viernes, 26 de septiembre de 2008

Paridas electorales


John McCain, el candidato republicano a la presidencia de los EE.UU, debería dedicar unas jornadas a estudiar Geografía Universal para ahorrarse algunos sofocos. El pasado domingo le preguntaron por las relaciones con Zapatero y en el apretón del momento salió por los zapatistas, mezclando a España con Méjico y a Zapatero con el “comandante Marcos”. ¡Y nosotros que nos creíamos el ombligo del mundo!

Pero no hay que atravesar el charco para encontrar estas perlas. En Extremadura tuvimos un consejero de Turismo, impuesto por Alfonso Guerra, que no tenía ni idea de Extremadura. Le preguntaron por la explotación turística de la zona de la Siberia: “Mire, mi responsabilidad es Extremadura, dejemos que los rusos se ocupen de la Siberia” ¿Más?

A Esperanza Aguirre le pidieron su opinión sobre la concesión del Premio Nobel de Literatura a José Saramago. Doña Esperanza no tenía opinión alguna, pero no se arredró: “Pues me alegro mucho de que se lo hallan dado a una escritora estupenda, como es Sara Mago”.

Federico Mayor Zaragoza y yo, fuimos a Herrera del Duque a explicar las consecuencias de la entrada de España en la Otan. Después de dos horas de explicaciones y ejemplos, abrimos un turno de preguntas y un señor que había estado muy atento se levantó y sentenció: “¡Bueno, yo creo que no debemos preocuparnos, porque por lo que han dicho ustedes, eso de la Otan cae más bien al sur! ¿Otra parida?

Jesús Delgado Valhondo, nuestro insigne poeta, fue a mitinear a Zalamea de la Serena. Como yo era consejero de Cultura, me quedé con esa parcela y a Jesús lo presentaron como un especialista en el campo. “¿Y como resolverían ustedes el problema del campo?”, nos preguntaron desde la última fila. Jesús, muy azorado, se levantó sin saber qué decir, se acercó muy despacio al micrófono y lo soltó de corrido: “¡Yo lo sembraría todo de amapolas!”

También resultó memorable el arranque de José María Montero en un mitin en Murcia. Se presentaba al Parlamento Europeo y ante la escasísima concurrencia, arrancó con aquel memorable: “He venido a explicarle a Murcia y a todos los murciélagos…” Fue elegido eurodiputado.

Javier Solana, que es un hombre de ciencias, quiso anunciar la décimo cuarta reforma que iban a hacer sobre algo, pero abrevió y dijo que era la catorceava. Un periodista le alertó: “Señor ministro, yo creo que más que catorceava, ha querido usted decir décimo cuarta”. Javier Solana no se achicó: “es lo mismo, se puede decir de las dos formas”.

Y para terminar, una parida mía: En un cierre de campaña, tenía doblete en Almendralejo y Solana de los Barros. Cuando llegué a Solana, todavía estaba con la cabeza en Almendralejo y comencé diciendo: “Queridos amigos de Almendralejo…” Desde el público me alertaron: “¡Que no, hombre, que no, que estás en Solana!” Yo tampoco me corté: “Ya lo sé, ya lo sé. ¡Lo he dicho para ver si estaban ustedes atentos!”

viernes, 19 de septiembre de 2008

¿ A qué ha venido usted ?


La interrogante de Mariano Rajoy, “¿a qué ha venido usted, Sr. Zapatero” era la interrogante de casi todos los que habían escuchado la larga perorata de Zapatero sobre la crisis económica. El discurso de Zapatero, nada por aquí, nada por allí, evidenciaba que todavía no ha dedicado a la economía las dos tardes que le recomendó Yordi Sevilla. Fue al Congreso para hablar, aunque todavía no se sabe de qué. Zapatero dijo que “he venido a dar la cara”, pero no debemos preocuparnos, porque de eso tiene para llenar muchos cestos.

A Zapatero la situación le preocupa poco, porque un sondeo después de las pasadas elecciones, señalaba que los sectores más desprotegidos económicamente y los más afectados por la crisis, son los que con más decisión habían apostado por él. ¡Zapatero logró convencerles de que iba a acabar con el paro y de que la crisis era un invento del PP, con lo que se demuestra que el Limbo existe!

Después de negar la evidencia de una crisis que galopaba a sus anchas, no ha tenido más remedio que apadrinarla, aunque tarde, porque de la crisis pasamos a la recesión, es decir, al crecimiento negativo y él sigue igual de contento consigo mismo. Zapatero cree que todo se resuelve sólo y que no necesita conocimientos de economía para hablar de economía, igual que cree que no es necesario saber inglés para hablar en inglés.

Negando la crisis pretendía combatirla, siguiendo aquello de “el mejor desprecio es no hacer aprecio”. Lo suyo es prometer, enfatizar, gesticular y poner caritas de niño bueno, con buenas palabras y guiños zalameros. “¿Prometer hasta meter y una vez metido se olvida lo prometido?”. Es posible que ni se acuerde de su compromiso electoral de “pleno empleo”, que finalmente se ha traducido en 456.579 parados más. ¡Un 11% más alto que en la Unión Europea! 2.530.001 parados, nos colocan en la senda del paro de la etapa de Felipe González. ¡Ahí es nada! Zapatero, como Michael Phelps es un rompe récords.

Aseguró, con esa solemnidad que le caracteriza, que la inflación era coyuntural y que se moderaría en marzo, pero lo que ha hecho ha sido crecer desde marzo y ya la tenemos en el 4´9%, frente al 2´2% del año anterior. En este parámetro también vamos siguiendo la estela de Felipe González.

Frente al excedente de 7.524 millones de euros en las arcas del Estado y pese a que Zapatero garantizó que se mantendría el superávit, en siete meses ya se registra un déficit de 9.965 millones. Sólo se confundió en 17.489 millones de euros ¡Tres billones, para los que sigan calculando en pesetas! Y lo peor aún no ha llegado.

Y si no tuviéramos bastante con el optimismo de Zapatero, llega el relativismo cansino de Solbes, ex de Felipe González, que dice que “la crisis servirá para depurar a las empresas mal gestionadas”. ¡Una buena noticia, si lo depuran a él como gestor!

viernes, 12 de septiembre de 2008

Algunos lloran


En mi casa no podíamos refugiarnos en el llanto gratis, porque si no estaba realmente justificado mi padre nos daba un coscorrón acompañado del “¡ya que lloras, que llores por algo!”. El llanto es sinónimo de dolor intenso y aunque sea un llanto escénico, histriónico, no es difícil contagiar de desconsuelo al espectador y es fácil que con un llanto de película acabe toda la sala llorando. ¡Pero hay llantos y llantos! Aunque parezca igual, no es lo mismo el llanto de un niño herido, que el de un niño al que le han negado el capricho de un algodón de azúcar. No es lo mismo el llanto de emoción de una madre que ve triunfar a su hijo, que el llanto de una madre que tiene que enterrarlo.

El último llanto-espectáculo que recuerdo fue el de Gallardón. Después de haber sido senador, presidente de la Comunidad y alcalde de Madrid, la criatura se sintió desprotegida y fracasada porque Rajoy no lo incluyó en las listas del Congreso. ¡Media España se sintió angustiada por el llanto de Gallardón y la otra media clamó contra Rajoy por la injusticia suprema de haberle negado al llorón el algodón de azúcar que reclamaba. ¡Un debate nacional sobre la fanfarria de un llanto televisado, orquestado perfectamente por el PSOE!

Hay llantos que han pasado a la historia. Boabdil lloró al perder Granada y fue su madre la que lo puso frente a la realidad: “llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”. El emperador Claudio ordenó el destierro de un senador que lloró porque había perdido en el juego de los dados a sus tres mejores caballos: “¿Lo tienes todo y lloras por tres caballos?”. En la fábula de “los pescadores” se cuenta de un pescador que teniendo que echar por la borda parte del pescado que llevaba, lloraba por un pez que se le había escapado.

Recientemente y para un auditorio muy selectivo, ha habido otro llanto espectacular de uno al que le falta pechera para colgarse tanta medalla, pero que se siente injustamente tratado porque acostumbrado, como el loro del bucanero, a ir siempre en el hombro de alguien, no se atreve a defender lo que considera suyo. Diez minutos de lágrimas, con un auditorio puesto en pie, indignado, como en el caso de Gallardón. ¡La criatura lloraba, porque no podía conseguir el último cromo que le falta en el coleccionable!

Lo peor de algunos llorones es que, como Boabdil, con las lágrimas pretenden exculpar el sinsentido de sus ambiciones y de sus errores. A mi el llanto ajeno, cuando es de verdad, me pone un nudo en la garganta y me hace sufrir, por solidaridad y empatía con el que sufre, pero soy de pocas lágrimas, tengo el llanto difícil y, como nos hacía mi padre, a veces tengo ganas de darle un capón a los llorones caprichosos y decirle aquello de “¡ya que lloras, que llores por algo!”

sábado, 6 de septiembre de 2008

Foros en internet

foros en internet
La práctica totalidad de los periódicos, HOY también, tienen abierta la posibilidad de que en la edición digital los lectores opinen sobre cualquier tema, ofertando así una mesa que bien pudiera sustituir al clásico diván de los siquiatras. En estos foros entra gente sensata, que opinan con sensatez y eso aporta y enriquece la opinión y la noticia, pero los más, que son los menos aunque se repiten con distinto nombre, son meros correveidiles que entran para dejar su cagadita, ofendiendo, injuriando, insinuando e incluso amenazando. Utilizan el espacio para dar salida a sus paranoias, vilezas y frustraciones. Naturalmente no se identifican y escriben sus comentarios bajo el seudónimo de 'Jodienda', 'Tontolculo' o 'Deputamadre', amparándose en la oscuridad del anonimato para agredir y esconderse. ¿Tirar la piedra y esconder la mano!


En esta situación, aparecer en cualquier medio se convierte en un riesgo, porque pueden caer sobre tu yugular cuchillos oxidados que no puedes identificar, porque el nombre es falso, es falsa su dirección de Internet y es falso y degradante lo que dicen. ¿Cómo puedes defenderte de estos pirados cobardes, que se amparan en el anonimato? La edición digital de un periódico no debe tener menos rigor que la impresa y no se entiende que lo que no sale en esta se publique en aquella con total impunidad. Y si ni en la digital ni en la impresa se publican noticias notoriamente falsas, ¿por qué se admiten opiniones difamatorias, injuriosas y denigrantes sin siquiera conocer la autoría del que las emite? De siempre se ha dicho que los anónimos son propios de cobardes, incapaces de dar la cara y que el mejor sitio para ellos es la papelera, pero, ¿qué son, con honrosas excepciones, estos foros sino refugios descarados, para poder propagar falsedades que no pueden sostenerse con la responsabilidad de una identidad conocida?


Bajo el seudónimo de Angelito, con una dirección de correo electrónico falsa, 'estoesmentira@terra.es' y para comentar una noticia aparecida el pasado domingo, yo dejé un comentario estrambótico y sin sentido, cuestionando al director de HOY y ahí estuvo colgado todo el día. En 'El Extremadura' colgué otra parida, señalando a su director como el coordinador de la prostitución internacional. Ni uno ni otro pueden defenderse, porque para localizarme tienen que presentar una denuncia y seguir un proceso tedioso, largo y complicado. Igual podía haberme referido a la madre Teresa de Calcuta, porque estos foros son hojas en blanco para que los desalmados puedan estampar sus escupitajos.


En un periódico digital donde escribía, tuve que pedir al director que no publicara los anónimos , porque yo daba la cara, con foto, nombre y apellidos, mientras que un sólo fulano, al que tengo localizado por su estilo sapero, dejaba diez o doce comentarios injuriosos. La libertad de expresión es un logro constitucional a defender, pero para que no se adultere necesita filtros que impidan que pirados, desalmados y cobardes, la utilicen a su antojo ¿Que den la cara, como hacemos los demás!


«La libertad de expresión es un logro constitucional a defender, pero para que no se adultere necesita filtros»