viernes, 1 de abril de 2005

El diosecillo ofendido


Veintitrés años de moqueta, Visa, hoteles de campanilla, agasajos principescos y coche oficial, han dejado a Ibarra sin masa muscular en el cerebro y hoy día, mientras golpea con puño de acero, va por la vida con la mandíbula de cristal. Se resiente de cualquier rocecito y no aguanta un empujón, pero como se cree una especie de reencarnación de la divinidad de un diosecillo, no entiende que alguien pueda dudar de su misión mesiánica y redentora. Este pobre tipo, de largo genio y corto ingenio, es de los que se miran al espejo y, como la madrastra de Blancanieves, también le preguntan: “¿Espejito, espejito, hay alguien más hermoso que yo?”. Lo peor es que el espejo le ha salido respondón y contesta con un desparpajo inusual para alguien tan “sensible” como él: “¡Mas hermoso si, pero más zoquete no, tío memo!”

Ea, ea, ea, Ibarra se cabrea. Y se cabrea porque la oposición del Partido Popular, tan dócil en el pasado, ya no le pide permiso para estornudar y en el colmo de los colmos, incluso le airea corruptelas diversas, cometidas bajo su paraguas protector. Si Ibarra, como presume, controla el gobierno y el partido, es porque también controla el amplísimo capítulo de las corrupciones, pero como es tan listo, cada vez que saca algo pone el ventilador en marcha para que las pestilencias que tiene debajo nos atosiguen a todos la pituitaria y a base de oler mal ya no sepamos distinguir los olores. ¡Es lo que han hecho siempre todos los pestilentes dictadores!. Ibarra no se ha enterado, todavía, de que uno de sus delfines de máxima confianza, otrora primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Badajoz, vicepresidente de la Diputación, elegido por él como vocal suplente para cubrir la plaza de magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y elegido por él par presidir la Caja de Ahorros de Badajoz, se ha pasado unos cuantos años en la cárcel por llevárselo calentito, aunque no sabemos a dónde se lo llevo, que ésa es otra. ¿Qué si Ibarra ignora más cosas? Bufff...

Ibarra ignora que su amigo del alma, el inocente que ya estuvo involucrado en el uso de la cal viva, hizo desaparecer cuatro millones de euros de los fondos reservados, aunque, como en el caso anterior, no sabemos dónde los puso. Ibarra dice que sabe mucho de todo esto... ¿Sabrá dónde está la talega por la que su amigo está en el talego? ¿Ignora Ibarra que su asesor, el ex alcalde de Villanueva de la Serena, fue condenado por un juez a devolver lo que “despistó” en forma de dietas? A lo peor hasta lo hizo asesor para que le asesorara en tan delicados menesteres y de ahí viene que con dos coches oficiales, a costa de nuestro bolsillo, se largue a visitar a su entrañable Rafael Vera, domiciliado en la cárcel de Segovia. ¿Y ya está?

Ibarra tampoco se ha enterado de que otro de sus incondicionales, enchufado también el la Junta, el ex alcalde de Barcarrota, además de pegar un pelotazo inmobiliario, le tomó gustito al asunto de la dietas y engordaba su nomina con tan sutil justificación. Y además ¿quién paga los gastos suntuosos de Ibarra? ¿Quién paga sus correrías por toda España, para dejarnos en evidencia y que todos crean que en Extremadura brotan los paletos por generación espontanea? Extremadura.

Extremadura es pobre, pero inagotable.