sábado, 22 de julio de 2006

Disciplina de partido


No voy a criticar que en los grupos políticos haya coherencia y unidad de criterio a la hora de votar, porque, al margen de las ideas personales, si se está en un colectivo debe armonizarse una postura única. O sea, que sí, que veo bien, lo de votar en grupo, pero lo de la disciplina de partido es otra cosa, porque la disciplina es un recurso castrense y, en su ámbito, la voz de mando lo invade todo. El soldado debe avanzar cuando se lo dice su superior, pero en el voto, además del partido, entra también el electorado, la conciencia y la responsabilidad. Para resumir y que se me entienda: los que ostentan un cargo representativo por decisión del electorado, no pueden traicionar ése voto de confianza. No se puede estar en una institución representando a Extremadura y votar contra Extremadura ¿Por qué todo esto? Lo explicaré.

En la Asamblea de Extremadura, se han analizado las consecuencias negativas que para España y Extremadura tiene la reforma del Estatut catalán. Y allí durante el debate, a Ibarra se le cayó la careta y en uno de sus lapsos disparó a bocajarro que aunque el Estatut no le gusta, él lo apoya por disciplina de partido. O sea, lo que muchos ya sabíamos y otros muchos ignoraban: para Ibarra está antes el PSOE que Extremadura. El salvapatria, que se presenta así mismo como héroe patriota y que monta su circo mediático en cada ocasión, es capaz de mirar para otra parte si a su partido le interesa. Ua lo dice incluso él mismo. Ibarra sabe, porque nunca he dicho que sea tonto, que Zapatero está vendiendo a España por parcelas y que el Estatuto catalán agranda las diferencias y rompe la solidaridad tan necesaria para regiones como Extremadura. Ibarra sabe que Extremadura es la región más pobre y atrasada de España, la de mayor paro, menor PIB y menor RPC, pero, aún así, vota contra Extremadura si su partido tiene algún negociete contra otra comunidad, llámese Cataluña, País Vasco o Galicia, donde los nacionalistas sostienen al PSOE y a Zapatero. Ibarra sabe que lo que es lo es por Extremadura, pero no tiene inconveniente alguno en reírse de Extremadura y usar el voto de los extremeños, para tirar un cable a su partido porque como ha dejado claro, lo primero es el PSOE, que Extremadura, pese a la situación que soportamos, puede esperar otros 25 años. Ibarra sabe que esa claudicación en beneficio de su partido hace daño a Extremadura, pero no duda en abusar de la confianza en él depositada, para coger tejas de nuestro tejado y ponerlas en Cataluña.

A Ibarra no le gusta el Estatut catalán, porque conoce sus consecuencias y el desastre en cadena que vendrá tras él, que no se quedará sólo a la hora de romper la baraja. A Ibarra no le gusta el Estatut, pero vota el Estatut, predica el Estatut y organiza desde el PSOE una campaña de difusión y defensa del Estatut. ¿Cabe mayor contradicción? ¿Cómo puede alguien que preside una Comunidad, con respaldo mayoritario durante seis legislaturas, saltarse el principio de fidelidad? Ibarra lo hace porque está convencido de que haga lo que haga, tiene segura la fe ciega de los extremeños. Extremadura es para él una añadido de su partido y como lo primero es lo primero, a la hora de elegir no tiene duda y ocurra lo que ocurra, hace lo que, por disciplina su partido le señala. La disciplina es del partido y no de Extremadura. Ya lo sabíamos muchos, pero ¿se habrán enterado los que todavía lo ignoraban?

Ayer lo dejó claro: entre Extremadura y el partido, se impone la disciplina militante y vota por el partido. Y como él todos los demás, diputados y senadores que fueron capaces de apostar, sin un atisbo de duda, contra los que le dieron el voto. Extremadura, por fin, ya tiene una confesión de parte, llegada directamente del que lleva 24 años en el poder con el voto de los extremeños. Ibarra lo tiene claro, pero ¿lo tiene claro Extremadura?

sábado, 1 de julio de 2006

Perrillos que ladrán


Algunos amigos, ojo avizor, me informan o me pasan directamente los ladridos de algunos perrillos falderos que cabreados consigo mismo, porque en el fondo deben sentir asco, no pierden oportunidad de arremeter desde cualquier tribuna contra mi. Pierden el tiempo, los perrillos ladradores y mis amigos informantes, porque yo no me detengo a recoger las boñigas del camino. Sencillamente no los leo, no los veo, no los oigo y me los salto aunque algún periódico, ayer digno y fiable, ahora en tránsito hacia el pesebre institucional, me los ponga delante. No se puede perder el tiempo con las cagalutas que intentan distraernos y echar un capote al que les paga, porque el objetivo es el que mantiene y sostiene a corrupciones y corruptos, el que ampara las irregularidades, el que vocea y cocea, el que tiene amordazada a Extremadura y con nuestro dinero compra y sella bocas. El objetivo es la piedra angular de un edificio carcomido de intereses y abierto como un queso del que emanan las pestilencias. Por resumir y para que se me entienda, como "muerto el perro se acabó la rabia", hay que ir a por el que sostiene la pirámide y al mismo tiempo es la fresa que la corona. Todo lo demás son bobadas y ganas de perder el tiempo.

Los perrillos ladradores cumplen con su misión y hacen su oficio, que suele ser el de los mamporreros. Tienen los pobres tal vicio que incluso hacen de guía para que el amo los penetre. Alguno de ellos se inviste de escritor y va por la vida con dos poemarios cursis y una novela repipi, para justificar su condición de mandamás en alguna urticaria editorial. Otros se limitan a estar de guardia en la funeraria, para echar sahumerios y mitigar así las pestilencias sobre cualquier muerto que llegue ¡Son capaces de justificar la electrocución de su padre con tal de que el amo se entere de que ellos son fieles, abnegados y que están ahí para lo que haga falta, sabedores de que el amo es tan absolutamente gilipollas que es capaz de premiar su asquerosa disposición y su pertinaz vocación de alfombras.

Pero hay más especias en el corral y tampoco faltan los cabreados de boquiqui, los que van de críticos de guadaña, pero que en el fondo lo que les pasa es que tienen hambre de alfombra y sed de retornar al redil en el que con tanta placidez pastaban. En el fondo son huérfanos de la moqueta... ¿Y los aulladores de la luna? Esos son los de quiero y no puedo, porque no estando conformes, son incapaces de dar la cara y andan siempre sumidos en una nebulosa de protección. Critican, espolean, pontifican y ofrecen soluciones a gogó, al mismo tiempo que se ponen a salvo con cualquier pretexto: "yo no puedo, mi condición de... me impide, es que dependo de un sueldo, tengo pendiente una concesión, están tramitándome unos permisos..."

Extremadura es hoy un abrevadero ideal para todos estos parásitos que, no lo olvidemos, comen de nuestro pan y beben de nuestra agua, pero en la mano del corrupto mayor, el sinvergüenza descreído, que muy pronto detectó la capacidad de algunos para chapotear en la mierda si en ella hay un euro. Por eso no hay que perder el tiempo con los perrillos, chupasangres y mamporreros de vocación! El objetivo fijo, firme y determinante es el apóstol de la mentira, el príncipe de la contradicción, el que sostiene con su podredumbre a la manada ¡Eso sí, con nuestro dinero!