lunes, 20 de marzo de 2006

Ibarra: Mister Ocurrencias


En la Junta están mal organizados, el gabinete de Ibarra es una calamidad y la consejera de Comunicación, o como demontre se llame el invento, está más perdida que el oro de Moscú. ¿Cómo es posible que con tanta gente, tanto enchufado con visa/oro, tanto coche negro y tanto camarlengo de cartón piedra, no tengan organizado algo tan esencial como un recordatorio para que Ibarra sepa un día lo que ha dicho el día anterior? ¿Cómo es posible que en ese ejército de ratones meritorios no haya nadie dispuesto a “ponerle el cascabel al gato” y dejen que el gran misino se contradiga a cada paso, diciendo lo contrario de lo que ha dicho y afirmando hoy lo mismo que negó ayer?

Tengo delante de mí veintiocho declaraciones de Ibarra sobre el terrorismo, con sus correspondientes soluciones y el único nexo es que todo lo dice Ibarra. Salvo eso cada declaración es un disparate que contradice el anterior y se agranda con las propuestas de TBO que hace, desde recurrir a la OTAN, pactar, dar la última oportunidad o pudrirlos en la cárcel. La semana pasada cuestionaba que Otegui entrara en la cárcel por participar en una manifestación y porque puede ser un interlocutor válido y ahora, cuando se entera de que Otegui está en la cárcel, dice que le parece muy bien que esté allí, porque es allí donde tiene que estar. ¿Cómo es posible que en su séquito de aduladores y adoradores no lleve a nadie capaz de verlo desnudo? ¿A que se dedica el ejército de paniaguados que le sonríen como si fuera un chiste viviente? Fíjense en las caras de todos los que rodean a Ibarra y observen que no hay nadie que no esté con la sonrisa de oreja a oreja ¿Tan gracioso es este hombre?

Una vez dijo que él sabía que en el Estatut de Cataluña no iría el concepto de nación. Después dijo que el concepto de nación no iría en el articulado. Luego que iría en el preámbulo y después manifestó que prefería que fuera en el articulado porque puestos a hacer las cosas hay que hacerlas con valentía. Cuando vio que todo estaba servido y que los catalanes habían logrado lo tantas veces negado, aseguró que los catalanes habían perdido la batalla, entre otras cosas porque él se había puesto delante. Que estaba contento con el resultado final porque los nacionalistas habían fracasado, sin lograr ninguno de los objetivos… ¿Acaban aquí las contradicciones? Acaban de empezar nuevamente, porque el mismo día que Ibarra hace público su contento con el “éxito” del Estatut, el vicepresidente de la Junta va a Cataluña y muestra la preocupación de la Junta por el Estatut y días después todos los diputados socialistas extremeños votan afirmativamente el Estatut, pese a la preocupación de la Junta. ¿Ibarra está contento o preocupado? Ibarra está en su ombligo y de ahí no hay quien lo saque.

Y vuelvo al principio, porque es evidente que Ibarra necesita un recordatorio de sus propios disparates, alguien que le diga al oído algo así como “cuidado, que ayer dijiste esto, esto y esto” para evitarnos figurar en el chistografía nacional. Claro que a Ibarra lo que le gusta es estar y lo que menos le preocupa es el cómo, el cuándo y el dónde. Lo suyo es puro teatro.

domingo, 5 de marzo de 2006

Aleluya, ETA se aviene a dialogar


Han sido tantos los requiebros amorosos que, por fin, a la banda terrorista ETA se le ha ablandado el alma y en un geto de condescendencia ha hecho público un comunicado anunciando un alto el fuego “permanente”. Ha sido el octavo en su sangrienta historia y cada vez que lo ha hecho ha puesto un apellido distinto, temporal, total, parcial, indefinido, permanente…. El enigma que tenemos que descifrar ahora es el alcance de “permanente” y entregados a desentrañar el misterio anda media España, a pesar de que las cosas de ETA son muy sencillitas, porque siempre dice lo mismo y siempre hace lo mismo.


En el comunicado, los pistoleros (¿puedo todavía llamarlos pistoleros?) no dicen nada de entregar las armas, no hacen ninguna referencia al arrepentimiento, no piden perdón a las víctimas y, eso sí, en un gesto de coherencia, mantienen camufladamente el postulado de la autodeterminación del País Vasco, exigiendo a España y Francia que respeten la determinación que allí adopten. Si se lee su perorata con un mínimo de cordura, se detecta frialdad, altanería, seguridad y el aire matonil de siempre.


¿Qué pasó con las otras siete treguas que los etarras nos concedieron? Casi todas fueron treguas estratégicas para reorganizarse y tomar impulso y cuando lo estimaron oportuno, volvieron a matar, pero lo que no dejaron nunca es de extorsionar. Ahora ocurre igual, porque casi al mismo tiempo que hacían público su “alto el fuego”, remitían diez mil cartas a industriales vascos, exigiéndoles el impuesto revolucionario, que con las cosas de comer no se juega. ¿Que qué deben hacer los industriales ante la extorsión y la amenaza consiguiente? Parece que lo más conveniente es que paguen. Que paguen porque lo del estado de derecho todavía puede esperar un rato más y, de momento, lo más urgente es que ETA no se cabree. No hay que pisar fuerte para que la culebra no se despierte, porque tampoco es plan de que por diez mil extorsionados no se pueda llegar a un acuerdo con los terroristas, que han sido suficientemente generosos con la tregua “permanente”.


Ibarra, que es una enciclopedia del saber universal, dijo, sin sonrojarse, que los terroristas seguían extorsionando a los empresarios porque “están haciéndose un plan de pensiones”. Y ya puesto en trance, consideró poco oportuno que se encarcelase a Otegui, porque es un interlocutor que puede resultar necesario. O sea, que Otegui, con su carga apologética a favor del terrorismo, es ahora una pieza clave a la que hay que perdonar esos pecadillos de juventud. Otra perla del sabio barbado es que las víctimas no tienen nada que decir en la negociación y que ellas no pueden hablar por los muertos… Disparates, disparates, disparates que delatan un corazón encallado y duro.


¿Silencio que habla ETA? Ojalá que el silencio no lo rompa la detonación de un nuevo tiro en la nuca, pero con gritos chulescos o silencios vergonzantes, sobre la mesa hay 3640 mutilados y 851 muertos. ¿Tenemos que olvidarlos? Ya veremos.