jueves, 24 de enero de 2008

Sin trampa ni cartón



Esta imagen de Zapatero no está retocada ni maliciada con ninguna técnica fotográfica. Es una imagen real, una instantánea tomada por el fotógrafo Jaime Garcia, a la salida de un Consejo de Ministros y publicada en ABC. Es Zapatero en estado puro, al natural, tal como es y como aparece. Es una foto directa del que ya es icono del humor gráfico, dentro y fuera de España. En Méjico incluso da vida a un nuñegote llamado Majarón

Sé que no siempre podemos aparecer sublimes y que cualquiera tiene su día malo y su lado peor, pero si pudiéramos encadenar 100 fotos de Zapatero y pasarlas rápidas, como en una película, esta podía ser la imagen media, la foto tipo del personaje, aunque no es la peor.

Es una foto que no necesita pié ni explicaciones y que hace verdad aquello de que una imagen vale más que mil palabras. Sé que puede resultar excesivamente duro y que puede herir a los socialistas que lo arropan que, aunque no son todos, son los mismos que arropan al poder y a quien lo ostenta, porque les da igual ocho que ochenta.

¡Este es Zapatero, señores y a él cedo el espacio que me pudiera quedar! Se lo merece, pero ¿nos lo merecemos? Yo desde luego no.

sábado, 19 de enero de 2008

Ordeño electoral del terrorismo


Si tuviera que señalar un gesto de dignidad en el Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) y en sus cofrades de Acción Nacionalista Vasca (ANV), señalaría directamente la sinceridad en sus planteamientos porque nunca condenaron los actos terroristas de sus mentores, ETA, y jamás se invistieron de piel de cordero. Ellos se sabían y se saben acólitos de la banda y toda España sabía lo que eran y para lo que querían entrar en las instituciones municipales y autonómicas. Es decir, que jamás disimularon, aunque se dejaron querer por el talante de Zapatero, que en aquellos días parecía ignorar lo que todos sabíamos: Ellos eran ETA y ETA eran ellos. ¿Lo ignoraba el “buenazo” de Zapatero?

El asunto fue tan grotesco que después de ilegalizar algunas de las listas contaminadas, el sin par fiscal general del Estado, la jeta más desvergonzada del sistema, salió casi arrepintiéndose porque según confesó: “creo que no hemos pasado y que hemos sido excesivamente rigurosos en la purga de algunas listas de ANV y PCTV”. La razón primera y última de aquel despropósito era electoral. A Zapatero le convenía seguir alentando la esperanza de un acuerdo final con los terroristas y pese a la evidencia de la T-4 de Barajas, a principios del 2007, prefirió mirar para otro lado y no ver nada que no fuera el interés electoral. Pero mientras todo esto ocurría, el brazo político de la banda, PCTV y ANV, seguía imperturbable su marcha, porque ellos tenían un objetivo concreto y no estaban dispuestos a pararse por las estrategias electorales del Zapatero, del PSOE y de todos sus acólitos a sueldo. Sencillamente se dejaron querer.

Bueno, pues lo que ayer sabíamos todos, un año después lo aprende Zapatero, su fiscal y su PSOE. Ahora si, ahora toca de nuevo arrebato electoral y ahora conviene condimentar en cocina una platillo de ilegalización porque los que ayer eran legales y gente de paz, hoy conviene que sean otra cosa. Ahora están llegando a la conclusión de que esta gentecilla y ETA son la misma cosa y ya han iniciado un proceso que culminará cuando estratégicamente convenga. Es decir, que los cocineros electorales nos servirán el plato en su momento y cuando más se aprecie el sabor y el aroma. Para Zapatero la verdad y la evidencia son chorradas opinables y si ayer no ilegalizó porque no le convenía, hoy lo hace porque le conviene. ¡Talante se llama eso!

Pero lo curioso es que mientras tanto, en el Congreso de los Diputados, Zapatero, su PSOE y sus aliados, siguen negándose a revocar el acuerdo que perpetraron para negociar con la banda terrorista, mientras afirman que ya no habrá negociación posible. ¿Y por qué no revocar un acuerdo que posibilitaba lo imposible? Si tuviéramos la desgracia de que España cayera otros cuatro años en manos de Zapatero, el chalaneo y las cesiones a ETA serían portadas a lo largo de toda una legislatura. Amén de otros disparates que ahora guardan en la alacena. ¿Es Zapatero el único culpable? Peor que él son los que lo siguen, con una pinza en la nariz y el bolsillo abierto.

sábado, 12 de enero de 2008

Matar moscas con el rabo


Cualquier extranjero que siga nuestras preocupaciones a través de los titulares de prensa, radio y televisión, podrá llegar a la conclusión de que España es Jauja y de que aquí no tenemos ningún problema. Las banalidades que sirven para alterar nuestro latido colectivo son algo que no suele darse en parte alguna, excepto en Venezuela, que están siempre entretenidos con el bufón que tienen por presidente. Las tres noticias más destacadas de la semana, las que más se han comentado, medido y sopesado han sido la selección de una letra para nuestro Himno Nacional, la cena de gala del Rey, rebautizado como “el patrón” por su propio hijo y la pretensión de un grupo de progres abogando para que se borre el “Todo por la Patria” en los portales de los cuarteles de la Guardia Civil.

El paro, la carestía de la vida, la Sanidad, la Educación, el terrorismo, la vivienda o la deriva separatista de los socios del Gobierno, apenas han tenido espacio propio, aunque al socaire de las tres mamarrachadas que nos han ocupado, se han vuelto a poner de manifiesto. Arturo Mas, el señorito catalán que acabará enterrando la otrora poderosa CIU, dice que “No cantaré ese himno, porque mi patria es Cataluña” y el siempre oportuno Josep LLuis Carod, le ha sacado una cabeza a la hora de las ocurrencias: “ Me dan igual las música y las letras de los países extranjeros”. No ha habido tertulia que no haya analizado el tema y hasta en los programas rosas se han canturreado los insustanciales versitos del autor, que ayer mismo se explicaba en una multitudinaria rueda de prensa

Unos quinientos comensales se dieron cita en la cena ofrecida por el Rey como motivo de su aniversario y de allí ha trascendido hasta el color de los manteles y el bordado de las servilletas, al margen de anécdotas tan significativas y trascendentes como que Santiago Carrillo fumaba. ¿Cuántas veces hemos visto y oído el “espontáneo” discurso del Príncipe, llamando a su padre “patrón”? ¿Y el recuento de los que faltaron y el anclaje diplomático de los comensales en sus mesas? ¿Quines se inclinaban, quienes bajaban la cabeza y quienes la levantaban para que quedara claro de que no son monárquicos, aunque allí estaban? Después todos se unieron en el brindis de Zapatero: “¡Viva el Rey!” A mi me gustó mucho ver por allí, engalanados, a todos los acérrimos revisionistas de la “Memoria Histórica”

Y como casi estamos en carnavales, la tercera portada -más bien parida- es descolgar los carteles con el “Todo por la Patria”. Partidarios a favor, en contra, indiferentes y soldados sin graduación han pasado por todos los micrófonos para dejar en ellos su opinión sobre tan peliaguda cuestión. Incluso se sabe de un general que hizo las indagaciones oportunas para comprobar si era un globo sonda o un propósito real… Ya podían aprender de Franco, que para distraer al personal ponía fútbol y toros, en lugar de aburrirnos, como ahora, matando moscas con el rabo.

sábado, 5 de enero de 2008

Se han puesto las pilas


Si algún día hacen balance del año que acabamos de dejar, en la Casa Real tendrán que reconocer que las críticas, las manifestaciones y la quema de fotos del Rey les ha servido de mucho, porque, a raíz de todo aquello, se pusieron las pilas, colgaron los esquís y se calzaron zapatos de calle, echaron siete llaves al armero y se bajaron del yate para estrechar manos, asistir a funerales, visitar Ceuta y Melilla y tomar las uvas con las tropas del exterior. Es fácil deducir que hubo una reunión familiar donde todos se pusieron tareas porque en los dos últimos meses han procurado bajarse del guindo monárquico y todos, los Reyes, el Príncipe, su esposa y las infantas se han entregado a la tarea de normalizar una imagen que tenían gastada de tanto mal usarla. Están visitando comunidades, asistiendo a actos, inaugurando cosas e incluso el mismo Rey, tan ducho en escurrir el bulto, se apuntó un tanto popular al mandar callar al bocazas de Hugo Chávez.

¿Estaba toda esta actividad programada en la agenda de la Casa Real antes de las protestas? Llevaban años sesteando, sin pisar tierra y comportándose como ricos nuevos, ajenos al populacho y de pronto vemos a las infantas camino de su trabajo o llevando al colegio a sus hijos; el Príncipe no pasa un día sin currárselo y el Rey ha aparcado sus eternas vacaciones y se ha puesto un uniforme militar que debían guardar entre naftalinas y en lo más profundo del fondo de armario. Casi todas las cadenas de televisión han precipitado reportajes laudatorios de la monarquía, con recordatorios puntuales sobre el 23-F y no han faltado entrevistas a lumbreras y en hora punta, para que esparzan las bondades de la monarquía en general y del Rey en particular. Los monárquicos de ocasión, tipo Luis del Olmo, han tenido más galas que Miguelito Bosé y en el Gobierno del republicano Zapatero deben haberse quedado sin incienso de tanto esparcirlo en cada acontecimiento. ¿Y los plumillas cortesanos, los tertulianos e intelectuales de la farándula y al servicio de sus propios bolsillos? ¡Pero si parecían todos de la Familia!

Se han puesto las pilas de tal forma que incluso circulan por la red comparativas entre lo que cuesta la Monarquía y lo que costaría la República, destacando el ahorro que nos supone la Monarquía y el dispendio de una República en la que hay que gastar ingentes cantidades en las elecciones, como si no supiéramos que la democracia es muy cara y que eso de elegir cada cuatro años es un pellizco para el bolsillo colectivo. O sea, que con Franco nos ahorrábamos mucho dinero en elecciones y que los cubanos aciertan con Castro…

Pero no me quejo y esta nueva situación me parece acertada. Yo tengo pocas veleidades monárquicas, pero más que del sistema, de lo que me he quejado siempre es del absentismo laboral, porque es exigible que cada albañil se ponga su mono y se suba a su andamio. Y es mejor no adentrarse en otras profundidades sobre el ahorro, porque, aunque sea caro, a unos cuantos nos gusta elegir cada cuatro años. Aunque tengamos que pagar, mordernos las uñas y arrepentirnos después. Esa manía tan costosa, por si alguno lo ha olvidado, se llama democracia.

miércoles, 2 de enero de 2008

La felicitación de GFV


Nos pide José Luis, el director del E al D, que opinemos sobre el discurso de fin de año de Vara y, disciplinado que es uno, me pongo a la tarea. Confieso que aunque lo he leído, no lo ví/oí en televisión y se me escapan aspectos escénicos que siempre resulta delatores del personaje que habla. Por tanto, me ciño exclusivamente en el fondo del primer discurso/felicitación del recién estrenado Pte de la Junta de Extremadura. ¿Mi opinión? Bien.

Leyéndolo me han venido a la memoria los conocidos “cantos de sirena”: mucho aleteo, mucha cabriola, mucha acrobacia verbal, mucho buenismo, mucha música celestial y nada por aquí y nada por allá. Si algo tenemos que agradecerle a GFV es lo mismo que tenemos que reprocharle: No pierde la compostura pero tampoco se adentra en profundidades, aunque es cierto que ahora se trataba de una salutación navideña y ya llegarán otras ocasiones y debates para calibrar su realismo y capacidad de autocrítica.

Surge inevitable, claro, la comparación con su predecesor. Ibarra era un ruido vacío, el descompromiso respecto a lo que se comprometía y la arrogancia escénica de los que están de vuelta de todo y van sobrados por la vida. Ibarra no tenia duda alguna y machacaba cada palabra y cada frase con la seguridad de un pívot de la NBA, aunque en el fondo ni driblaba, ni tenía balón ni encontraba aro alguno. Se escondía detrás de las gafas y se envolvía en la barba pontifical para dar solemnidad a cualquier parida. GFV no se arrima, pero tiene la precaución de no ir de redentor ni de divo de opereta y la decencia torera de no mancharse la taleguilla a toro pasado. Expone poco/nada, pero no va de salva patria ni pretende engañar al personal. Su discurso puede resultar simplista, porque eso de llamarnos a todos a la tarea común ya lo registró López Bravo, el que fuera ministro de Industria con Franco, cuando popularizó aquel “Vamos a pensar juntos”.

O sea, que bien, que ha presentado una cara limpia y que en su primer encuentro no ha dejado malas sensaciones. Lo que ha hecho ha sido felicitarnos y desearnos lo mejor para el 2008, aunque haya caído en la catetura empalagosa de olvidar el genérico, apostando por el latiguillo del “todos-todas”, -“vascos y vascas”- que están imponiendo los separatistas vascos.

Pues bueno, que él tenga también suerte, en lo privado y en lo público, y que podamos verlo, saborearlo y reconocerlo. Yo sigo alargándole mi personal voto de confianza.