jueves, 20 de octubre de 2005

La ley del silencio


El tío del talante, también conocido como “el bobo solemne”, en feliz expresión de Alfonso Guerra y después de Rajoy, en esta cruzada que inició para modernizar España, ahora va a desempolvar una ley franquista para colocar de nuevo el bozal a los medios de comunicación, a semejanza de la ya aprobada en Cataluña. Zapatero, para que no hay una plataforma desde la que se le pueda decir “bobo solemne” quiere un Consejo Audiovisual Estatal, elegido por el Parlamento, para controlar, inspeccionar y sancionar a los operadores de radio y televisión que no se ajusten a los “principios de objetividad y veracidad en las informaciones. O sea, se dice lo que a ellos les interesa y lo que quieren que se oiga, o imponen la ley del silencio a la que tan aficionados son todos los dictadorzuelos, sátrapas y vendepatrias. Si, porque qué es eso de “el Parlamento”? El Parlamento debe ser algo más que una disculpa, es algo más que el PSOE y sus socios nacionalistas-separatistas y otros “istas”, pero como allí el que manda es un tío, Carod Rovira, que tiene el respaldo de 300.000 catalanes, todos los demás se han convertido en mera tropa a su servicio. Zapatero, pobre de él, pobre de nosotros, es un títere en manos de los que lo tienen cogido por ahí mismo y como carece de casi todo, prefiere seguir aunque el mundo se hunda.


¿Se supone el amable lector la que hubieran montado si semejante ocurrencia la propone el PP?. A estas alturas de la película ya se sabe quien es el bueno, quien es el feo e incluso quien es Pérez Rubalcaba, como encargado de manipular los guisotes de la cocinilla de Zapatero y sus desvaríos. Los de arriba hacen el pedido y él, con la ayuda de todos los separatistas, logra el milagro de que el Congreso, que está para garantizar la pluralidad, se convierta en un órgano censor socialista. Y hablando de listas y socialistas, acabo de oír a la doña Teresa Fernández de la Vogue asegurar que la Ley mordaza que quieren aprobar servirá para garantizar la pluralidad y la veracidad en radio y televisión. ¡Y se ha quedado tan pancha!


Si te taponan la boca es para permitir que hables, si descuartizan a España es para garantizar su unidad inquebrantable y si paralizan el AVE es para acelerarlo. ¿Alguien entiende algo? De momento toda la prensa europea está prestándonos ojos y oídos, porque algunos ya vaticinan que España tendrá un antes y un después de Zapatero. Mientras tanto en Cataluña ya distribuyen un mapa de la Península Ibérica con tres naciones perfectamente diferenciadas: Portugal, España y Cataluña. Sobre el País Vasco, Canarias y Galicia han colocado un signo de interrogación. El mismo que yo tengo sobre la cabeza de Zapatero.

domingo, 2 de octubre de 2005

El viejo truco de Ibarra


Ibarra es ilusionista de un solo truco, aunque hay que reconocerle que lleva explotándolo 23 años y tiene cierta maestría en el escenario para reeditarlo sin que se note mucho. ¿En qué consiste? Se inviste de solemnidad y, por ejemplo, un martes sale para anunciar algo tan sorprendente como que el día siguiente será miércoles y el miércoles sale de nuevo para vender su acierto del día anterior, algo así como “ayer dije que hoy sería miércoles y miércoles es ¿llevo o no llevo razón?” Y después llega la orquesta y el coro y recrean la misma partitura: “gracias a Ibarra hoy es miércoles” ¿Dice la verdad Ibarra? Sí y Perogrullo también. Eso es exactamente lo que está haciendo con el Estatut de Cataluña. Cuando se sabe que el PSOE está dispuesto a ceder al chantaje de los republicanos separatistas del insigne Card Rovira y aceptar en el Preámbulo el término de nación para Cataluña a cambio del apoyo que Zapatero necesita para poder seguir, Ibarra sale y como si el asunto dependiera de él dice, con toda seguridad, que el término de nación no figurará en el articulado del Estatut. O sea, que tras el martes llega el miércoles y si lo apuramos mucho incluso es capaz de vaticinar que después vendrá el jueves. En una ocasión dijo que Extremadura había logrado su arzobispado bajo su mandato y en otra aseguró que estando él de presidente de la Junta los medios de comunicación habían iniciado un importante cambio tecnológico, luego... Si algún día toca la lotería en Extremadura, ya sabemos a quien se lo debemos.

Pero lo que Ibarra decía, y ahí están las hemerotecas, es que el PSOE jamás reconocería a Cataluña como nación, porque la única nación que tenemos es España, aunque hoy utiliza la misma solemnidad para aceptar lo contrario, refugiándose en que el reconocimiento no irá en el articulado. Es decir, Cataluña SOLO será nación en el Preámbulo de su texto, con lo que Ibarra ya se da por satisfecho. Pero es que si se incluyera el reconocimiento de nación en el articulado, Ibarra nos vendería que gracias a él va en el artículo tres, pero no en el primero, como querían los catalanes. El Estatut, es un cuerpo único y si se reconoce en su Preámbulo que Cataluña es una nación, se está cediendo al chantaje de los separatistas y se está reconociendo, implícitamente, que en la Península Ibérica hay tres naciones: la portuguesa, la española y la catalana, de momento. Luego llegarán los vascos, los gallegos, los canarios, los de Utrera, los de Villaconejo... y acabaremos reconociendo el principado independiente de Villafranco del Guadiana. ¿Es esto catastrofismo? ¿Duda alguien que el camino de Cataluña lo va a transitar inmediatamente el País Vasco? Y el mismo escenario está montado en Galicia ¿Cediendo al chantaje de ERC o de ETA, se resuelve el problema del separatismo? Es como matar moscas engordándolas con miel.
El problema es de tal calado que, lamentablemente, no se resuelve arrestando a un teniente general. Jiménez de Parga, catedrático de Derecho Constitucional y que hasta hace poco ha sido presidente del Tribunal Constitucional, dice que el preámbulo de un texto constitucional es el que marca la filosofía esencial del texto y, por tanto, si se considera nación a Cataluña en el Preámbulo de su Estatut, a todos los efectos se le considera nación. ¿Qué se consigue sacando la consideración del artículo uno y llevándola al Preámbulo? Se consigue el aplauso de los separatistas, hacer el ridículo y dividir a España. ¡A este paso ya veremos si doña Leonor logra ser reina de Bollullos del Condado!

Así de sombrío está el panorama y así se explica el interés de Zapatero para que el Estatut lograra el necesario voto del Congreso de los Diputados. Allí se nos dijo que en la Ponencia sería corregido y, efectivamente, eso es lo que se ha hecho, porque ya no se reconoce a Cataluña como nación en el artículo primero, sino mucho antes, en el Preámbulo, que en opinión de los constitucionalistas es mucho peor, porque las leyes se corrigen en su articulado pero no en su filosofía. Así es que aunque Ibarra quiera vendernos la diferencia, practicando el viejo truco de siempre, la única diferencia es que, como siempre, antes decía una cosa y ahora acepta la contraria. Sería para reírse, si el asunto no fuera tan grave.

Ernest Lluch calificó a Zapatero como “la nada más absoluta”, Felipe González lo tilda poco menos que de “pirado” y fue Alfonso Guerra el autor primigenio de “bobo solenme”, que después rescatara Mariano Rajoy, pero, además de calificativos despreciativos ¿no hay nadie en el PSOE que diga “¡ya basta”? Desde luego, no Ibarra .

sábado, 1 de octubre de 2005

El Club de los Histriones


NO hemos vuelto a saber nada de la 'Plataforma Cultura contra la Guerra', que para el abrevadero mediático tras el 11-M se inventaron unos cuántos filósofos, pensadores e intelectuales de la farándula (perdónenme si me río) y que presidió la pacifista Pilar Bardem, mamá del nene Bardem, puño en alto vociferando a los cielos contra Aznar, contra el PP, contra el electorado popular, contra la guerra, contra Bush... ¿No lo recuerdan? «¿A-se-si-nos, a-se-si-nos, a-se-si-nos!». Montaron manifestaciones ilegales ante las sedes del Partido Popular el día de reflexión y ese mismo día llamaron a las puertas de todos los medios para lanzar consignas previas al día electoral. Se organizaron con tal celeridad que bien parece que lo tenían todo previsto, y a la de "¿ya!" tomaron la calle, sacaron consignas, pancartas, tenderetes y hasta tuvieron tiempo para ejercer la democracia interna y elegir a la Bardem como presidenta de los super-extra-mega-hiper-cabreados intelectuales. En apenas 24 horas ya tenían todo un programa de actividades, con sus correspondientes contactos y entrevistas en los medios afines, que, claro, les prestaron altavoz. ¿Qué indignación la de todos ellos en pie, manos abiertas contra la ignominia de un gobierno lleno de asesinos, chupasangres y mataniños! Doña Pilar asumió del libreto el papel de 'madre coraje' y con cara de dolorosa se paseaba por todos los tinglados llevando el dolor en el alma. ¿Cómo sufría esa mujer! Gritaba tanto que algunos temíamos que se le desencajara la mandíbula, pero por fortuna tenía siempre cerca a Javier Gurruchaga, otro intelectual de pelo en pecho que le tomaba el testigo para exigir que se abrieran los cielos y por el hueco se descolgaran los ángeles exterminadores.


Desde lejos, viendo que se le escapaba el carro del oportunismo cultural, que él va por libre, don Pedro Almodóvar montó su propio club para denunciar un 'golpe de Estado' que impediría que se celebraran las elecciones y otros conocidos miembros del pensamiento nacional, como Miguel Bosé, insigne autor de 'Amante bandido', se apresuraron a declarar que habían estado secuestrados en la España de Aznar. ¿Qué mal lo habían pasado ellos y ellas, enterrados durante ocho años en un zulo por ser progresistas, intelectuales y amantes de la paz universal! Pero si hasta la niña Anita Obregón, megaestrella, hiperguionista, superpija y bióloga señaló la causa/efecto como algo incuestionable.


¿No lo recuerdan? El motivo de tanta furia mal contenida, la causa de aquel 'Fuenteovejuna' de cartón piedra fue la guerra de Irak, en la que no participó ni un solo soldado español pero que, siguiendo lo escrito en el imaginario libreto de la representación, desencadenó el sangriento atentado del 11-M. Luego los culpables del atentado no fueron los terroristas sino el gobierno de Aznar, que los había empujado a perpetrar una respuesta legítima, por participar activamente en una guerra en la que no se había participado. La foto de las Azores la esgrimieron como una bandera y, aunque España no participara de ella, hicieron toda una declaración de principios.


Bueno, pues el caso es que de la tal Plataforma 'Cultura contra la Guerra' no se ha vuelto a saber nada y ninguno de sus egregios intelectuales ha reclamado al gobierno de Zapatero que explique su colaboración activa con Bush. Se sabe de una fragata española, la 'Álvaro de Bazán', bien pertrechada de tecnología bélica, que está sirviendo de apoyo logístico a un portaaviones norteamericano mientras bombardea Irak, e incluso se distribuyen fotografías y entrevistas con marineros de la tripulación, pero la señora Bardem todavía no se ha repuesto del quebranto que le produjeron aquellos tres días de intensa actividad y, además, anda ahora muy ocupada con la fatigosa interpretación de la serie que tiene en TVE. Y, por favor, que nadie vea en esto relación causa/efecto. Ella está ahí porque es muy buena actriz. Sí, la Obregón también.


Cuando Felipe González ordenó al Ejército español participar en Kosovo, sin ONU y sin Congreso, aquello estaba justificado por la etnia intelectual de los 'culturetas', porque era una «guerra para la paz», pero no es lo mismo participar en la guerra con Felipe que no participar en la guerra con Aznar, porque Aznar, en todo caso, siempre será culpable. ¿De qué? Eso da igual, es culpable y ya está. La Plataforma de la Bardem, su nene y Gurruchaga montó su propia página 'cultura-contra-la-guerra', que está desactivada pero no enterrada porque no hay que descartar su resurrección si vuelve al gobierno algún sanguinario, como Rajoy.


Mientras tanto, y a la espera de ser necesitados de nuevo, como un retén de bomberos (pero de los que ponen bombas fétidas), la cultura oficial está agazapada y haciendo el agosto. ¿La verdad os hará libres? ¿Qué risa!