martes, 25 de abril de 2006

De Bono a la República


Que un cómico, measalves e hipócrita como Bono deje la política es siempre una buena noticia, porque el populista manchego la trayectoria que ha seguido en el Ministerio de Defensa ha sido la del zigzagueo oportunista y cobarde, ordeñando el accidente aéreo de la etapa de Trillo, enmedallándose sin pudor, arrestando a militares por opinar después de animarlos para que lo hicieran, ocultando datos del accidente del helicóptero que le tocó y pretendiendo vender armas de tecnología norteamericana a Venezuela, además de abusar del cargo, utilizando aviones para trasladar utensilios para una fiesta, eso si, sin perderse un sólo entierro dónde hubiera cámaras y jurando su cargo entre gente de la farándula porque, en definitiva, él se siente artista y es capaz del histrionismo disperso de los que sólo se saben el libreto de la adulación. No seré yo el que, porque se ha ido, caiga en el halago regalón a esta zorra resabiada, que representa lo más infecto y nauseabundo de la clase política.

¿Qué se ha ido por coherencia, por no aceptar el Estatut ni la futura negociación con ETA? Él ha dicho que esas no son sus razones y si lo fueran debería haber manifestado su criterio abiertamente, pero eso es imposible en un personaje de su catadura. Una vez más nada y guarda la ropa, esperando su turno.

De Bono no me creo nada y estoy convencido de que si pudiera haría las mismas tropelías que don Bobo Solemne, pero con el agravante de que, encima, pretendería convencernos de sus beatíficas intenciones y procurando en su cercanía la presencia de algún obispo que diera credibilidad al artificio de su dialéctica de chamarilero. Creo sinceramente que es mentira que se haya ido para estar con su familia y que su separación es estratégica, para esperar agazapado tras algún matorral, turno y ocasión propicia.

Bono es un hipócrita, es un hipócrita, es un hipócrita y, además, es un hipócrita. Incapaz de decir una sola verdad, lo suyo es la mentira ocasional y políticamente correcta, porque él todo lo envuelve en la sonrisa bonachona del compadreo pueblerino, exento de compromiso y firmeza. Su salida del ministerio de Defensa ha sido una deserción en toda regla. Como ministro ha sido una vergüenza, que ha venido a demostrar que ése es un puesto al alcance de cualquier vendedor de corbatas. Y la mejor evidencia es que ahora también es ministro, otra vez, el catedrático de la marrullería, la trampa y el ventajismo, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El que dicen que brindó con champán por el éxito electoral que propició el atentado terrorista del 11-M, se ha dedicado con encono a torpedear cualquier iniciativa que pudiera dar luz en la comisión de investigación, impidiendo comparecencias claves y ha sido el pastelero del Estatut. Con la premisa de que "a enemigo que huye puente de plata", fue también el artífice de alejar al alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, situándolo en El Vaticano y para cerrar el círculo del imposible, ahora lo tenemos como ministro del Interior, con lo que Zapatero pretende silenciar todas las dudas que cuelgan desde ése día, tan funesto para España y tan glorioso para él, que se vio catapultado por la explosión de las mochilas a la presidencia del Gobierno.

Algo que no se atrevió a soñar jamás, le llegó de la mano del terrorismo internacional, pero él no le hizo ascos y el que iba para alguacilillo en el festejo, cogió la muleta con la avidez del espontáneo que busca su oportunidad. Las consecuencias de los zapateros, los bonos y los rubalcabas son estas incertidumbres de sabernos pasajeros en un autobús sin frenos, cuesta abajo y con el conductor borracho. Bono se ha bajado en plena marcha, haciendo ascos pero sin atreverse a corregir la trayectoria. ¡Buen ejemplo para los militares!

miércoles, 5 de abril de 2006

Oficio de marrulleros


Hay que rendirse a la evidencia y reconocerle al PSOE que no sólo vende muy bien, sino que es capaz de vender incluso lo que no tiene. Si se ven apurados pueden poner un puesto de aire y seguro que hacen caja. Después de la escandalera continua de los trece años de felipismo, repletos de corruptelas y cosas peores, con ministros, directores generales y gobernadores en la cárcel, supo resurgir de sus propias cenizas e incluso tienen el desparpajo y la desfachatez de acusar de corruptos a los demás. Creo de verdad que otro partido cualquiera hubiera desaparecido para siempre y que si alguno se hubiera atrevido a hacer la mitad de lo que hicieron, el PSOE y comparsas, le hubieran hecho la existencia imposible. ¿Se imagina alguien que hubiera quedado del PP tras el uso de la cal viva para borrar evidencias criminales?

Con algarabía, muchas voces y mentiras lograron instrumentalizar el ataque terrorista del 11-M y, además, al mismo tiempo, convenciendo a la gente de que los que daban voces y mentían eran los del PP. Los socialistas no dieron un golpe de mano, pero lo dio el terrorismo y ellos lo aprovecharon para encaramarse a la presidencia del Gobierno. Compraron el apoyo de los nacionalistas, entregándoles como moneda de cambio la balcanización de España, pero acusando al PP de situarse al margen y sembrar la crispación por no sumarse al coro, como un monaguillo más.

Negocian con ETA, o aledaños, y logran que los terroristas hagan pública una tregua cuando al PSOE le interesa, en el momento oportuno, para acallar la contestación por la aprobación de Estatuto de Cataluña y, cuando les ha convenido, con la misma precisión de las mochilas que estallaron el 11-M, sacan el escándalo de Marbella, desviando toda la indignación ciudadana hacía los encarcelados de aquella corporación. ¿Cuál es el trato con ETA o comparsas? No se sabe, pero cuando tengan que pagar la factura que los terroristas pasaran, sacaran otro conejo de la chistera para distraer al personal. El PSOE es maestro en la estrategia mediática y, previo pago de su importe, hace desfilar en fila india a toda su tropa y desde los programas del chismorreo a las tertulias, los telediarios y editoriales, hacen que se propague la consigna oportuna. Durante meses fue la crispación del PP. Después la soledad del PP, después... ¡Pero si hace dos meses volvieron a despertar el Prestige!

Felipe González, cuando todavía era presidente del Gobierno, alertó de la balcanización de España por las exigencias nacionalistas y el frentismo etarra, pero si cuando eso parece irremediable lo dice Rajoy, el PSOE pone el ventilador y desde todas sus baterías mediáticas caen chuzos sobre el agorero y dramático que pone en circulación semejante exageración. Después de Felipe y Rajoy, también lo dice Alfonso Guerra y aunque es lo mismo y con las mismas palabras, desde el PSOE se justifica como un "análisis intelectual", porque lo verdaderamente peligroso es que lo diga el PP, que además de estar sólo, crispa, dramatiza y tuvo la culpa de lo del Pretiñe...

El político español que más ha opinado de ETA o sobre los nacionalismos excluyentes y separatistas es Rodríguez Ibarra, contradiciéndose a cada trecho y desdiciéndose en cada ocasión, pero después se siente muy ofendido y, sensible él, se queja si una diputada vasca y del PP viene a Extremadura y habla de lo que sabe, que es del País Vasco y del terrorismo. Y al mismo tiempo que hablan maravillas de la II República, homenajeándola, añorándola y dándole sahumerio, se vuelven locos por hacerse la foto al lado del Rey o de su hijo y no pierden ocasión para estar cerca de la Casa Real en los acontecimientos más banales.

¿Se imagina alguien la que hubieran montado, ayudados por los sindicatos afines, si el PP intenta tocar el carácter permanente de los funcionarios públicos? ¿Y si el PP propone algo tan estrafalario como liquidar los centros territoriales de RTVE, con la consiguiente regulación de empleo? ¿Y si el PP se gastara, como hace Ibarra, 60.000 euros diarios en publicidad? ¿Y si las ministras del PP se hacen una foto-modelo para una revista de moda? ¿Y si el PP intenta adocenar a algunos medios de comunicación a cambio de las prebendas de la publicidad institucional o de la concesión de alguna tele o alguna radio? ¿Y si...? La teniente de alcalde de Marbella, Isabel García Marcos ha sido la candidata del PSOE en los últimos 14 años y salió elegida concejal encabezando las listas del PSOE, pero el circo ya ha comenzado con su desfile y casi nos tienen convencidos de que la culpa de todo es del PP, pese a que la única candidata que no está en la cárcel es el del PP.

Tal como el PSOE lo presenta, la política es cosa de truhanes, de trinqueros, oportunistas, mentirosos y tramposos. Y cuando te subes al cuadrilátero a medirte con alguien que, de entrada, te va a echar arena en los ojos, o llevas arena en los bolsillos o no subas, porque la pelea será desigual. En marrullería el PP no tiene nada que hacer frente a los que tienen licenciatura, doctorado y cátedra. ¡El oficio es el oficio!