viernes, 28 de marzo de 2008

Almendralejo y Espronceda

Jose de Espronceda

En Almendralejo están programando actos para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Espronceda y poco se puede objetar, porque parece lógico que en el municipio presuman de paisano tan importante. Supongo que con las celebraciones pretenden recordarnos que Espronceda es uno de sus hijos ilustres, pero también supongo que en Almendralejo no se ignora que el poeta nunca se sintió almendralejense y que dejó su origen en una nebulosa intencionada. Pese a los bellos desahogos de Manuel Rodrigo Asensio en “Mis cartas a Espronceda”, este pasó de Extremadura y pasó de Almendralejo.

Espronceda nació en el término municipal de Almendralejo, como podía haber nacido en el de Villafranca de los Barros si a su madre se le adelanta unos minutos el parto, pero nunca se sintió vinculado a la ciudad de su origen, a la que creo que no volvió, aunque en Almendralejo siempre lo señalaron y lo sintieron como suyo. Los extremeños solemos ser más generosos con los que triunfan fuera y con los foráneos que con los que hacen su obra o su labor en Extremadura. En este sentido y por poner un sólo ejemplo, siempre he creído que nuestro Jesús Delgado Valhondo, sería una figura de trascendencia nacional si en lugar de pasearse por nuestras calles y beber de nuestros vinos, hubiera recorrido las de Madrid, chateándose en los garitos literarios de moda. ¡Cosas que pasan!

Espronceda como poeta y como político comprometido merece respeto y reconocimiento, como ya nos dijo Pablo Martinez Zarracina el pasado domingo en HOY. Vale que en Almendralejo se tome la iniciativa de preparar unos factos para conmemorar su nacimiento, pero creo que no se debe caer en el papanatismo, adulterar la verdad y endulzar a fuerza de olvido, una relación que nunca fue recíproca. No es bueno reescribir la historia con la pluma del capricho. La puñetera verdad es que Almendralejo fue más de Espronceda que Espronceda de Almendralejo.

Lo que ha trascendido de la trayectoria vital de Espronceda es su obra literaria, pero antes que escritor desarrolló una apasionada actividad política, sufriendo varios destierros por su defensa del liberalismo y su postura antimonárquica y contestataria. En uno de los destierros acabó en Badajoz, pero ni con la cercanía demostró interés alguno en acercarse a Almendralejo. Fue diputado por Almería y cuando en el Congreso de los Diputados se encontraba con los extremeños, a los que procuraba evitar, se limitaba a saludarlos displicentemente con un “hola paisanitos”.

O sea, que sí, que está bien lo de presumir de Espronceda, pese a que él pudo presumir de Almendralejo y nunca lo hizo. ¿Tenemos que “almendralejarlo” a la fuerza? Si se trata de eso…

viernes, 21 de marzo de 2008

Un perro de Viernes Santo



Lograr cobertura publicitaria es una de las pretensiones de muchos presuntos artistas que, incapaces de auparse sobre su arte, recurren a la provocación para que tengamos que acordarnos de ellos y de su madre. Es el caso de un fulano indeseable, completamente perturbado que, de rondón, ha conseguido meterse en mi mundo, para azuzarme los peores demonios. Sé que al traerlo aquí ejerzo de “tonto útil” porque es eso lo que esta gentuza pretende, pero no puedo remediarlo porque necesito escupir: el artista en cuestión se llama Guillermo Vargas Habacuc y él y su arte ocupan cientos de páginas en Internet. Entren y vean.

Su obra magna, la que ha dado la vuelta al mundo y lo ha catapultado como auténtica celebridad, con méritos sobrados para ser “invitado especial” en la Bienal Centroamericana de Honduras de 2008, ha sido apresar a un perro abandonado, atarlo corto con una cuerda en un rincón de una galería de arte de Managua y dejarlo allí para que muriera lentamente de hambre y de sed, filmando día a día el deterioro físico del pobre animal. ¿Qué no se lo creen?

Las fotografías, colgadas en la red, fueron aplaudidas por unos cuantos pervertidos en revistas especializadas y así se enteró el mundo de la existencia de esa pobre bestezuela, que entraba por derecho propio en la elite más repugnante del género humano y del “arte secuencial”. Cuando el tipo se vio acosado por su depravación, no se arredró: “Nadie llegó para liberar al perro, nadie le dio comida o llamó a la policía, nadie hizo nada. Además, el perro está más vivo que nunca, porque sigue dando que hablar seis meses después”. Algo de razón no le falta y puede que la culpa esté muy compartida, porque en la galería se ve gente, mirando cuadros y charlando, indiferentes a la situación del perro, que se consumía atado en un rincón.

En el fondo de todo parece que subyace una ridícula venganza contra los perros, porque unos rottweilers habían devorado a Natividad Canda, un amigo del “artista”. En su recuerdo, al perro “expuesto en la galería” le llamó Natividad. El asunto es tan macabro, que la galerista llegó incluso a indignarse por la macabra celebridad que estaba logrando su sala y también dio su justificación: “Espero que todos los que ahora han elevado su voz de repudio, lo hicieran también cuando Natividad Canda fue devorado por sus rottweilers”. ¡Genial!

Hace dos años, en el museo madrileño “Reina Sofía”, se visualizó un video de 52 minutos, en el que mataban a una vaca a martillazos. No he logrado averiguar el nombre del “artista”, pero no me extrañaría que fuera el mismo.

viernes, 14 de marzo de 2008

¡Ganó el Chikilicuatre!




¡La final estuvo muy reñida! Los candidatos defendieron sus propuestas, pero tal y como habían indicado los sondeos previos a la gran final, el Chikilicuatre, con su baile del Chiki-chiki, se impuso con autoridad. ¡Que se fastidien los sabidillos y remilgosos, porque España es soberana y si por votación popular hemos decidido que el “Chiki-chiki” nos represente, esa decisión debe ser aplaudida universalmente! ¡Dos y dos son cuatro si al votar no decidimos otra cosa! El Chikilicuatre, que antes había sido “El Gilipollas”, desafina, su estribillo daña el oído de un sordo, interpreta mal, el baile que propone es una horterada y la música es un ripio machacón e insustancial, pero... ¡A España le va el Chikilicuatre! ¡A nosotros nos gusta el baile del Chiki-chiki!

A la final llegó gente que lleva años trabajando, con propuestas serias que saben las preguntas y las respuestas, buscando una oportunidad para ofertar opciones distintas… Gente que con el empujoncito de la promoción podían llegar lejos, pero les faltaba el pellizco bufón y una vez más se ha demostrado que entre lo serio y el esperpento, aquí solemos apostar por lo gamberro. La letra del “Chiki-chiki” es estridente, salta de un tema a otro sin resolver ninguna rima y se adentra, con toda la seriedad de su intérprete, por vericuetos frikis, sin aportar nada, pero todas esas carencias son virtudes para el electorado que lo eligió. El apoyo mediático de una cadena de televisión y unos cuantos bufones arrojando pétalos a la originalidad del producto, desencadeno el “chikilicuatrismo” que saldrá al escenario representando a España.

Nuestro vocalista llegó, vio y venció, porque de él no se sabía nada y de la nada ha pasado a ser una estrella con luz propia y seguidores que lo aclaman. Comenzó como una broma, una especie de chiste visual para entretener sin complicaciones, pero la astracanada fue tomando cuerpo y entre risitas, empujones interesados y una eficaz promoción, el voto de la audiencia lo ha empujado para que nos represente. ¡Viva el Chikilicuatre, viva el Chiki-chiki!

A los españoles no nos pueden venir con exquisiteces vocales ni con partituras encorsetadas, porque somos modernos/as, aperturistos/as y rompedores/as. ¡España es la vanguardia del mundo mundial! Y que no nos fastidien, que si ponen reparos a nuestro Chikilicuatre. en la próxima ocasión podemos elegir a Manolo “el del bombo”.

Aquí no ponemos raparos al flautista de Hamelim y, aunque conozcamos el desenlace final del cuento, si alguien se pone delante de nosotros con una flauta o con una pandereta, lo seguimos porque nos va la marcha y el ruido. “Semos asina”

¿Que de quién estoy hablando? ¡Del Chikilicuatre, claro!

viernes, 7 de marzo de 2008

No con mi voto

En democracia lo que cuenta son los votos y efectuado el escrutinio, la campaña electoral es el pasado lejano. En la madrugada del lunes tendremos el veredicto y, a partir de ahí, lo deseable es que el elegido acierte y salga de la meta pensando en corregir errores y en cumplir lo prometido. En poco más de 48 horas tendremos resuelto un litigio que ha durado mucho y en el que se han gastado energías necesarias para otras causas. La campaña electoral más larga y dura, ha sido desigual porque, todos a una, los socios de ocasión se atrincheraron en una orilla, aunando sus baterías contra la otra.

Aquellas elecciones, en las que se obligó a una parte importante del electorado a votar con las tripas más que con la cabeza, abrieron una legislatura llena de despropósitos, porque minorías insignificantes, nacionalistas, oportunistas y separatistas que se sienten “incómodos dentro de España”, han llevado el timón, haciendo verdad aquello de “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Ahora sólo queda aceptar el resultado, aunque mantengamos nuestro criterio respecto a decisiones que nos parecieron y nos parecen aberrantes.

Si gana Zapatero, no será con mi voto. Aceptaré lo que la urna diga, pero no voy a olvidar su negociación política con ETA, ni el espectáculo vergonzante de ver a De Juana Chaos en libertad “por motivos humanitarios”. No olvidaré que definió a Arnaldo Otegui como “hombre de paz” y llamó “accidente” al atentado de Barajas y al asesinato de dos guardias civiles. No voy a olvidar que Zapatero intentó sacar a Batasuna del listado de bandas terroristas de la UE y que nos mintió, porque después del atentado siguió despachando con los asesinos.

No voy a olvidar la situación de nuestra economía, en la que la mayoría de las familias no consiguen llegar a fin de mes, no consiguen pagar sus hipotecas ni créditos en los bancos. Cada día hay más parados, pero ha impuesto un canon obsceno para que los millonetis de la farándula lo apoyen en campaña. Ni que haya regalado a sus amigos dos canales de televisión para que lo arropen y protejan. Ni que haya abierto las puertas de España para que entre cualquiera. ¡Ni que sancione a un español por hablar español en España!

No voy a olvidar que Zapatero ha vuelto a legitimar en las instituciones a los grupos proetarras, no ha exigido que la bandera española ondee ni en los ayuntamientos socialistas y considere que España es “un concepto discutible”. Tampoco olvidaré a la hora de votar, que con su talante ha vuelto a resucitar “las dos españas”, desenterrando el espantajo de la Guerra Civil.

¡No con mi voto!