza, un niñato estirado, ignorante, palurdo y despiadado, utilizando los vericuetos del sistema y circulando por ellos con la maestría del más experimentado leguleyo!

Si los encierran en una habitación con un guardiña portugués, antes de comenzar el rasgueo de la guitarra, estarían cantando por soleares. Después sería necesario fumigarlos con zz a presión, para que se les despegara la zurrapa de los pantalones. ¡Pero ahí los tenemos, ahí siguen, con un par, saltando de declaración en declaración y acaparando titulares, con amagos de suicidio y carta incluida al juez! Y como conocen el sistema a la perfección, antes de ser juzgados ya andan sembrando atenuantes a su paso, porque dicen que habían fumado marihuana, que se habían tomado siete pastillas de éxtasis y que lo habían mezclado todo con alcohol.

¡Mentiras, mentiras, mentiras y mentiras! La burla macabra que se han montado estos dos peleles es tan dolorosa como la desaparición de la niña y nos están demostrando, por la vía de los hechos, que este sistema hace aguas por los cuatro costados. ¡Los grilletes son para los chorizos y no para la policía! Aquí nos han impuesto el camelo de poner la otra mejilla y si un caco entre en nuestra casa para robarnos o matarnos, parece que nuestra obligación es besarlo en la mejilla, mientras le preparamos un chocolate con churros.

En España hay 14.000 desaparecidos y 4.500 cadáveres sin identificar, pero esto de los dos jovencitos sevillís, que se han declarado autores de haber violado y asesinado a Marta del Castillo, pero que no dicen dónde está el cuerpo porque no les da la gana, abre un capítulo nuevo, porque están jugando al escondite con el cadáver de la muchacha, mientras se ríen de sus padres, de la policía y de toda España. ¡Veremos si ellos o sus cercanos, no saltan de plató en plató para hacer caja!

MUERTE POR CRUCIFIXIÓN


La condena a morir crucificado estaba reservada a delincuentes mayores y con ella se pretendía, además de prolongar el sufrimiento, ejemplarizar, porque se hacía de día, con gran despliegue publicitario, trompetas y tambores. Era la ejecución más terrible para el sentenciado y la más humillante para su familia, que tenía que soportar el agravio público, el penoso callejeo soportando la parte superior de la cruz y la lenta agonía, que podía extenderse hasta los siete días. Pagando a los soldados ejecutores, los familiares lograban una notable aceleración en el proceso, porque estos se encargaban de tocar órganos vitales y cuando finalmente el condenado subía a la cruz, ya estaba agonizando y solía morir en unas horas. Acabar pronto era algo que beneficiaba a todos, también a los ejecutores, porque además de un suplemento económico, reducían considerablemente las horas de vigilia y podían marcharse a su casa.

Los soldados golpeaban a los condenados en los riñones y si querían concluir pronto daban un mazazo en las costillas flotantes, procurando que estas se clavaran en los pulmones y el dolor les impidiera estirarse para respirar porque, en teoría, la muerte en la cruz se producía siempre por asfixia. Los soldados ejecutores, que solían ser siempre los mismos, conocían perfectamente los pasos previos a la muerte y tenían otros muchos procedimientos para acelerarla. Si querían que el crucificado muriera pronto, bajaban el pedestal sobre el que apoyaban los pies, que era el único asidero que tenían para estirarse y llevar algo de oxígeno a los pulmones. También jugaban con las distintas posibilidades que ofertaba la propia cruz, porque mientras más cerca del palo central clavaran los brazos, más aumentaban las dificultades para poder respirar. Finalmente, cuando aquello se prolongaba en exceso, golpeaban los tobillos para impedir que el crucificado lograra apoyarse y conseguir respirar.

Pero si conocían cómo acelerar la agonía, también sabían cómo ralentizarla. Si crucificaban con los brazos en cruz, paralelos al suelo, si no lo castigaban en exceso, le colocaban el pedestal de los pies muy alto y no golpeaban sus piernas y tobillos, el crucificado podía respirar sin dificultades y sólo después de muchos días, extenuado, cuando las fuerzas le fallaban, perdía el equilibrio, abandonaba el pedestal y moría asfixiado. Cuando los crucificados se agotaban quedaban colgados, sujetos al palo solamente por los brazos y la muerte llegaba en tres o cuatro minutos.

El palo central de la cruz, afilado en uno de sus extremos, solía estar en el lugar dónde se producía la crucifixión y tenía varias horadaciones a lo largo, para colocar el pedestal en el que se apoyaban los pies, según la estatura del condenado. El trozo de madero que portaba el condenado, estaba horadado en el centro y para formar la cruz lo dejaban caer sobre el central, afilado, atándolos con una cuerda. Los hoyos donde se ubicaban las cruces, estaban cavados y las recibían acuñadas con palos y piedras. Las cruces, para poder manipularlas con comodidad, quedaban muy bajas y los pies de los condenados apenas levantaban un metro del suelo

Se calcula que fueron miles los sentenciados a morir crucificados, pero sólo se conocen los nombres de tres. Todos los demás son seres anónimos de los que no consta ni el delito ni la filiación personal. Sólo ha aparecido un cuerpo con signos evidentes de haber sido crucificado…

¿Existen sobre la crucifixión otros criterios cualificados? Si. Había normas habituales, pero no eran muy rigurosas y permitían muchas variables y excepciones.

INFIELES Y MEENTIROSOS



Ya no es necesario decir aquello de “cariño esto no es lo que parece”. Ahora lo moderno es acudir a la ciencia y si nos pillan en un trance de difícil explicación, lo mejor es echarle directamente la culpa al “alelo 334”, una hormona que condiciona nuestros impulsos sexuales. En esos trances es complicado recordar tanta palabreja, pero podemos resumirlo diciendo “cariño, te juro que yo no quería, la culpa de todo la tiene el “alelo” que me empuja y si no me crees, llama al Instituto Karolininska de Estocolmo”. El tal “alelo” no anida en todos los hombres por igual, porque es una variante genética muy específica, pero no es muy probable que después de cogerte con la vecina, tu mujer sea tan calmosa y civilizada como para llevarte a Estocolmo para que te extirpen el “alelo”. Lo más probable es que ella quiera extirparte otra cosa.

Estudios recientes sobre sexualidad indican que los españoles somos en Europa los ases de la infidelidad. Lo de los italianos es un mito, lo de los franceses una fantasía y lo de los griegos una exageración, porque a la hora de las “canitas al aire” los españoles les sacamos muchos cuerpos –ajenos- a todos demás, aunque el estudio también dice que somos tan rápidos como los leones y que nuestro semen este hecho una piltrafa. O sea, que vamos a lo nuestro y que lo que queremos es acabar pronto y dejar más margen para la siesta. ¡Y todo por culpa del puñetero “alelo”, que lo tenemos metido en el cerebro y nos obliga a hacer lo que no queremos! Si hay eximentes para estos casos, el “alelo” es la principal.

En España cuatro de cada diez encuestados dice haber sido infiel en alguna ocasión, con lo que se viene a demostrar que seis de cada diez son infieles y mentirosos, porque aquí el “alelo” lo dispensa natura sin receta médica y el propio estudio establece que un 60% de los que dicen que no, es que sí. Gallegos y vascos son los que más “alelo” tienen y catalanes, andaluces y valencianos resultan los más fieles, es decir, los más mentirosos a la hora de responder a la encuesta. De los extremeños no se dice nada, con lo que al menos en esto debemos andar con la media de los “alelados”.

¿Y las ellas? Las ellas van como motos y si nosotros tenemos muy subido el “alelo” ellas, que para no ofender a doña Bibiana Aido, deben tener su correspondiente “alela”, están escalando a toda velocidad y llevan tal aceleración que en un par de años acabarán dándonos lecciones de calidad y cantidad y los cuernos lucirán menos que las cuernas. En sólo diez años han subido del 23 al 40%, las que declaran tener en su cuerpo de jota una “alela” subidita de tono y, por tanto están exentas de responsabilidad a la hora de ser infieles, porque el puñetero gen, la “alela”, también las obliga a hacer lo que no quieren. ¡Pobrecillas!

Lo que han hecho los del Instituto Karoliniska es facilitarnos a todos/as una coartada científica, porque antes, cuando no se había descubierto el “alelo” la cosa se llamaba “cuernos”, pero ahora es “una tendencia innata a la promiscuidad, motivada por el gen “A-334”. ¡La diferencia es abismal!