lunes, 26 de septiembre de 2005

El gallinero se alborota


Nuestra página va a más y parece que empieza a ser visitada incluso por la progresía más florida del pesoismo galopante. Se la pasan de unos a otros, la escanean, la fotocopian, la comentan y con ella en el regazo sufren de espasmos y soponcios. El pasado lunes escribí sobre la inutilidad de algunas subvenciones que finalmente se dedican al autoagasajo pesoista. Me referí a la mal llamada Asociación de Mujeres Progresistas que, entre otras mandangas, tiene establecido un premio para regalar a los de la cuerda y como ejemplo y evidencia, ponía encima de la mesa a los dos únicos premiados por las tales: Rodríguez Ibarra y Rodríguez Zapatero ¿No resulta sospechoso? Yo esperaba que salieran a desmentirme, que dijeran que era falso lo que había escrito e incluso que apuntaran el nombre de algún otro que no fuera “mas de los mismo”, pero parece que no lo han encontrado y para ofenderme, que gracia, les da la sofoquina y me llaman “machista”.¡Que sofocón se han llevado algunas de las progres!. En fila india, todas han iniciado el paseíllo para llamarme “machista”, porque las que carecen de argumentos, chupan del momio oficial y tienen a la ignorancia como base doctrinal, resulta que también andan huérfanas de vocabulario y todo lo que vuela lo llaman “machista”.


¿Pero no es verdad que reciben subvenciones dispares de la Junta? ¿No es verdad que han caído en la desvergüenza política de premiar, agasajar y reconocer exclusivamente los extraños méritos de Ibarra y Zapatero? ¿No es verdad que a semejante ceremonia acudió la Delegada del Gobierno, que recogió el premio en nombre de Zapatero? No estaba también el Consejero de Cultura y la directora general de la Mujer? ¿No es verdad que la señora esposa del consejero de Cultura ha sido presidenta de las tales en Badajoz y que también son del mismo signo político la presidenta regional, la presidenta de Mérida, la presidenta...? Y finalmente, ¿no es verdad que el grueso de ésa organización es pesoista? Nada desmienten y como único argumento dialéctico, me llaman “machista”. ¿Para ofenderme? ¡Vaya gilipollez! Estas progres están muy perdiditas y no saben que a mi me es indiferente que cuatro retrógradas apesebradas me llamen “machista” por despreciar el cotarro que tienen montado.


La directora general casi pide mi excomunión. Hay una que incluso, toda ofendida, sale en defensa de la honestidad de la esposa del consejero de Cultura, como si eso se hubiera cuestionado. A la tal le traiciona el subconsciente, porque bien parece que es ella la que contrapone honestidad y pertenencia a la asociación de las progres. Otra incluso reprimió las lágrimas ante las cámaras de televisión y con una ira mal contenida me amenazó con el juzgado. Incluso ayer mismo, en un pleno de la Asamblea, un diputada machorrilla me llamó machista para seguir la consigna de la manada. ¡Uff, que miedo! ¡Pero si sólo tienen que decir que es mentira, que yo me lo invento todo, que no hay premio ni premiados, que no reciben subvenciones, que ellas no tienen nada que ver con el PSOE y que sus cargos directivos están al margen de políticas de partido y políticos! El gallinero se alborota y resulta divertido. ¡Cacaracaa, cacaca, cacaracaaa!

jueves, 15 de septiembre de 2005

Impudicia de dictadores


Sin solución posible, los tics de todas las autocracias se repiten y da igual que hablemos de la Manila de Marcos, la Cuba de Castro, la Rumanía de Ceaucescu, el Chile de Pinochet, el Peru de Fujimori, la Venezuela de Chávez o la Extremadura de Ibarra. Todos las autocracias concluyen por tributarse homenajes, honores y reconocimientos dispares y para envolver la idiotez todos hacen lo mismo: se inventan asociaciones, academias o corales que son las encargadas de reconocerles los honores que nadie, salvo ellos mismos han visto ni valorado.

Aquí, en Extremadura, tampoco en esto somos diferentes y con el dinero de todos, la Junta se monta sus propios tinglados para el auto aplauso para colgarse medallitas en la pechera. Esta misma semana nos hemos enterado por los medios del régimen, con gran despliegue de entrevistas y programas monográficos, que la Asociación de Mujeres Progresistas, es decir ellos mismos, que el pasado año concedió un premio a Rodríguez Ibarra, este año se lo concede a Rodríguez Zapatero. ¿Quien recogió el premio en nombre del camarada? Doña Carmen Pereira, que estaba acompaña en el acto por la directora general de la cosa y el consejero de Cultura, esposo de la mandamás de las Mujeres Progresistas. ¡Que bochorno!

La desvergüenza de estos/as progresistos y progresistas les permite legitimar con solemnes escenificaciones, actos de absoluta impudicia como el que relatamos. Pero así están las cosas. El dinero del contribuyente se utiliza para la autocomplacencia de un montón de energúmenos y energúmenas, que se reúnen bajo la advocación del progreso. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen, aunque la minutan la pagamos todos los demás. Lo que no sé y me lo pregunto continuamente, es si han llegado a la desvergüenza total y se sienten satisfechos por los reconocidos méritos; se ríen cínicamente o en el fondo sienten vergüenza de tener tan poca vergüenza.

sábado, 10 de septiembre de 2005

¿Extremadura o Fantasilandia?


Como me niego a creer en la perversión por la perversión a secas, me esfuerzo en aceptar que la Junta hace lo que sabe y lo que puede y que cuando cae en la contradicción y el disparate, es por ignorancia, por desinformación o porque son incapaces de distinguir entre continente y contenido. Pero finalmente ignorancia o perversión, son la única explicación para tanta fatuidad y tanto desparrame mental. ¿Tenemos lo que merecemos o tenemos lo que queremos? Son cosas distintas. En la Junta, como en la casa del nuevo rico, creen que, por ejemplo, cultura es comprar libros y modernidad tener muchos ordenadores. Es decir, creen en lo tangible, en lo que se ve, lo que se puede enseñar, lo que ocupa espacio y puede tocarse. Creen en lo fácil, que es anunciar, creen en la publicidad vacía y como son fervorosos de la ley del mínimo esfuerzo, se limitan a cacarear, pero sin poner el huevo. Creen en lo que se compra y no exige orden ni planificación. Pero en pocas ocasiones se hace tan verdad aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Es como si la Junta no creyera en la Junta y estuviera persuadida de que la mejor planificación es la que no hace y lo mas provechoso es la chispa verbal, la ocurrencia y la improvisación de cada día. ¿Qué de qué hablo?

Por ejemplo, ¿no los han oído presumir de bibliotecas? Dicen los muy que Extremadura es la comunidad con más bibliotecas y más libros por cabeza de España. Y lo dicen orgullosos, muy ufanos, como convencidos de que el dato, por cierto, es irrefutable muestra de eficacia. Llega después la estadística y resulta que Extremadura, con tanta biblioteca y tanto libro, es la comunidad donde menos se lee. Tener un libro no es leerlo, pero para la Consejería de Cultura, es más importante el libro que el lector y no se quieren enterar de que el libro sin lector se convierte en un ladrillo inservible. Son incapaces de fomentar la lectura, de hacer una planificación real en las escuelas, en los institutos, en la Universidad, pese a que para este menester tienen en nómina a un montón de lángaros del sistema. Optan por lo fácil, como el rico nuevo que compraba libros por metros lineales. ¿Cómo envuelven el bochorno? Comprando libros y estantes, haciendo alardes y almacenes de papel impreso que inauguran con el nombre de bibliotecas. ¿Más?

¿No los han oído presumir de ordenadores, de nuevas tecnologías, del ciberespacio o de la sociedad de la imaginación? Pues han hecho como con las bibliotecas. Compraron 60.000 ordenadores, los diseminaron por todas las aulas y salieron a presumir por toda España, hablando de la revolución tecnológica que estaban haciendo en Extremadura. E incluso son exportadores de un sistema, el Linex, que la propia Junta no utiliza. Hasta Zapatero ayudó a propagar la especie de que lo que se estaba haciendo aquí había que hacerlo en toda España. Pero, como en las bibliotecas, luego llega el dato estadístico y resulta que Extremadura es la Comunidad con menos conexiones a Internet de toda España y, pese a ser la que más ordenadores tiene por alumnos, es también la Comunidad donde los alumnos tienen un conocimiento más precario de la red. ¿Qué es un ordenador en lo alto de una mesa? Igual que el libro sin lector un estorbo, un bulto que ocupa espacio.

¿Hablamos del paro? Como con los libros, igual que con los ordenadores, Extremadura es pionera en inventos para reducir el paro y la precariedad laboral. Aquí llevamos 23 años de experimentos. Siete planes de empleo, acuerdos, firmas y convenios de distinto pelaje, incluso coincidiendo 15 años con gobiernos del mismo signo. Puestos a inventar hasta somos los pioneros universales en algo tan prometedor como la Sociedad de la Imaginación y el Gabinete de Iniciativa Joven, que preside Felipe González, Ana Patricia Botín y otros cuantos relumbrones más. Los relumbrones sirvieron para acaparar titulares y vender, vender, vender... ¿Y qué? Pues como con las bibliotecas o los ordenadores, siendo los que más programas y planes hacemos, somos también la comunidad con más paro de España y la que más empresas, casi tres mil, ha perdido en un año... ¿por culpa de la herencia recibida? Somos la única comunidad que no ha bajado sus índices de paro en los 23 años de ibarrismo benefactor... Parece que los demás no recibieron una herencia tan duradera y pertinaz.

¿Nos pasamos al turismo? Pues las promociones horteras, con visos de galopante corrupción y vayas del paleto incluidas, sitúan a Extremadura, que tanto tiene para enseñar, fuera de todos los circuitos y a la cola de visitas y pernoctaciones. Aquí lo que hacemos bien, pero que muy bien, es anunciar, vender y bla,bla,bla. Aunque tampoco se nos da mal comprar kilómetros de libros, planes de empleo, ordenadores a go-gó y vallas paletas, con errores ortográficos incluidos. ¡Algunos, después de 23 años, están más lejos de Extremadura que de Fantasilandia!

lunes, 5 de septiembre de 2005

Los jóvenes huyen de Extremadura


Según el Instituto de la Juventud, que para más señas dirige una extremeña, 7000 jóvenes abandonaron Extremadura en un solo año. En eso queda la Sociedad de la Imaginación, el Gabinete de Iniciativa Joven y los multiplanes de la Junta para paliar el paro juvenil y atajar la sangría que cada año se nos va, buscando una oportunidad que en Extremadura no encuentran. Además, la mayoría de los jóvenes que se van llevan alguna titulación bajo el brazo, lo que resulta absolutamente esperpéntico, porque Extremadura aporta el dinero para la formación que finalmente aprovechan otras comunidades. ¿Y por qué se van? Porque no hay salidas para ellos. En esta Extremadura que tanto gasta en publicidad y propaganda paleta, apenas queda un espacio que no sea la Junta, la Gran Hermana que todo lo vigila, todo lo supervisa y todo lo controla. La gran panacea para la juventud extremeña es lograr una silla como funcionario de la Junta, que es la empresa de las empresas, la que más crece y donde más garantías de supervivencias hay. Al final, triste final, 23 años de ibarrismo sólo han servido para asentar nuestros males de siempre: el paro y la emigración.

No ha desaparecido el caciquismo, aunque haya cambiado de orilla. Siguen imperando los abusos del amo, aunque lleve marchamo de demócrata. La clase pudiente, que es la mandante, está aferrada a los mismos vicios de siempre. Está establecido el mercado del euro y, como siempre, el que paga manda. Se ha propiciado la ojeriza y el rencor. Se persigue al que no piensa como los situados. Se excluye al discrepante. Se manipula la verdad para, con el dinero de todos, favorecer a la familia, al clan o a la manada. Se ha impuesto la ley del silencio y el sumo pontífice no se corta un pelo a la hora de enviar avisos a navegantes, porque es él el que da la subvención, el crédito, la credencial, la suscripción o la concesión de los nuevos canales de televisión y radio. Ya todos saben que el que queda fuera del redil tiene poco recorrido en esta Extremadura de las oportunidades para unos pocos y en la que no se valora ni capacidad ni mérito, porque la mejor referencia es pertenecer al gremio. Se premia a los del gremio, se contrata a los del gremio, se tolera a los del gremio en la misma medida que se rechaza todo lo demás.

La mediocridad y la penuria intelectual de los asentados, queda reflejada en el gobierno de una Junta incapaz de dar respuesta a los retos que la sociedad demanda y para suplir la ineficacia y la incapacidad, todo lo basa en la publicidad, en el cartel, en el gesto histriónico, en la frase grandilocuente. ¿Conoce alguien a los consejeros/as de la Junta? Ibarra es el gran cardenal y todos los demás son monaguillos intercambiables, que lo mismo rezan en un bautizo que en un funeral. Veintitrés años de ibarrismo han amuermado aún más a Extremadura, perdiendo todos los trenes, todas las oportunidades, odas las rampas de salida y en lugar de esa publicidad estúpida para vender más humo, deberíamos colocar a la entrada “Silencio, entra Ud. en Extremadura” ¿Quién habla aquí, quien protesta? Sindicatos, Universidad, patronal, academia, asociaciones... ¿todos están contentos? Dicen que el que calla otorga, pero pese a tanto apesebrado, como cantaba Pablo Guerrero, “hay señales que alumbran que la fiesta se acaba” Tiene que llover a cántaros.