sábado, 19 de agosto de 2006

Fe ciega y disciplina



La fe ciega tiene poca relación con el raciocinio y la inteligencia. Vázquez Montalbán aseguraba no entender a los que profesan "fe ciega" en algo, por lo que eso conlleva de renuncia al análisis, que es una facultad de la inteligencia. Yo, en mi pequeñez, coincido con el autor de "Los mares del sur" porque nunca he tenido "fe ciega" en nada ni en nadie, ni siquiera en mi mismo. Comulgar con ruedas de molino no es lo mío y por eso, sin situarme entre los socráticos, suelo aplicar una mano de racionalidad a cualquier propuesta que se me haga. De todos modos, Stendhal, distinguía entre "fe de fe" y "fe de conveniencia", que es la más común. Sobre todo es la más común entre los que, por proximidad o conveniencia, además de tener "fe ciega" en Zapatero, nos exigen a los demás que también entremos en la madriguera de la estulticia. ¿Mal de muchos, consuelo de tontos? Algo así. Como ellos tienen mala conciencia, pretenden extenderla para que quede mitigada. En "Los cuentos peregrinos", García Márquez pone en boca de uno de sus personajes: "Si todas somos putas ¿dónde está la diferencia?"

Ahora resulta que hay que seguir por fidelidad, decencia política y patriotismo las consignas del Zapatero. Unos por "fe ciega" y los demás por disciplina de partido. Y el razonamiento es que es Zapatero, como presidente del Gobierno, el que tiene que marcar la política antiterrorista y todos los demás debemos hacer dejación de nuestro criterio, de nuestra razón e incluso de nuestros escrúpulos morales, porque al presidente del Gobierno hemos de profesarle "fe ciega" y le debemos aplaudir cualquier eructo. ¡Vaya gilipollez! Me encuentro entre los pocos amigos reconocidos y reconocibles de Adolfo Suárez, estuve a su lado siempre, con él fundé y con él me estrellé en el CDS, pero Adolfo Suárez, que me llamaba "Martín, El empecinado" contó mi lealtad y mi fidelidad, pero siempre supo que mi fe, además de relativa, nunca llegaría al paroxismo de "ciega". ¿Por patriotismo debo regalarle a Zapatero lo que nunca puse a disposición de Adolfo Suárez? Hace falta ser necio de capirote para mantener semejante exigencia.

Pero puestos a pecar y como yo no me quedo en medias tintas, voy a caer en el sacrilegio de afirmar que de Zapatero no me creo nada, que me parece un mal mayor, que creo que carece de escrúpulos, de entidad política, de moral ciudadana y de vergüenza. Desde su origen, y al margen de lo que pueda decir Rajoy, lo siento deslegitimado, porque aunque no sea políticamente correcto, creo que está donde está por un atentado terrorista, por un montón de muertos y por la campaña electoral más tramposa de nuestra historia. Zapatero ha demostrado carecer de escrúpulos. Zapatero me parece débil, zalamero y vendepatria. Si por él fuera vendería España por parcelas autonómicas, sin un parpadeo, sin un sólo remordimiento y sin el sentimiento de haber cogido un país entero y haberlo descuartizado para poder mantenerse donde los pusieron las bombas. ¿Más para los gilis de la "fe ciega"? Sacar a pasear la nauseabunda razón de "la disciplina de partido" para votar contra lo que uno piensa y representa, es una inmoralidad que supera incluso a la "fe ciega". ¡Que suerte tienen algunos, al disponer de una conciencia tan ancha y acomodaticia!

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